26 nov 2018

Silvia y Ramsés: de señalamientos y otros demonios

Arriba: los dos últimos ex rectores, Ramsés Jonás Vargas Lamadrid y Silvia Beatriz
Gette Ponce, camino al calabozo. Abajo: el más reciente meme que sus áulicos han
puesto a circular en las redes para desprestigiar al autor de este blog, único cuyo
rostro no se ha borrado para demostrarles a los esbirros que no se le teme a los
señalamientos

Por John Acosta

No fue sonoro, pero su hedor alcanzó a inundar el salón de clases, a pesar de los ventanales abiertos que estaban, tanto en la pared que va a la calle, como la que va al patio. La hermosa profesora se incorporó de su escritorio, que estaba al fondo, a un lado del tablero, y se plantó contrariada en la mitad del recinto. “¡¿Quién fue?!”, preguntó con determinación. Todos nos miraban a mi compañero de pupitre y a mí, pues parecía evidente que el viento nauseabundo había salido de ahí. Me sentí intimidado con la mirada de la profesora: era la primera vez que sus ojos no brillaban con la alegría de una docente joven sino con la luz de la decepción de una maestra gruñona. A mis ocho años, no fui capaz de admitir mi culpa y, de forma automática, señalé al niño que estaba a mi lado. “Fue él”, dije. Ante la defensa del inculpado, pesó más mi estatus de buen estudiante. Cuarenta y cinco años después de aquella mañana, no he podido olvidar la imagen que vi ese día a través del enorme ventanal: mi camarada estaba en el patio, a donde había sido enviado por la educadora, sacudiéndose los pantalones en medio de su monólogo de protesta justa.

No he podido superar la enorme injusticia que cometió mi infancia esa mañana desafortunada.  Y, desde entonces, cada vez que soy víctima de señalamientos injustos, no puedo evitar remontarme a ese caluroso día de mi primer año de primaria. Ese sentimiento de culpa me ayuda, de alguna manera, a sobrellevar los diferentes señalamientos sinrazón que me ha tocado padecer en mis 53 años de existencia. Del primero que recuerdo sucedió en época de estudiante universitario en Bogotá.