24 ene 2021

A La Guajira le urge mirar, ahora sí, al Turismo

El encanto de la virginidad de Mayapo
Por Fabio Esteban Barrera, 40 años vinculado en el relacionamiento con las comunidades guajiras a través de Cerrejón.

La Guajira, debido a la alta sensibilidad mundial existente alrededor del medio ambiente, debe ir pensando en serio en la posibilidad de ir diversificando su economía para no depender tanto de las entradas financieras que le deja la producción de recursos naturales no renovables. Y una posibilidad cercana y económica para la región tiene que ver, también, con sus recursos naturales, pero no extrayéndolos de sus entrañas, sino trayendo al mundo y al resto del país al interior de esta hermosa tierra para que sean feliz admirando la belleza natural de esta querida península colombiana.

Es decir, dadas las condiciones favorables e inigualables que tiene La Guajira (y de las cuales no se ha beneficiado), los líderes y autoridades deben propender por dar la importancia que se merece al renglón del Turismo.

Hay un enorme problema que tiene La Guajira en estos momentos: la ingobernabilidad, derivada de muchos años de cohonestar con la corrupción, agrandada, precisamente, por los enormes recursos que recibió esta querida zona administrativa con la producción de sus recursos naturales; especialmente, por el carbón. El Estado colombiano, a través de todas sus instituciones, sobre todo, con sus órganos de control nacionales, debe articular acciones inmediatas y efectivas para recuperar la gobernabilidad de este departamento.

La inmensidad blanca y azul de camarones
Una vez se tenga un poder ejecutivo serio y fortalecido en la península, La Gobernación de La Guajira y la Asamblea Departamental deben converger para liderar un plan macro de Turismo, considerando entre otros:

-Una Secretaría de gran importancia.

-Un presupuesto acorde a las necesidades.

-Gestión de recursos de orden nacional e internacional.

-Promoción nacional e internacional de la imagen de La Guajira y de todas sus riquezas.

-Creación, en la Universidad de La Guajira, de la carrera de Turismo; también en los colegios se debe impartir una materia de Turismo, con lo cual se generaría una cultura de esta rama y, por consiguiente, una fuente importante de ingresos y recursos económicos, que beneficiarían a todos,  especialmente a nuestros hermanos Wayuu.

La constante romería a La Junta,
el pueblo de Diomedes Díaz
La inseguridad en el departamento ha sido, lamentablemente, por tradición, un enemigo del sano Turismo. Para enfrentar este problema, se deben comprometer las autoridades en su responsabilidad de la protección de personas y bienes. Debe haber una acción mancomunada entre autoridades civiles y policiales y la comunidad para lograr erradicar este flagelo que aleja a los turistas.

El proyecto de pavimentación de carreteras en la Alta Guajira, va a impulsar, muy seguramente, el arribo de turistas; por supuesto, este pavimento debe ir de la mano con la policía y con las comunidades para proteger al visitante.

Se deben organizar a las distintas comunidades para que ellas reciban con agrado y beneplácito a los hermanos alijunas, pero también deben recibir los beneficios que se merecen como cultura ancestral y de gran valor.

La Guajira es: única, exótica, hermosa; rica en su cultura, costumbres, gastronomía y artesanías, con una gente orgullosa de su tierra y de su raza. Todas estas, razones más que suficientes para hacer del Turismo un polo de desarrollo y de bienestar para los guajiros.

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