23 jul 2019

Arias-Santos: las enormes ventajas jurídicas de declararse antiuribista


Por John Acosta

La gente del común no es tan apática al quehacer político, como aparenta (y como sus dirigentes desearían para poder dominarla a su antojo). El pueblo suele darse cuenta de las jugarretas de los líderes, más de lo que estos desearían. La evidencia es palpable, máxime cuando las estratagemas usadas por ellos se convierten en un enorme elefante que se pavonea por la sala del país nacional. El caso más aberrante, por lo descarado e indiscutible, es el maridaje entre la Corte Suprema de Justicia y los antiuribistas para tratar de destruir, con el desprestigio, a sus odiados oponentes.  La muestra más palpable de esta abominable relación es el caso Andrés Felipe Arias - Juan Manuel Santos: ambos fueron ministros del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ambos fueron cuestionados por hechos detestables ocurridos en sus respectivos ministerios, mientras ellos los encabezaban; sin embargo, uno está en la cárcel y otro fue reelegido presidente de la República, a pesar de que las vicisitudes del segundo pueden considerarse peores que las del primero, pues hubo muchos muertos inocentes de por medio. Así es: el escándalo de corrupción de Agro Ingreso Seguro (en el Ministerio de Arias, donde ricos terratenientes parcelaron sus haciendas para obtener generosos aportes económicos del estado) no fue peor que los tristemente célebres falsos positivos (en el Ministerio de Santos, donde unidades descarriadas de las Fuerzas Militares asesinaban a jóvenes inocentes para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate).

10 jul 2019

Los sentimientos encontrados en la actual Avenida del Río

Cinco melancólicas imágenes actuales contrastan con la colorida
fotografía de hace unos años

Por John Acosta

El alma se desgarra poco a poco, como trapo viejo, a medida que va uno viendo el deterioro de lo que cinco años atrás había sido ícono de que la ciudad había decidido darle, por fin, el frente al Gran Río de la Magdalena, después de muchas décadas de crecer a sus espaldas. El pavimento estaba mohoso por las llantas, sucias de polvo, de vehículos pesados que transitan la vía; incluso, esas volquetas, cargadas de material de construcción, ya han ocasionado la aparición de huecos sobre el asfalto. Definitivamente, el esplendor y la bulla nacional, levantados un lustro atrás por la Avenida del Río, se habían evaporado con el tenue olor a alcantarilla que todavía esparce por el ambiente la principal arteria fluvial de Colombia.