Por John Acosta
Las sucesivas torpezas de
Sintrauac me hacen acordar a Ernesto Samper Pizano; el ex presidente colombiano
se volvió una especie de Rey Midas al revés: todo lo que toca lo vuelve, no
precisamente oro, pero sí una masa amarilla maloliente. Horacio Serpa Uribe
estaba proyectado para ser un popular presidente de Colombia, pero el
Ministerio de Gobierno de Samper le desmigajó esa eventualidad; María Emma
Mejía llevaba una carrera política brillante, pero le aceptó un ministerio a
Samper y eso le hizo trizas su exitoso andar en la simpatía del pueblo colombiano;
Fernando Botero Zea era una joven promesa de la política colombiana, pero su
paso por el Ministerio de Defensa del gobierno de Samper le truncó de tajo esa
posibilidad. Lo más reciente fue Unasur, una organización pujante de países de
Latinoamérica, que la demora fue que la tocara Samper Pizano: no ha podido
volver a levantar cabeza desde que el ex primer mandatario de Colombia dejó la Secretaría
General de ese organismo multilateral.