La avaricia y alevosía, tras mi puesto en Uniautónoma (1 de 4)
Por
John Acosta
Soy el único que aún conserva
el cargo de las tres personas que más salimos a dar declaraciones a los medios
masivos, en la mañana de ese inolvidable miércoles 21 de febrero de 2018 en que
iniciamos las protestas masivas que terminaron con la salida de Ramsés Vargas
Lamadrid de la rectoría de nuestra Universidad Autónoma del Caribe. Los otros
dos voceros ya no son ni decano ni director de programa, pero el enorme costo
para mantenerme de pie en mi puesto lo vivo pagando a diario, pues los duros
golpes para tumbarnos empezaron a planearse esa misma mañana por quienes no
tuvieron la capacidad de convocatoria para hacer lo que hicimos los directores
de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas (a la que, entonces, pertenecía
el Departamento de Humanidades), y apoyadas por los docentes y estudiantes de
la Facultad. Nuestros compañeros nos habían encargado a mí, y a un grupo de
docentes-periodistas, del relacionamiento con los medios, que, desde un
principio, empezaron a darle cobertura al hecho a las masivas protestas. Precisamente,
el hecho de aparecer tanto en la televisión local, como nacional, dando
declaraciones sobre la situación que padecíamos en la universidad, fue
generando cierta prevención en el entonces vicepresidente del sindicato hacia
los tres directivos de las protestas que más salíamos en los medios de
comunicación. Tanto así, que en plena protestas y en dos discursos que lanzó en
la plazoleta de la Universidad, él reclamaba el hecho de que aprovecháramos la
amistad con nuestros colegas periodistas para que nos dieran “pantalla” y hasta
insinuó que nosotros buscábamos quedarnos con los altos cargos que irían
dejando los cómplices de Ramsés Vargas: terminó siendo exactamente al revés.
El
asalto a las protestas y la negociación de su fin
Ese mismo miércoles 21 de
febrero, la Facultad de Ingeniería (que el 5 de febrero había acompañado al
sindicato de la universidad en un plantón y cuyos profesores se declararon,
desde ese día, en asamblea permanente), expidió un comunicado en donde
declaraba que se unía a nuestra facultad en las protestas.
Mientras todo eso sucedía, el
vicepresidente del sindicato y sus amigos más cercanos habían ideado el plan
para adueñarse de las protestas masivas que habíamos iniciado en la Facultad de
Ciencias Sociales y Humanas: iniciaron poniendo lo que llamaron la Carpa del
Hambre de lado afuera de la Universidad, al lado de la entrada principal.
Nosotros, los que habíamos iniciado las protestas masivas, permanecíamos
adentro, en la plazoleta.
Con los días, el vicepresidente
de entonces del sindicato, y sus amigos, pusieron la famosa carpa del hambre en
la mitad de la entrada y los único que podían ingresar a la universidad era
quienes ellos autorizaran: se adueñaron así de unas protestas masivas que ellos
no fueron capaces de convocar nunca. E iniciaron negociaciones con algunos
miembros de la Sala General impuesta por Ramsés Vargas para terminar las
protestas que ellos no generaron. Redacté un extenso artículo denunciando estos
hechos, que publiqué en mi blog en dos entregas el mismo día, sábado 10 de
marzo: Sintrauac: ¿… Y Ramsés Vargas se salió con la suya? (1) y Lanegociación: ¿... Y se salió Ramsés Vargas con la suya? (2). Lo cierto es que el
vicepresidente del sindicato y sus amigos resultaron con tres puestos en la
Sala General, el máximo órgano de gobierno de nuestra universidad.
El vicepresidente y sus
amigos, no solo nos relegaron a los líderes que originamos el cese de actividades
misionales ese glorioso 21 de febrero de 2018, sino que, además, se
aprovecharon de una mala situación en nuestros salarios, que habíamos padecido
por dos años consecutivos, para hacernos ver ante los estudiantes como
favorecidos por Ramsés Vargas con bonificaciones. El jueves 15 de marzo de
2018, escribí y publiqué en mi blog un artículo para salirle al paso a estas
acusaciones infundadas: lo titulé Bajada de sueldo por bonificación: elpauperismo que legó Ramsés Vargas.
En ese artículo escribí, entonces:
“Ese fue el regalo con que los altos directivos de la Universidad Autónoma del
Caribe nos recibieron a unos 30 directores de área: la disminución de un 25% de
nuestro salario; es decir, cuando a todos los trabajadores de cualquier empresa
establecida en Colombia, pública o privada, les suben un porcentaje de su
sueldo a partir de enero de cada año, a estos 30 empleados de nuestra
institución educativa, nos lo bajaron. Y no cualquier bajonazo: a partir de
febrero de ese año (2016), recibiríamos una cuarta parte menos de lo que
ganamos el año anterior. La mayor parte de los afectados éramos directores de
programas y departamentos académicos”.
Nace
la saña contra mí
Era indudable que todos estos
artículos que yo escribía y publicaba fueron originando la ira del entonces
vicepresidente del sindicato hacia mí y hacia mis ex compañeros de lucha; eso,
por supuesto, se convertiría en un grave peligro para mi estabilidad laboral
dentro de la universidad, pues, como ya dije arriba, ese vicepresidente
sindical vendió las protestas que iniciamos en la Facultad de Ciencias Sociales
y Humanas contra Ramsés Vargas por tres puestos (para él y dos de sus amigos)
en la Sala General y, una vez allí, convenció a dos miembros más de ese órgano
de gobierno, puestos en esa corporación por Ramsés Vargas, para que se unieran
a él y a los otros dos escaños logrados en la negociación de las protestas; es
decir, hoy son mayoría en el máximo órgano de la Sala General. Y, entonces, el ex vicepresidente
sindical, hoy líder campante de la Sala General, se encaminó a convencer al
profesor de verbo virulento que hice nombrar Profesor de Tiempo Completo en el
departamento que dirijo: fue fácil ponerlo en mi contra en mi propio equipo de
trabajo, pues el comunismo radical de ese docente no acepta una posición de
centro derecha como la mía.
Ya en plena protesta, el
profesor de argumentación radical empezó por fustigar a los cuatro docentes
nuevos que habían ingresado en el Departamento de Humanidades. “Ustedes se
tienen que ir de aquí porque ingresaron con Ramsés. Serán los primeros en
salir”, les decía. A mí me parecía contradictoria su actitud, pues también él
había entrado en el período de Ramsés, pero era su forma de ir tomando
distancia de los asuntos del Departamento: estaba envalentonado porque contaba
con el respaldo del líder que tenía las mayorías en la Sala General.
Por supuesto, esa continuidad
de textos míos originó, también, una andanada de ataques contra mí por parte de
quienes se sentían aludidos en mi lucha por una Universidad Autónoma del Caribe
de todos y para todos: trataban de difamarme y enlodar mi reputación a través
de memes y pasquines. Respondí a esos ataques con un artículo que publiqué en
Comarca Literaria: Silvia y Ramsés: de señalamientos y otros demonios.
“Ayer hubo fiesta en la
estancia. Y el mocito, biodo,
maltrató al boyero, anduvo a palos con peones y perros. Cuando vide que el patrón, con tuita justicia, vino a pedirle al hijo
se estuviese quieto, el patrón fue quien tuvo que irse dentro. Luego, ¡vino la
madre! Para qué venir… Conforme la pobre viejita, vino a pedirle al hijo se
estuviese quieto, se ensañó en la pobre. ¡Lo maldijo a Dios! Y cuando esa pobre
madre vino a arrodillarse, la tomó de un brazo, la apretó fuerte, la tiró en el
suelo, Y, después, no me acuerdo. Se me fue el sentío, me tapó una sombra. Lo alcé por los aires y lo estrellé
contra el suelo. No sé si lo he dejao
allí tirao, creyéndolo muerto, porque
pensé que era usté esa madre y yo ese
mal hijo que había educado el pueblo”, sigue contándole a su madre el campesino
que entró feliz a su casa a “encajarle” un beso en la “trompa” a su vieja, en
el poema gaucho que mencioné en el anterior artículo. Yo lo declamaba mucho en
mi adolescencia y la situación creada ahora alrededor de mi cargo me lo
recuerda mucho: se llama “Me echaron del puesto”.
Aquí, la continuación y culminación del tema planteado en el texto anterior:
La avaricia y alevosía buscan sacarme de mi cargo en Uniautónoma (3 de 4)
¿La avaricia y alevosía se quedarán con mi cargo en Uniautónoma? (4 de 4)
Aquí puede ver (y leer, si lo desea) todo los artículos publicados en este blog sobre la crisis que padeció la Universidad Autónoma del Caribe
Aquí, la continuación y culminación del tema planteado en el texto anterior:
La avaricia y alevosía buscan sacarme de mi cargo en Uniautónoma (3 de 4)
¿La avaricia y alevosía se quedarán con mi cargo en Uniautónoma? (4 de 4)
Aquí puede ver (y leer, si lo desea) todo los artículos publicados en este blog sobre la crisis que padeció la Universidad Autónoma del Caribe
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