26 mar 2019

Cooptación en Uniautónoma: la liviandad del juicio es nuestro mal

Por Antonio Donado Tolosa, Phd.

Sí, mal como virus, bacteria que entorpece el sano funcionamiento de nuestros órganos y, cuando el bicho se hospeda en la cabeza, la enfermedad se esparce por todos los miembros. Si nos preguntan qué nos pasa, vacilamos, y balbuceamos como respuesta “es algo raro”, “nada me cae bien en el estómago”. ¿Pero has ido al médico? Nos preguntan con pena los demás, y desviamos la mirada hacia un largo callejón por donde se asoma la tristeza. Ay, niña, dicen las tías, si se ve fuerte la viuda, y hasta buen partido es: pretendientes no le faltan.

Desde hace tiempo andamos como el disfraz del descabezado, con la cabeza en una mano, en la otra el machete chorreando sangre, y la perturbación del juicio nos impide distinguir entre ese accidente, y la muerte de Joselito, el héroe verdadero del Carnaval que revive cada año. Los más despiertos habrán ya descifrado que la cabeza cuya sangre chorrea en nuestras manos es la del forajido de las bolsas negras. ¿Qué pasa, que deambula todavía por la Sala General como cadáver insepulto?