Por John Acosta

William Murillo Zamora tenía apenas cinco años. Y le tocó, entonces, abandonar al Tuluá, municipio del departamento del Valle, ubicado en el suroriente de Colombia, que lo vio nacer para acompañar a su vieja en ese viaje sin destino. La costa norte fue la región en donde perduraron más tiempo. Su madre había montado un restaurante en Becerril, un pueblo del departamento del Cesar, en donde empezaba a insinuarse la fiebre algodonera. Hasta el día en que ella descubrió que sus hijos se estaban quedando ignorantes. Entonces, la nostalgia la hizo regresar al Valle de sus entrañas para quedarse en Cartago.