14 sept 2020

Carpa del Hambre: ¿de apropiación de protestas ajenas a cosificación de la mujer?

La carpa del hambre, primero a un lado de la entrada,
esperando el momento oportuno de asaltar la protesta
que había iniciado la Facultad de Ciencias Sociales y
Humanas; después, llegada la oportunidad esperada, en
toda la entrada para apoderares de las protestas y 
entregarlas unos días después por unos altos cargos a 
los líderes sindicales; lo anterior, entre febrero y marzo
de 2018. Y la modelo desnuda que contrataron en 2020

 
Por John Acosta

Después de que los entonces directivos de Sintrauac utilizaran la infame estrategia de la Carpa del Hambre para apoderarse de una protesta masiva, que ellos no fueron capaces de convocar, y negociar con los funcionarios de Ramsés Vargas el fin de ese paro de profesores y estudiantes, a cambio de unos puestos para el presidente y vicepresidente de esa organización sindical en la extinta Sala General (máximo órgano de gobierno de la época de nuestra querida Universidad Autónoma del Caribe), nunca pensamos los empleados y estudiantes, traicionados en ese momento, que futuros directivos de Sintrauac volvieran a mencionar si quiera el nombre de la carpa para no revictimizar a la masa vendida por altos cargos. Lo doloroso es que no solo volvieron a instalar la tristemente recordada carpa, sino que, además, se metieron con lo más sagrado que hemos honrado en la universidad por décadas (la mujer Uniautónoma), al contratar a modelos desnudas para representarla.

(Lea: Docentes de Ciencias Sociales y Humanas de UAC, en paro (El Heraldo)

Como asalariado que somos, jamás nos opondríamos a que un empleado ejerza su soberano derecho a la protesta para defender su puesto de trabajo. Ni más faltaba. Menos aún, cuando los directores académicos de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas (a la que para esa época pertenecía el Departamento de Humanidades) lideramos el masivo paro del 21 de febrero de 2018 para sacar de nuestra universidad a Ramsés Vargas y su Sala General de bolsillo. Los directores, docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, la inmensa mayoría no sindicalizados, pusimos en riesgo nuestra estabilidad laboral y nos lanzamos a un cese indefinido de actividades misionales, apoyados por los medios de comunicación locales. No, lo que criticamos con vehemencia son los medios usados para lograr el fin.

(Lea: Honores y disculpas a los aguerridos estudiantes de Uniautónoma del Caribe)

(Vea en este video el inicio de las protestas por parte de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas):



En este blog, ya hemos contado bastante, en textos anteriores, cómo los entonces presidente y vicepresidente de Sintrauac no habían tenido capacidad de convocatoria para movilizar a la gente de la Universidad Autónoma del Caribe en contra de la mala administración de la época. Y cómo activaron enseguida la estrategia para adueñarse de las protestas masivas que la facultad de Ciencias Sociales y Humanas habíamos logrado: diseñaron e implementaron una campaña de desprestigio en contra de quienes estábamos liderando las protestas: nos acusaban ante los estudiantes (apoyados por algunos docentes sindicalizados, a quienes ya le habían prometido suntuosas prebendas burocráticas) que nosotros estábamos buscando quedarnos con los puestos que dejarían Ramsés Vargas y sus aliados.

(Lea: Sintrauac: ¿… Y Ramsés Vargas se salió con la suya? (1) y La negociación: ¿... Y se salió Ramsés Vargas con la suya? (2))

(Vea en este video a uno de los líderes de las protestas de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas denunciando la situación en la que se encontraban y al entonces vicepresidente de Sintrauac delineando ya lo que serían los primeros ataques de su estrategia de desprestigio):


Junto con esa campaña de ir minando nuestra credibilidad, montaron su estrategia paralela: pusieron la Carpa del Hambre al lado de la entrada principal, acechando el momento propicio para dar el golpe fatal y adueñarse así de la protesta ajena, igual a las hienas de las selvas africanas, que merodean alrededor de la presa que no fueron capaces de cazar para arrebatársela al cazador que la obtuvo en franca lid.

(Vea en este video al entonces presidente de Sintrauac anunciando la toma de la universidad y, con ella, la toma de la protesta masiva que había iniciado la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas):


En la madrugada del jueves 1º de marzo, la llamada Carpa del Hambre, que Sintrauac había puesto a una lado de la entrada, al inicio de las protestas el 21 de febrero, como esperando el momento de dar el zarpazo para adueñarse de lo que ellos no pudieron hacer porque no tenían capacidad de convocatoria: ese primero de marzo dieron el golpe de gracia a quienes iniciamos el movimiento el 21 de febrero. Trasladaron su Carpa del Hambre justo en la entrada principal de la universidad y pusieron una escalera acostada sobre los torniquetes para impedir el paso hacia el interior de la institución: solo dejaban ingresar a los afiliados al sindicato, a los estudiantes y a la inspectora in situ y sus asesores, que habían sido delegados por el Ministerio de Educación para vigilar e investigar las acciones financieras y administrativas en la universidad.

Así se apoderaron de la protesta masiva que ellos nunca pudieron convocar.

Miembros de Sintrauc, entre funcionarios de confianza de
Ramsés Vargas, dan el toque final al catastrófico acuerdo del
fatídico 8 de marzo, en que se entregó la protesta iniciada
 por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas,
el 21 de febrero de 2018

En todo caso, terminaron ellos (el entonces presidente y vicepresidente de Sintrauac) negociando el fin de las protestas con la misma Sala General cuyos miembros pedíamos los líderes iniciales que salieran de la corporación. Se firmó, finalmente, el acuerdo, entre los representantes de Sintrauac; el de los padres de familia, organizados por Sintrauac, y el de los egresados, también organizados por Sintrauac; es decir, Sintrauac negoció por sí solo el levantamiento de las protestas masivas, que habíamos iniciados quienes no hacíamos parte del sindicato. Los representantes de los estudiantes no firmaron porque no estuvieron de acuerdo.

Con sus oscuros propósitos en mente, los negociadores les dijeron a los estudiantes que los culpables del resultado de esta negociación, éramos los directores académicos, a quienes no nos dejaron participar en ella. Los líderes estudiantiles protestaron rabiosos por la firma de esos acuerdos. Ese día, fui hasta la plazoleta, con el espíritu destrozado por la traición, a ver impotente la tristeza de los muchachos. Y todavía no sé qué fue lo que más me desmigajó el alma: verlos llorar de impotencia por el puñal que les habían clavado por la espalda o sentir el latigazo de sus miradas acusadoras sobre mí, pues ellos les creyeron, al principio, a los sindicalistas que se aprovecharon de su ira para ponerlos en contra nuestra.

(Vea en este vídeo a los estudiantes, tristes y decepcionados, lamentando la entrega de las protestas por parte de los líderes de la Carpa del Hambre, después se supo a cambio de qué):



Los sindicalistas en el máximo órgano de gobierno

El entonces vicepresidente de Sintrauac quedó como miembro principal de la Sala General y su suplente era quien ocupaba la presidencia de esa organización sindical en el momento de las negociaciones de la protesta. El nuevo integrante supo moverse muy bien en el intríngulis del máximo órgano de gobierno de la Universidad Autónoma del Caribe. Tanto, que logró meter a dos compañeros más del sindicato como miembros principales de la Sala General. Los exdirigentes sindicales hicieron alianza con los tres miembros de la corporación aliados de Ramsés Vargas y los seis formaron una mayoría devastadora que se opuso a la renovación de los estatutos que serían la punta de lanza para la recuperación de nuestra universidad.

(Lea: Señora Mineducación: ¿debe continuar la Sala General en Uniautónoma?)

Lo malo es que los dirigentes sindicales pretendían jugar a los dos bandos al mismo tiempo: ser protector del trabajador de una empresa y, al mismo tiempo, dueño de la misma empresa; es decir, eran mayoría en la Sala General, máximo organismo administrativo de la Universidad Autónoma del Caribe, y lograron seguir teniendo influencia en las decisiones de Sintrauac, el más grande sindicato obrero de esta querida universidad: había una transgresión a la ética, pues una de las labores asignadas socialmente a los sindicatos es, precisamente, ser veedores de la administración; por tanto, en las organizaciones, uno no puede pretender vigilarse a sí mismo.

(Lea: Ex líderes sindicales, ¿nuevos “dueños” de Uniautónoma?)

Los tres nuevos miembros del máximo órgano de gobierno de nuestra universidad no pretendían desprenderse del cordón umbilical que los mantenía unidos a Sintrauac. A finales de febrero de 2019 fue la elección democrática de la nueva junta directiva de Sintrauac. Y los tres ex líderes sindicalistas de la Sala General pusieron una de las cinco planchas inscritas para esas elecciones: sacaron tres de los diez miembros de la actual junta directiva de Sintrauac.

(Lea: El contundente triunfo del No a la cooptación en Uniautónoma, en el “plebiscito” de Sintrauac)

Hasta que Mineducación reaccionó

Desde este blog, libré una dura lucha contra eso; afortunadamente, conté con el apoyo de muchas personas, que no querían repetir la misma historia de burlas de las administraciones de Silvia Gette y de Ramsés Vargas dentro de la universidad. Y esa mayoría insensata de la Sala General empezó a pedir mi cabeza ante cuanta persona llegara a la Rectoría. Y puso a sus tres marionetas de la junta directiva de Sintrauac a tratar de socavar mi prestigio: no lo lograron, por supuesto, pues toda la Universidad Autónoma del Caribe estaba en contra de continuar con los mismos malos hábitos y conté con un enorme respaldo en el firme propósito de no permitir que la Universidad Autónoma del Caribe pasara, como se dice en el argot popular, “de Guatemala a guatepeor”. El mayor temor era que el próximo rector ya no lo iba a elegir el Ministerio de Educación Nacional sino, precisamente, esa desacreditada Sala General.

(Lea: Al fin, Mineducación coge el toro por los cachos en Uniautónoma)

No niego que me sentí seriamente amenazado. Al fin y al cabo, me enfrentaba a la alianza mayoritaria del máximo órgano de gobierno de nuestra institución educativa. Las marionetas mandaban sendas mentiras en mi contra a la dirección de Talento Humano y yo sentía que en esta área estaban amarrados de manos, pues no podían desconocer por mucho tiempo la reiterada solicitud de despido en mi contra que hacía la desacreditada mayoría de la Sala General.

(Lea: Gracias, Mineducación, por despejar horizonte de progreso a Uniautónoma)

Entonces, me tocó enviar una carta de nueve páginas al Ministerio del Trabajo, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT, a la que está afiliada Sintrauac), con más de 80 folios de pruebas. Esa carta fue publicada en cuatro partes en este blog.

(Lea: La avaricia y alevosía, tras mi puesto en Uniautónoma (1 de 4),

La avaricia y alevosía quieren mi puesto en Uniautónoma (2 de 4)

La avaricia y alevosía buscan sacarme de mi cargo en Uniautónoma (3 de 4) y

¿La avaricia y alevosía se quedarán con mi cargo en Uniautónoma? (4 de 4)

Afortunadamente, el Ministerio de Educación Nacional, en cabeza de María Victoria Angulo, pudo comprobar nuestras denuncias y destituyó a los seis miembros que torpedeaban el avance de la Universidad Autónoma del Caribe, desde la Sala General.

(Lea: El rector que Uniautónoma del Caribe necesita y 

¿El candidato de Sintrauac a la Rectoría de Uniautónoma del Caribe?)

¿Carpa… del Hambre o del Miedo?

Cuando ya creíamos superada toda esa sartén de angustias que se generó por la infame estrategia de la


Carpa del Hambre, de Sintrauac, a partir del 1º. de marzo de 2018, esta misma organización sindical nos restriega esos tristes recuerdos al volver instalarla este año al lado de una de las entradas de nuestra universidad.

¿Se le acabó la creatividad al asesor externo de Sintrauac, que es el mismo de la época en que se traicionó a la protesta de febrero y marzo de 2018 por unos cargos al lado de leales a Ramsés Vargas? A este sindicato le asiste todo el derecho del mundo a protestar por los derechos de sus afiliados, ¿pero hacerlo con una estrategia desafortunada que revictimiza a trabajadores y estudiantes vilmente vendidos por unos puestos burocráticos?

Las modelos de Sintrauac

¿Será que esa bendita carpa es un karma que lleva a este sindicato mayoritario a cometer torpezas como la cosificación de la mujer, mediante la explotación de sus atributos físicos para llamar la atención del consumidor de noticias? La desnudez como protesta social es un hermoso poema de lucha por las reivindicaciones de los menos favorecidos, siempre y cuando, quien se despoja de su ropa para salir a la calle en masa, lo hace convencido de su loable propósito, le sale del alma hacerlo, le nace de las profundidades de su conciencia: así, incluso, la gordura y flacidez es un arte que el espectador desprevenido disfruta porque le transmite la emotividad sentimental de quien está protestando por sí mismo.

En cambio, contratar a hermosas modelos desnudas (que no viven la fogosidad espiritual de quien es víctima en verdad) dizque para tratar de embellecer lo que el contratante considera feo en el cuerpo de otros (que sí sienten suya la protesta) es quitarle seriedad y peso a la movilización social, es reducir a la condición de cosa a la persona, en este caso particular, a la mujer trabajadora de la Universidad Autónoma del Caribe. Eso es así, aunque algún seudointelectual citadino pretenda deshacerse tardíamente de su formación clerical para tratar de justificar tan burda negociación del cuerpo femenino.

(Lea: La ingrata, urgente y loable misión del Rector Molinares en Uniautónoma del Caribe)

A propósito del motivo de la actual protesta, no deja de ser preocupante ver a algunos advenedizos asolapados (que nunca se comprometieron a fondo ni con el movimiento antiRamsés, ni con la posterior lucha contra quienes pretendían empotrarse en la extinta Sala General) hablarle al oído a los funcionarios de confianza del nuevo rector dizque para aconsejarles, con criterios oscuros, quién debe quedarse y quién debe irse; afortunadamente, sabemos que la sensatez primará en quienes tienen poder decisorio para semejante e, insistimos, necesario proceso: insistimos en que debe haber un profundo y ponderado análisis.


Aquí puede ver (y leer, si lo desea) todos los artículos publicados en este blog, desde la crisis generada por Ramsés Vargas, en Uniautónoma

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