3 ene 2021

El feliz Año Nuevo que le arrebatamos al Covid 19

Por John Acosta

Nunca antes en mi vida, había ido tantas veces a urgencias a un hospital, por razones de mi salud, como lo fui el año que acaba de culminar; y no, precisamente, por lo que caracterizó el muy distinto 2020 (la pandemia desatada por el Covid 19), sino por otros motivos que bien podían asociarse al encerramiento preventivo, originado por ese virus que aún tiene en ascuas al mundo entero; en realidad, el año pasado dupliqué el número de entradas a urgencias, que había acumulado en mis 55 años de existencia. Y para acabar de rematar, también en 2020 fue la primera vez que no celebraba una Navidad como Dios manda: lo hice empijamado, escribiendo en el computador y viendo televisión. De manera que tenía motivos suficientes para celebrar la muerte de ese año y renovar la esperanza con la entrada del Año Nuevo.

No viajamos (con mi señora y nuestras hijas), como todos los años anteriores, a recibirlo con el resto de la familia, pero nos dispusimos a festejar su llegada en nuestra casa, por primera vez. Tampoco estrené ropa, como solía hacerlo, pero me puse la mejor pinta y hasta me sentí como nuevo, pues ya hacía mucho que no vestía elegante, debido al confinamiento. Aracelys, mi señora, insistió en dejarse puesta la misma vestimenta con que había salido esa tarde, pero Aura Elisa e Isabella, nuestras hijas, sí estrenaron entusiasmadas.