13 mar 2022

Miller Soto rompe barreras para llegar al Senado


Miller Soto, candidato al Senado,
con el · 18 en el tarjetón del
Centro Democrático

Por John Acosta

El recreo era una oportunidad para que saliera a flote el interés que despertaba el joven quinceañero entre las jovencitas barranqueras. Ellas aprovechaban el descanso para ganarles a sus amigas el mejor galanteo femenino y obtener, así, por lo menos, la atención del agraciado estudiante en disputa. Es que Miller Jesús Soto Solano tenía los tres motivos que añoraban las adolescentes de entonces en un muchacho: hijo del alcalde del pueblo, destacado estudiante de décimo grado y un físico varonil que les desmigajaba el corazón a todas; sin embargo, esa mañana, el recreo terminaría opuesto a lo que había sido siempre: el sino trágico que sacudiría el disfrute apacible estaba a punto de ocurrir.

Una cuadrilla armada ilegal irrumpió esa mañana al Instituto Cristo Rey, uno de los más reconocidos de la región, y fue directamente hasta donde estaba el joven Miller Soto. Bastante cerca de Miller, estaban sus dos hermanos menores, William y José Francisco, pero los milicianos, vestidos de camuflados y con armas de largo y corto alcance, fueron solo por Miller Soto. Lo agarraron y salieron con él a las malas, rumbo a las montañas cercanas. Eran las 11:15 de la mañana del 10 de octubre de 1990.

5 mar 2022

Triple A convierte en vereda a Corredor universitario

 

Por John Acosta

En La Junta, La Guajira, siempre se ha sufrido por la falta de agua; eso, a pesar de que su nombre proviene por la junta de dos arroyos (nuestro alto valor por el precioso líquido hace que los llamemos ríos), el San Francisco y el Santo Tomás, cuyo punto de encuentro lo llamamos (allá, en la tierra del cacique Diomedes Díaz) Los dos caños. Ambos ríos se secan hoy en el intenso verano que azota todos los años. El acueducto que admiré de niño en ese querido pueblo era una bomba que succionaba agua en un pozo de anillos de concreto cavado a la orilla del río Santo Tomás, en la parte alta del pueblo, y la enviaba a un tanque elevado, también de concreto, para repartirla por gravedad a las casas de la vereda. Yapara los inicios de mi pubertad, esa solución no alcanzaba porque La Junta había crecido. Y nos tocaba bajar a pie al río para subir con peroles llenos y paliar en algo la falta de agua en la casa de la vieja Aura Elisa, mi abuela. En las mañanas, cuando mi primo mayor llegaba en burro con la leche de Fundación, la parcela familiar, aprovechábamos el animal para ir en él al río y llenar de agua los calambucos, cuyo contenido no alcanzaba para el consumo de todo el día. Increíble que casi medio siglo después, este drama “veredal” se repita en las goteras de la primera ciudad de la costa Caribe colombiana, gracias a la empresa Triple A.

El robo de Álex Char a Barranquilla

Álex Char, precandidato a la
Presidencia de Colombia
Bajo el título "El ratero más grande del mundo" circula en las redes sociales esta especie de parodia en un texto anónimo que hoy publicamos en Comarca Literaria porque nos parece muy creativo y contiene verdades:

"Este señor se robó los parques que estaban en manos de los viciosos, los arregló y les dio vida. Ahora todas las familias pueden disfrutar de los parques. Pobres viciosos, este señor les robó su máxima posesión.