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Oswaldo Angulo Arévalo |
Por John Acosta
Ni siquiera las 36 horas del turno que acababa de entregar, pudieron aplacar la preocupación que llevaba Oswaldo Angulo Arévalo ese 16 de septiembre, sentado en una de las sillas del metro de Ciudad de México: debía llegar a tiempo a la Eucaristía que se oficiará en la parroquia San Antonio de Padua, ubicada en la colonia Nápoles de la capital azteca. Su desespero no era para menos: se iba a casar con Margarita Agudelo Rivera, que a esa hora estaba a 2.800 kilómetros de distancia, en la Catedral Metropolitana de Barranquilla.
Pasión por la Medicina desde niño
Como solía hacerlo algunas veces durante el año escolar, el profesor Juan Mejía Gómez llevó esa mañana a sus pequeños estudiantes a continuar la jornada bajo la sombra del ‘José Celestino Mutis’, como el maestro había al árbol de pivijay que estaba en el patio del Instituto Caldas. En una de sus magistrales formas de despertar la imaginación de sus muchachos, el profe Mejía les preguntó a dónde irían a estudiar su bachillerato y qué carrera les gustaría estudiar. Cuando le tocó el turno al niño Oswaldo, dijo que iría a estudiar la secundaria a Bogotá. “¡Y, después, seré médico!”, dijo con asombrosa determinación para un infante de esa edad.