27 sept 2021

Tampoco esta vez, le entregaron casa al desplazado Jairo Morales en Candelaria, Atlántico

Jairo Morales, en el rebusque:
Mercado Público de Barranquilla
Por John Acosta

El sábado le fue muy bien al desplazado Jairo Miguel Morales Rodríguez en el mercado público de Barranquilla, gracias a Dios. Hasta se desquitó el hambre que pasó el día anterior (viernes): fue hasta la antigua Superintendencia Fluvial a comerse de almuerzo una suculenta mojarra frita, acompañada de sopa de pescado y arroz de coco. El pescado era tan grande que pudo dejar la mitad para llevársela a su amada Guelsy a Candelaria, donde ella tuvo que pasar la noche anterior sola porque a Jairo Miguel le fue tan mal que otra vez le tocó dormir sobre una de las mesas vacías del mercado, pues ese día ni siquiera hizo para el pasaje de regreso. Todas las mañanas, Jairo Morales sale en el bus de cinco de Candelaria hacia Barranquilla a jugar la lotería diaria de ganarse el sustento con la fumigación de negocios en el centro de la ciudad. Camina muchos kilómetros con el sol a cuestas y la bomba de fumigar en la espalda para rebuscarse el pasaje de vuelta y el de la madrugada siguiente, la compra de algunos alimentos en promoción y el ahorro cotidiano para pagar el arriendo mensual de la casa donde vive.