Más de un año después, el puente sobre la Circunvalar de la Prosperidad (a la altura de La Playa, corregimiento de Puerto Colombia) sigue ahí, sin poder ser utilizado, pues la única vía de acceso no ha sido pavimentada y es una trocha intransitable. Tampoco tiene orejas para poder llegar desde y hacia la gran avenida sobre la cual fue construido. Hasta hoy, el bendito puente es un monumento a la ineficiencia estatal, a la desidia oficial, a la voracidad de los políticos y a la preferencia de intereses particulares por encima del bienestar general.
