5 nov 2019

La avaricia y alevosía buscan sacarme de mi cargo en Uniautónoma (3 de 4)





Por John Acosta

Lo que más ha despertado la ira contra mí del ex vicepresidente del sindicato, y hoy líder de las mayorías en la Sala General, máximo órgano de gobierno de nuestra Universidad Autónoma del Caribe, es el artículo que publiqué en este blog el 19 de febrero de 2019, en donde revelé ante la opinión pública, mediante un infografía,  la composición actual de ese organismo: los estudiantes que apoyaron las protestas, y hasta los empleados de la universidad, comprobaron los rumores de que los ex directivos del sindicato estaban empotrados en el máximo órgano de gobierno de nuestra universidad. El artículo lo titulé: Señora Mineducación: ¿debe continuar la Sala General en Uniautónoma? Ahí fue Troya.

Mis críticas a la cooptación generan ira contra mí

Denuncié ante la opinión pública cómo el ex vicepresidente del sindicato, no solo quería ser dueño de la universidad sino que, además, pretendía dominar el sindicato a través de una plancha que organizó de aspirantes a la Junta Directiva en las elecciones internas del sindicato. “Desde que di las primeras declaraciones a los medios, en la mañana del glorioso 21 de febrero de 2018, fui claro en señalar a la Sala General de ser culpable de las dos debacles consecutivas sufridas por nuestra alma mater. Recuerdo que solicitaba al Ministerio de Educación que nos ayudara a buscar la forma de remplazar a todos los miembros de la corporación, no mediante negociaciones por debajo de la mesa, que es lo que trae la cooptación. Los incapaces, ante la falta de argumentos para llevar un debate de altura y ante la falta de evidencias que respalden sus acusaciones inventadas, recurrieron, desde un principio, a los memes; luego, con el tiempo, pasaron a los comunicados de cadáveres de sindicatos insepultos. Todavía ahora, cada vez que publico mi inconformidad por movimientos rastreros, como insistir en la cooptación para la Sala General, me llegan docentes y ejecutivos de la universidad a contarme las sandeces que dicen de mí algunos integrantes de la lista de marras, que aspira a la junta directiva del sindicato, y algunos exdirectivos sindicales hoy sentados en la Sala General”, escribí entonces.


En esa plancha, estaba, en segundo renglón, el ptc de verbo virulento que yo había hecho nombrar en el departamento académico que dirijo y quien terminó uniéndose al ex vicepresidente del sindicato (y hoy líder la bancada mayoritaria en la sala General) en su fijación para sacarme del cargo que hoy ocupo, como castigo por mi oposición al mecanismo de la cooptación.

Al salir el artículo que desnudaba las acciones del grupo que me ataca por mi oposición, firme y decidida, a la cooptación, el profesor de lenguaje encendido arreció sus ataques para enrarecer el ambiente en el Departamento de Humanidades, que dirijo. También, el presidente de la Sala General, que hace coalición con el ex vicepresidente del sindicato en ese organismo para lograr las mayorías que hoy ostentan, expidió un amenazante comunicado el 21 de febrero que distribuyó por toda la universidad en el que anunciaban medidas administrativas y legales contra mí y contra “quienes lo acolitan”.

Más de 500 firmas contra la cooptación

El comunicado de la Sala General coincidió con la recogida de firma que lideré dentro de la universidad, apoyado por la Asociación de Profesores de la UAC (a la que pertenezco), para una carta a la ministra de Educación, en la que le solicitábamos, respetuosamente, que se abstuviera ese despacho de aprobar la reforma estatutaria que la Sala General había enviado y en la que, prácticamente, no se cambiaba nada de los estatutos de Ramsés Vargas.

Entre docentes, administrativos y estudiantes, recogimos más de 500 firmas en menos de dos días; obviamente, el estar yo en una mesa recogiendo firmas fue aprovechado por el grupo mayoritario de la Sala General, que, obviamente, apoya la cooptación, para aumentar la presión, ante mis superiores, sobre mi inmediata salida del cargo por supuesto abandono de este.

Los resultados de las elecciones de Junta Directiva del sindicato

De las cinco listas inscritas para ser elegido miembro de la Junta Directiva del sindicato, dos eran las que tenían más opción del triunfo: la que se oponía directamente a la cooptación y la que encabezaba el que apoyaba el líder de las mayoría de la Sala General, donde el profesor de lenguaje altisonante estaba en segundo renglón. Sin estar afiliado al sindicato, le hice campaña a la primera, por supuesto. Fue una campaña de frente, visité a varias dependencias de nuestra universidad para que votaran por la lista que esta de frente en contra de la cooptación

El triunfo de la lista que yo apoyaba fue contundente: 171 votos contra la segunda votación (que fue la de la lista que apoyaba líder de las mayorías en la Sala General), que apenas obtuvo 68 votos.

El 1 de marzo, escribí y publiqué un artículo en mi blog: El contundente triunfo del No a la cooptaciónen Uniautónoma, en el “plebiscito” de Sintrauac. “Fue, ciertamente, un contundente mensaje de rechazo de la mayoría de los empleados de la Universidad Autónoma del Caribe a quienes insisten en imponer, a lo macho, la cooptación en los órganos de gobierno. Ojalá ese mensaje no caiga en oídos sordos, ni de aquí de la universidad, ni del Ministerio de Educación Nacional”, escribí entonces.

Mi queja formal contra los desmanes del docente de verbo virulento

Toda esta situación, hizo que el docente de verbo virulento arreciara sus ataques en el grupo de WhatsApp del Departamento. Ya de nada sirvieron los llamados cordiales que le hacía yo personalmente, desde un principio, ni los recados que le mandaba yo con amigos de ambos. Fueron tan reiterativos y repetitivos esos ataques, que me vi obligado a sacarlo del grupo de WhatsApp; entonces, me escribió al privado: “Usted no es mi jefe. Y lo digo claro”. Me tocó bloquearlo enseguida para que no siguieran sus ataques.

Era, por cierto, una afirmación de la mayor gravedad. A la semana siguiente, imprimí varios de los chats insultantes de ese profesor y, junto con el que me envió al privado, los envié a Talento Humano con una queja formal, el 6 de marzo de 2019.

Hasta el día de hoy, no se ha manifestado Talento Humano sobre semejante hecho. La inmunidad de la virulencia de lenguaje pareciera que tuviese doble blindaje: por un lado, del líder de las mayorías de la Sala General, y, por el otro, del cargo actual del docente de verbo encendido, vicepresidente del sindicato.

He luchado duro para eliminar el mecanismo de la cooptación como una forma de nombrar a los integrantes de la Sala General, máximo órgano de nuestra Universidad Autónoma del Caribe. Ese sistema debe eliminarse, pues ya la universidad no tiene ni a sus fundadores ni a los hijos de los fundadores en el máximo organismo, lo cual deja el camino abierto para que sea una institución de todos sus empleados y, por tanto, ellos deben elegir democráticamente, por un período definido, quiénes harán parte de la Sala General. “Y quise matarlo, deshaciendo ese hijo, que olvidó en los libros lo que un ignorante de los ranchos nuestros, ni borracho, ni loco, se olvida un momento”, sigue contándole a su madre el campesino feliz del poema gaucho Me echaron del puesto.

Aquí puede leer la culminación del texto anterior:

¿La avaricia y alevosía se quedarán con mi cargo en Uniautónoma? (4 de 4)

Aquí puede ver (y leer, si lo desea) todos los artículos publicados en este blog sobre la crisis que padeció la Universidad Autónoma del Caribe

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