Por John Acosta
No encontré ni una sola foto
suya en internet: eso habla de su humildad, pues una de las personas más
conocidas y queridas en La Guajira en los últimos 30 años, no aparece en lo más
visible de la quinta revolución industrial de la humanidad. Inaudito, pero
cierto. Con decenas de ahijados regados a lo largo y ancho de la única península
colombiana, Fabio Esteban Barrera Martínez se convirtió en el cachaco más famoso
y apreciado de la exuberante tierra del Almirante Padilla. Llegó a ese amado
territorio en las postrimerías de los años 70 y comienzos de los 80.
Se había retirado del seminario, donde pretendía ser sacerdote (que era lo que estudiaban los jóvenes humildes de su época, nacidos en su tierra antioqueña), para empezar a trabajar como bombero en una gasolinera de la Esso en Colombia. Nunca olvida su vida arriba de los tanques de camiones cisternas, destapando bodegas de gasolina para verificar la cantidad del líquido. Su buen comportamiento como trabajador honrado, lo hizo merecedor de la confianza de los dueños de la empresa: Intercor, una filial de la Exxon, dueña de la Esso, se había ganado la licitación para producir, al lado del estado colombiano, el carbón de Cerrejón, en La Guajira. Y para ello, la Exxon estaba sacando sus mejores hombres de la Esso Colombia para enviarlos a Intercor.
- Le puede interesar:
- Historia del complejo carbonífero Cerrejón (1): Así llegaban los pioneros a La Guajira
Estaban en plena etapa de exploración.
Y Fabio Esteban llegó como administrador del Campamento de Tabaco, el primero
que se estableció oficialmente para trabajarle a lo que, entonces, era el
proyecto de Cerrejón. Antes, se había establecido uno improvisado en el patio
de una casa de Barrancas: eran unas carpas tendidas a la intemperie, sin
abanico y sin aire acondicionado. La interconexión eléctrica todavía no había
llegado a la región. Y debían dormir sin más acompañamiento que el ruido de un
motor "Lister" instalado en el mismo patio.
A mi lado, en el bautizo de su hija |
Una vez ubicadas las vetas de
carbón, Intercor aprovechó la habilidad ancestral de los paisas, la raza de negociantes
del país, y puso a Fabio Esteban a comprar tierras para la minería. Fue una
época de muchos altibajos: conoció la bondad del guajiro criollo y su templanza
para defender lo suyo, pero también conoció a los vivazos que nunca faltan en
ningún territorio y que se interponen en negocios a punto de culminar para
tratar de obtener provecho personal.
- Le puede interesar:
- Historia del Cerrejón (3): Puerto Bolívar, la sorpresa de su hallazgo
- Historia del Cerrejón (4): Comiendo chivo y queso de cabra en Puerto Bolívar
Fabio Esteban participó en el
grupo de negociación de tierras en la mina, en Puerto Bolívar y en los 150
kilómetros para la construcción de la carretera y del ferrocarril que una a la
mina con el puerto; obviamente, eso lo hizo popular entre los habitantes de esas
zonas de La Guajira: era el apropiado para ocupar el cargo de Analista de Relaciones
con la Comunidad en el entonces Departamento de Relaciones Públicas de la
todavía existente Intercor, ya en la etapa de producción y exportación de carbón.
Era encargado de canalizar las ayudas voluntarias que la empresa hacía a través
de serios programas sociales.
- Le puede interesar:
- Historia del Cerrejón (5): La carretera Mina-Puerto Bolívar: una vía para el progreso
- Historia del Cerrejón (6) Los silos, una curiosa historia en cifras
- Historia del Cerrejón (7): Así se construyó el único ferrocarril de trocha ancha de Colombia
Con sus dos queridos hijos: Valeria, mi ahijada, y Fabio Jr |
Le puede interesar:
Historia del Cerrejón (8): Así fue el proceso de exportaciones anticipadas en el Cerrejón
Historia del Cerrejón (9): Así penetró Cerrejón en el mercado mundial del carbón
En mi delicioso trabajo de
escritor de crónicas con los favorecidos de esos programas de ayuda, recorrí a
La Guajira en el campero Mitsubishi que la empresa había puesto a disposición
de Fabio Esteban para que realizara su trabajo. Salíamos temprano de la mina y regresábamos
en la noche: nunca escuché de él una anécdota o una frase o una palabra que denunciara
algún amor furtivo con las muchas mujeres que lo cortejaban, que, en el fondo,
yo sé que él sí aceptaba las bondades de la mayoría. Hoy, confieso que fui
favorecido con la generosidad sentimental de algunas de ellas que trataban de
usarme como peldaño para llegar hasta mi amigo.
- Le puede interesar:
- Aquí puede leer las crónicas de algunos de los favorecidos con los programas de ayuda de la entonces Intercor
Se enamoró, por supuesto, de
una hermosa joven guajira, que había sido candidata, en representación de La
Guajira, al Reinado Nacional de la Belleza en Cartagena. Casi todos nos opusimos
a esa relación, pues considerábamos que ella era muy joven para la edad de él;
no obstante, el noble corazón de Fabio Esteban no vio ni escuchó razones: se
casó con ella y me puso a mí como uno de sus padrinos de boda.
Terminé mis prácticas y duré
un año con un trabajo especial sobre las anécdotas de la historia del Cerrejón. Fabio Esteban, que aún no se había casado, tuvo la amabilidad de compartir conmigo, durante ese tiempo, su apartamento de soltero en la mina; me
nombró padrino de Valeria, su hermosa hija mayor y, por supuesto, fui a su bautizo;
después, me fui a donde los vericuetos de mi profesión me llevaban a disfrutar
de mi soltería. Regresé a la mina a trabajar como FreeLancer en el mismo Departamento
de Relaciones Públicas y visitaba a mi compadre a su casa de casado.
Siempre feliz, en medio de sus retoños |
Una empresa carbonífera de las
minas del Departamento del Cesar lo llamó para aprovechar su experiencia en la adquisición
de tierras para minería: él aceptó solo para poder venirse de Medellín y estar
más cerca de sus dos hijos, que estudiaban en Barranquilla. En esta ciudad, se reencontró
con una ex compañera nuestra de trabajo, que también se había separado. Y decidieron
hacerse compañía uno al otro.
Hoy, 24 de diciembre, está de cumpleaños
mi compadre Fabio Esteban Barrera Martínez, nacido en Cañasgordas, Antioquia. Y
quise rendirle un homenaje en vida con este merecido texto, con mis agradecimientos
eternos por su bondad y cariño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su amable lectura; por favor, denos su opinión sobre el texto que acaba de leer. Muy amable de su parte