3 abr 2021

Tenaz lucha por una casa propia en Candelaria, Atlántico

El autor de esta crónica visita a Jairo Morales en
la clínica donde estuvo hospitalizado
Por John Acosta

Jairo Miguel Morales Rodríguez duró cerca de 20 días hospitalizado en una clínica privada, sin pagar un solo peso. Le hicieron todo tipo de exámenes médicos hasta que dieron con el motivo del intenso dolor abdominal, por el cual decidió ir de urgencia al hospital de Candelaria, Atlántico, en vez de coger, madrugado, el bus hasta Barranquilla, como lo hacía a diario, para rebuscarse el sustento en el mercado público de la capital y regresarse en la nochecita, con algo en los bolsillos. Fue una resolución acertada de su parte, pues de ahí lo llevaron en ambulancia hasta el municipio de Baranoa, a un hospital de mejor nivel. Y supo de dónde provenía la sangrante úlcera que le diagnosticaron: de la angustiante e inútil espera a la ayuda que la Unidad de Víctimas debía darle, desde 2005, cuando llegó a Candelaria de nuevo, con una mano adelante y otra atrás, huyendo de las amenazas de las Farc, allá en el Casanare. La ignorada úlcera se le había acelerado en los últimos días porque, cuando al fin creía ver cerca lo que siempre añoró (tener su propia casa), tuvo que deshacerse de ese anhelo (que ya tenía a la mano) por la amenaza de ser expulsado de la Unidad de Víctimas.