Nada más loable que el rescate
financiero de una institución con más de medio siglo de existencia, como lo es
la Universidad Autónoma del Caribe; además, es una acción urgente, impostergable;
sin embargo, también es cierto que nada es más ingrato que ejecutar el principal
paso para lograr equilibrar un poco la balanza que está asfixiando a esta
importante casa de estudios superiores. Es tan impopular esta medida, que se
necesita una férrea voluntad de salvamento de este insigne símbolo de la
academia colombiana: es necesario un líder con perrenque, firme, decidido para
lograrlo.
No hay un solo empleado de la Universidad Autónoma del Caribe, desde el cargo más bajo hasta el de más alto rango, que no esté consciente de que es inaplazable la reducción ostensible de la nómina. La frase frecuente, en las conversaciones cotidianas entre trabajadores, sobre la situación de la universidad, es que “en la época de don Mario (Ceballos Araújo), con diez mil o doce mil estudiantes matriculados, en tal área habían tres empleados; sin embargo hoy, con apenas cinco mil estudiantes, esa misma área tiene más de 15 trabajadores”: es, a todas luces, un enorme despropósito, que debe ser corregido a la mayor brevedad.
Es, por supuesto, una situación dolorosa para quien se quede sin el sustento de su familia.
He sido testigo triste e impotente de otras organizaciones que han tenido que verse obligadas a recurrir a este mecanismo, extremadamente impopular, para poder sobrevivir en el cada vez más difícil y competitivo mercado. El ambiente laboral se torna tenso: la zozobra de “cuándo me tocará a mí” es feroz; la morbosidad también tiene su parte: “figúrate, que a fulanito ya le llegó la carta”, se cuenta uno al otro, frotándose las manos, más que en un plausible acto de solidaridad, en una cruel chismografía de maldad.A nadie le gustaría llegar a
una situación de estas: ni al directivo que se ve forzado actuar por la supervivencia
de su empresa y, con esto, salvar el empleo a muchos de sus trabajadores; ni mucho
menos al empleado sacrificado, que ahora queda a la deriva y sale a engrosar la
cifra de desempleo del país. Ninguno quiere estar en los zapatos de estos dos
protagonistas tristes e impotentes de un contexto en el que ambos se vieron abocados.
De ahí que se requiera de un liderazgo fuerte y capaz para tomar una necesaria
decisión de estas para el bienestar de la organización: una persona que no se
doblegue ante el torrente de críticas que le arreciarán.
O se toma la decisión o
desaparece la empresa, así de claro y contundente. En el segundo caso es peor
porque ya no son unos cuantos trabajadores que se quedan sin empleo (como en el
primer caso), sino todos. Ahora, quiénes se van y quiénes se quedan. Esa es
otro proceso difícil. Debe hacerse un estudio ponderado y serio para establecer
qué cargos se suprimen y cuáles continúan.
Afortunadamente para la
Universidad Autónoma del Caribe, como institución, (y, desafortunadamente, para
quienes ocupan los cargos que deben suprimirse) el Consejo Superior escogió a un
rector que ha dado muestras de medírsele a esta difícil tarea. Mauricio Javier Molinares
Cañavera ha asumido el difícil reto: “Estas decisiones son complejas y doloras
de tomar, desde el punto de vista humano, pero están amparadas en la legalidad
y en el trabajo honesto que profeso”, admitió el rector en un comunicado que le
envió a todos sus empleados. “De no hacerlo, la universidad no podría,
entonces, cumplir con el pago puntual a los docentes y administrativos, que hoy
día trabajan incansablemente por mantener la calidad en todos los proceso de esta
institución”, agrega.
De todas maneras, es importante que este proceso esté supervisado por el estado colombiano, y más en el caso de esta institución educativa, que está siendo intervenida por el Ministerio del ramo. Sobre esto, el rector Mauricio Molinares dijo en su comunicado que “es preciso resaltar el invaluable respaldo que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación Nacional, le ha brindado a la Universidad Autónoma del Caribe, de manera permanente y oportuna”.
Este proceso, doloroso, pero necesario, debería contar con el respaldo de todos los estamentos, pues equivale a un caso de vida o muerte para la universidad; por supuesto, nadie pide un apoyo a ojos cerrados, ya que lo delicado del tema amerita una vigilancia constante; sin embargo, que esa lupa permanente no se constituya en una obstrucción para algo que era inaplazable. Es muy fácil ubicarse del lado de quienes critican esta acción necesaria; incluso, da muchos réditos de popularidad y hasta es rentable políticamente oponerse a ella. Se necesita un alto sentido de la responsabilidad y férreas convicciones éticas para exponerse a los insultos de quienes consideran insensato permitir esta decisión urgente e improrrogable. Lo difícil e impopular es aceptar en público, lo que se insiste en privado: se debe reducir la nómina de forma considerable, si se quiere salvar a la Universidad Autónoma del Caribe.
Que se acojan al programa de becas del Gobierno Nacional. Muchos Estudiantes lograrán una anhelada carrera Profesional y sin huelgas.
ResponderBorrarDelicada situación. Si esta en buenas manos la Universidad. De seguro lograra su objetivo.
ResponderBorrarEl problema de este escrito es que no menciona por ningún lado que la reduccion es equitativa y debe iniciar desde los altos cargos, quizás fuera menos impopular si en vez de 200 suspensiones de contratos y 300 docentes catedráticos por fuera, se le sumara una contundente reducción de cargos administrativos que seguramente representarán en valor mucho más que todas las reducciones que se han hecho, no veo que menciona por ningún lado cuál va a ser el aporte de la sala general, cuál es el aporte desde su propio salario, cuál es el aporte de los tantos cargos directivos que no se requerirán si no existiese la universidad, el ejemplo no es la mejor forma de liderazgo, es la única, aún recuerdo entre las cosas dichas de manera informar hubo una propuesta de reducción de salarios a los directivos de la U por parte del saliente rector que no hizo eco en la sala general... pero ahora si buscan los recursos por el lado más frágil, entonces contradigo a este reportaje preguntando, si le parece algo facilita el criticar las acciones, no considera más facilita buscar la solución sacrificando a los más vulnerable? Loable sería la labor del rector si se enfrentase a la burocracia de la U de la que el también hace parte y empezara por allí la reducción, eso si sería loable
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo Andrés , debieron empezar por ellos, salarios en estos momentos de 10, 20 y 30.000.00 mes a altos cargos directivos no son sanos para el alma mater. Tampoco es sano desvincular a los catedráticos, que no son una carga laboral tan pesada como los altos cargos , y en cambio si se les duplicará la carga laboral a los tiempo completos por el mismo sueldo. Eso va a traer problemas de calidad, es más fácil, como dices, salir de los mas vulnerables. Se dice que salieron de colaboradores que estaban trabajando desde sus casas virtualmente aduciendo que no trabajaban desde antes de la pandemia, esto conlleva a nuevas demandas de las que ya hay desde la época del rector Ramsés. Otra pregunta que queda para el excelente profesor Acosta, ojalá sea tema de su interesante blog... si este rector saca a doscientas personas que no hacían nada, entonces, que hace el ministerio vigilando,?.. que hizo la rectora Claudia Dacunha que le siguió pagando a estos personajes?, el anterior rector a Molinares que hizo?.. la dejo ahí para el debate, no es posible que se le seguía pagando a los del equipo de futbol, escoltas, cocineros.... Saludos y ojalá se salve nuestra universidad la cual llevamos en el corazón por siempre y nos hizo mejores personas. ah, se me olvidaba,para otro tema del blog, la demanda multimillonaria de Ramsés el cual ahora la universidad le sale a deber.. ok
BorrarLAS INJUSTICIA DE LA VIDA: Respuesta a un ESCRITO que publicó un compañero de la Universidad AUTÓNOMA DEL CARIBE
ResponderBorrarProfesor Jhon Acosta.
Es muy loable que el honorable RECTOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARIBE MAURICIO MOLINARES C., dejará sin trabajo a más de 300 personas, es loable que esas personas sean las más vulnerables, mantenimiento, servicios generales, vigilantes, secretarías, coordinadores, que sus salarios no superen 3 salarios MINIMOS.
LOABLE, que nos suspendio en crisis económica, que no hay ofertas de trabajo.
LOABLE que los directivos que ha contratado ganen, más de $10,20 y 30 millones, como es el sueldo del Rector.
LOABLE, Qué el Honorable Rector, le dé más importancia a los bienes materiales, como es el teatro, el canal 23, que contrato a una persona, para restaurar el Teatro, para que su empleado, lo pueda ofertar, eso es muy LOABLE.
Felicito a todos los que han quedado laborando, pero la historia tiene memoria,
"Hacé mucho tiempo, apareció
un faraón en mi lugar de trabajo, quien nos encantó con su amplía sonrisa, pero llegó diciembre nefasto 2013, y el faraón, sentado en su trono, dio la orden de fusilar a más de 10 de sus empleados. Y después de eso la llegada de diciembre me preocupaba que no estuviera el nombre mio en la lista negra, y que me fueran a fusilar" y creo que era el temor de todos los empleados.
Hoy se repite la historia, pero este faraón sólo tiene 30 días de estar posesionado en su trono, y fusiló a más de 300 personas, sin piedad ni misericordia.
Eso es muy LOABLE Y MERECE QUE LO APLAUDAN.
"A nadie le gustaría llegar a una situación de estas: ni al directivo que se ve forzado actuar por la supervivencia de su empresa y, con esto, salvar el empleo a muchos de sus trabajadores; ni mucho menos al empleado sacrificado, que ahora queda a la deriva y sale a engrosar la cifra de desempleo del país. Ninguno quiere estar en los zapatos de estos dos protagonistas tristes e impotentes de un contexto en el que ambos se vieron abocados". "Es, por supuesto, una situación dolorosa para quien se quede sin el sustento de su familia.
ResponderBorrarHe sido testigo triste e impotente de otras organizaciones que han tenido que verse obligadas a recurrir a este mecanismo, extremadamente impopular, para poder sobrevivir en el cada vez más difícil y competitivo mercado. El ambiente laboral se torna tenso: la zozobra de “cuándo me tocará a mí” es feroz; la morbosidad también tiene su parte: “figúrate, que a fulanito ya le llegó la carta”, se cuenta uno al otro, frotándose las manos, más que en un plausible acto de solidaridad, en una cruel chismografía de maldad". "Es muy fácil ubicarse del lado de quienes critican esta acción necesaria; incluso, da muchos réditos de popularidad y hasta es rentable políticamente oponerse a ella. Se necesita un alto sentido de la responsabilidad y férreas convicciones éticas para exponerse a los insultos de quienes consideran insensato permitir esta decisión urgente e improrrogable. Lo difícil e impopular es aceptar en público, lo que se insiste en privado: se debe reducir la nómina de forma considerable, si se quiere salvar a la Universidad Autónoma del Caribe".
FARISEO, PASTELERO- TE HUBIERA TOCADO A TI ESTUVIERAS CACAREANDO GALLINA, OPORTUNISTA, SIEMPRE BAJO EL ÁRBOL QUE MAYOR SOMBRA TE DE.
Borrar"Se necesita un alto sentido de la responsabilidad y férreas convicciones éticas para exponerse a los insultos de quienes consideran insensato permitir esta decisión urgente e improrrogable. Lo difícil e impopular es aceptar en público, lo que se insiste en privado: se debe reducir la nómina de forma considerable, si se quiere salvar a la Universidad Autónoma del Caribe"
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