Por
John Acosta @Joacoro
Néstor Humberto Martínez |
Es, por supuesto, una lucha ardua, tormentosa e
impotente. El drama humanitario que padecemos todos los días, las más de mil
familias que dependemos de los salarios en la Universidad Autónoma del Caribe,
podría aliviarse en algo si uno viera interés en la Fiscalía General de la Nación
para meter en la cárcel a los que nos degeneraron nuestra existencia en estos
dos últimos años; sin embargo, esa angustiante batalla para arañarle a la vida
el sustento diario de nuestros hogares, se multiplica por infinitas veces al
comprobar que los culpables de nuestras desgracias deambulan felices por las
calles, derrochando a sus anchas el producto de su crimen, restregándonos
descaradamente sobre la miseria en que nos dejaron que no hay ningún órgano
capaz de hacer justicia por la dignidad nuestra mancillada.