Por John Acosta
Son muchas las personalidades que coinciden en afirmar lo innegable: La Guajira es uno de los departamentos más empobrecidos de Colombia, con unos altos índices de necesidades básicas insatisfechas. Y si se trata de voceros de esta sección del país que gestionen ante el gobierno central las urgentes soluciones a los múltiples problemas estructurales de la única península colombiana, se podría pensar que también en esto está corto este ente territorial, pues La Guajira apenas tiene cuatro congresistas: dos representantes a la Cámara (Juan Loreto Gómez Soto, con 51.660votos; y Jorge Alberto Cerchiaro Figueroa, con 30.956) y dos senadores de la República (ver siguiente párrafo). Lo lamentable es que, en esto de la baja representatividad ante el Poder Legislativo colombiano, no es por falta de votos guajiros.
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A juzgar por el análisis detallado que hizo el blog Comarca Literaria de las votaciones al Congreso del 2022, a propósito de las elecciones para estas dos corporaciones nacionales del próximo año, se encontró que los habitantes de La Guajira sí salen a votar masivamente a elegir senadores, pero no lo hacen por sus propios paisanos: de 305,801sufragios para Senado que hubo en la península colombiana (con el 98.09 % de las mesas informadas), apenas 66.920 fueron para los dos candidatos al Senado que resultaron ganadores: Alfredo Rafael Deluque Zuleta, quien sacó en su tierra apenas 48,671 de los 79.069 votos con que obtuvo su curul; y Martha Isabel Peralta Epieyu, que estaba en la lista cerrada del Pacto Histórico y que resultó con 18,249 votos en este departamento de la costa norte colombiana.