Por
John Acosta
Fotos: Fabián Acosta
Cuarenta años después de coprotagonizar
las riñas de mi pueblo entre los dos bandos tradicionales, me vuelvo a
encontrar con la sorpresa de que esos dos grupos están ahora enfrentados nuevamente,
esta vez por culpa de la venganza de la naturaleza: la falta de agua. Cuando
niños, nos levantábamos a piedra por cualquier motivo. Hoy por hoy, solo han
llegado, gracias a Dios, a los señalamientos de lado y lado. Éramos, como ahora,
los riberos contra los bajeros, o al revés. Lo curioso del asunto, por decir lo
menos, es que en un pueblo tan pequeño como lo es mi querida La Junta todos
somos familiares entre sí, pero nos dividíamos por la geografía: los que
vivíamos en la parte de arriba contra los que vivíamos en la parte de abajo, o
viceversa. Por supuesto, los muchachos de esa época inolvidable ya somos
adultos y los recuerdos de esos tiempos idos los festejamos con borracheras
monumentales cada vez que el destino nos hace el favor de reencontrarnos. Sin
embargo, lo que pasa ahora es triste, no que el duelo continúe, sino lo que lo
causa: la larga sequía.
La noticia me llegó, como
siempre, por el grupo Junteros WhatsAppeando, que es por donde nos enteramos, a
los que nos tocó desperdigarnos por el mundo entero, de los sucesos de nuestro
pueblo: que si el capítulo de la novela sobre Diomedes Díaz lo grabaron anoche
hasta tal hora de la madrugada, que ya Kim le dieron de alta de las quemaduras
que sufrió en la empresa donde trabaja, que ya terminaron de instalar el gas,
en fin.
Este mensaje resume el drama
que padecen actualmente mis paisanos: “me acabo de encontrar al señor encargado
del camión que reparte agua acá en La Junta, me dice que lo denunciaron en San
Juan porque llenaba las albercas, ¿ustedes creen que eso es posible? ¡Por Dios,
ese señor le da agua a todo el mundo!, y,
para colmo, la Alcaldía como que no va a mandar más agua para La Junta dizque
porque acá es más lo que pelean que el beneficio que están brindando”. San Juan
del Cesar es la cabecera municipal a la que pertenece el corregimiento de La
Junta.
La cuestión es clara: la
Alcaldía envía unos camiones a repartir agua a los pueblos. En La Junta,
algunos inconformes se quejaron porque, al parecer, el señor del camión solo
entrega agua en ciertos sectores. “Es que acá en La Junta son unos avispado. Quieren
que les llenen a ellos alberca, tanques y de todo. Y los demás que esperen. Y
no es justo. Mal hecho. El carro para acá sube es en la noche porque siempre el
agua se le acaba allá bajo y nada más llenan un tanque y dos canecas. Y todos
tenemos el mismo derecho”, se queja un juntero en el grupo. La entrada al
pueblo es por abajo, de manera que quienes viven en este sector, son, de
acuerdo a las quejas, los únicos beneficiados.
“Acá la gente tira para su
lado y los demás que se jodan: arriba llega el agua es casi rogando; allá abajo, si no hacen lo que ellos quieren,
ya van a joder al señor del carro tanque, a injuriarlo, o, como pasó qué días,
le atraviesan un camión”, dice otro juntero. “Pero vaya uno acá arriba a decirle
algo a la gente de abajo: carajo, eso es para duelo a muerte, acá deben de
saber que La Junta no es allá abajo solamente”, agrega más adelante.
Por supuesto, ese paisano aclara
enseguida: “Y quede claro, no estoy peleando, solo que es injusto que personas
acá arriba no agarren agua y allá abajo botándola, que quede claro que yo no
tengo problemas con la gente de abajo, ni miedo tampoco, solo que, repito, que
el agua es para La Junta no para que algunas personas de abajo la agarren para
ellos y hasta la mal gasten”.
Otro juntero interviene en
el chat del grupo. “Acá en mi casa sí están las piletas full, mi familia compró
4 carros tanques y llenamos; además,
tenemos turbina del río jalando agua, pero ¿las demás personas que no viven a
orillas del río, que no tienen la posibilidad de comprar carro tanque? ¿Ellos
qué? Debemos de concientizarnos y luchar juntos por La Junta no por un solo
sector”.
“Pues si no dan agua, los que
no viven a la orilla del río son los que más van a sufrir, el sector de Los
Mangos, la Calle de los Romero, el barrio de bien abajo, donde está la ceiba,
la Calle del Centro, desde donde Chente hasta Los Mangos, esas personas serían
las más perjudicadas”, asiente preocupado una juntera aguerrida.
La conversación del grupo
gira ahora en torno al estado del tiempo en el pueblo. Parece que ya va a llover,
por fin. Alguien llama la atención, alarmado, de que no hay tiempo de lluvia en
la cabecera del río. Otro se preocupa porque aparecieron unos arcoíris en el
paisaje, pero enseguida renace el optimismo: “Primo, esos arco iris se van a
mojar”, le responden. Uno de los participantes envía una foto del camión y
escribe enseguida: “Ese es uno de los 3 camiones que le reparte agua a la
comunidad, pero por el egoísmo, las malas lenguas y el bochinche, al parecer,
no van a surtir más agua”.
Obviamente, surge otra vez
la discusión. El remedio extremo para que no dejen de llevar agua al pueblo lo
sugiere un juntero: “Vamos a poner un camión
preso y se suelta cuando llegue el otro”. De inmediato, se impone la sensatez: “No,
primo, esa no es la actitud eso es vandalismo, debemos de cuadrar 3 sectores y
que a cada sector le toque un día y así por turnos, y vera que todos tendremos
agua”.
Y concreta su propuesta: “Sector
1, que salga de donde Bechi, llegue donde Poncho Barriga; luego, agarre de
donde el señor Ciro Montaño, suba y termine
donde la señora Tobe. Sector 2, que parta desde la Casa Indígena y pase por
la Avenida y termine en el barrio Los Mangos. Sector 3, que salga desde donde
Chile, se meta por donde Luis Alfredo Sierra, pasa por donde el difunto Pillayo
y termine donde Marciano Martínez. Que cada día sea solo para un sector y vera
q se pone orden en esto”.
Mientras tanto, los políticos
responsables de esta hecatombe, los que se han embolsillado la plata de las
regalías (cinco billones de pesos), aprovechan ahora el presupuesto de
emergencia que gira el Estado para mitigar esta crisis humanitaria que ellos
crearon con su apetito desmedido de riqueza fácil. Son los mismos políticos que
lanzarán sus candidaturas en las próximas elecciones y por los mismos por los
que votarán los que hoy pelean por el agua en La Junta.
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Se podría pensar en un carrotanque por sector.
ResponderBorrarDe manera tal que diariamente se tenga la posibilidad de contar con el preciado y vital líquido.