Por John Acosta
El 27 de diciembre de 1984 arribó a La Florida el buque La Guajira, transportando 26 mil toneladas de carbón procedentes de La Guajira. Era el primer embarque que se hacía del mineral producido en El Cerrejón Zona Norte. Y era el ingreso de Colombia al grupo de países abastecedores de carbón.
Ese primer embarque no se hizo a través de Puerto Bolívar. Ni se transportó hasta el mar en el ferrocarril. Puerto Zúñiga, un muelle carbonífero de la compañía colombiana Prodeco, ubicado cerca al aeropuerto Simón Bolívar de la ciudad de Santa Marta, es el que ostenta el trofeo de ser el puerto donde se enviaron al mundo las primeras toneladas de carbón extraídas en la Zona Norte. El mineral fue llevado hasta Puerto Zúñiga en camiones de 35 toneladas de capacidad.
Ese fue un carbón bien muestreado. Era necesario asegurar que la calidad cumpliera con las especificaciones contractuales. La firma estadinense "Electric Fuels" necesitaba un carbón térmico (de piedra o hulla) de alta calidad. Luego, acordó con Carbocol la venta del mineral mediante contrato a largo plazo. Y el carbón de excelente calidad se embarcó, no sólo para satisfacer las necesidades del cliente, sino también para ir ganando imagen en el mercado internacional.
El 11 de marzo de 1985 arribó al puerto de destino en Dinamarca el buque "Giovanni", con 33 mil toneladas de carbón de la Zona Norte. Ese día llegó a feliz término la primera exportación que salió de Puerto Bolívar. Era la culminación de un esfuerzo del recurso humano de las empresas asociadas Carbocol-Intercor que se había iniciado a principios de 1984.
El objetivo era penetrar en el mercado internacional del carbón lo antes posible. Había mucha expectativa por conocer el carbón de El Cerrejón Zona Norte y comprobar si su calidad era tan buena como se pregonaba. Los primeros clientes servirían de puente a los socios para incursionar con otros compradores y ganar confianza. Lo planeado era exportar tres millones de toneladas anuales antes de 1986. Se lograron introducir alrededor de 2 millones y medio de toneladas.
Un mercado difícil
Cuando se inició la construcción del proyecto carbonífero más ambicioso de Amércia Latina, las señales del mercado internacional del carbón eran bastante positivas. La incontrolable tendencia alcista de los precios del petróleo promovida por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, a comienzo de los años 70 y la idea generalizada de que el líquido se estaba agotando, llevaron a los industriales a volcar su interés hacia el carbón, una de las mejores alternativas energéticas disponibles.
Se hicieron proyecciones en las que se estimaba que el precio del mineral estaría a US$ 80 la tonelada al comienzo de las exportaciones de El Cerrejón, proyectadas inicialmente para 1986. Para 1993, el precio de venta que osciló entre los 29 y 30 dólares por tonelada.
Las condiciones para vender carbón no fueron fáciles. Hubo sobreoferta. Al verse el mundo energético volcado hacia el carbón, gran cantidad de minas, que habían permanecido inactivas, empezaron a operar. El mercado mundial se vio inundado de repente por incrementos inesperados en la oferta y un incremento relativamente bajo en la demanda. Los mayores clientes mantienen altos inventarios de carbón.
Por otro lado, ante la reducción sustancial del consumo de petróleo por parte de sus compradores, debido al alto precio del crudo y a la posibilidad del carbón, la Opep debió bajar los precios del vital recurso energético. Esta determinación inteligente fue fatal para los exportadores de carbón. Además, el descubrimiento de importantes reservas de petróleo ha ido en aumento en los útimos años.
La situación que se vivió, a comienzos de la década de los 90, fue la de un mercado de compradores, donde su poder de negociación era superior que el de vendedor. La sobreoferta de carbón estuvo en 15 millones de toneladas anuales. De las tres mil millones de toneladas que se consumían cada año en el mundo, apenas 210 millones se comercializaba a nivel internacional y se transportaba a través de los océanos. Esto, debido a que los mayores consumidores eran a la vez grandes productores.
A todo lo anterior se debió agregar el reingreso de Suráfrica al mercado, como competidor agresivo; el invierno benigno, producto del efecto de calentamiento del planeta, lo que redujo las necesidades de uso doméstico de carbón.
Un proveedor de confianza
En 1986, Colombia colocó cerca de 5 millones de toneladas en el mercado, especialmente en Europa. En 1992, las exportaciones de El Cerrejón Zona Norte fueron de 13 millones de toneladas. El 73% de ese total se vendió a compradores de Europa, el 10% a compradores de América, el 15% se colocó en el Mediterráneo, y el 2% en el Lejano Oriente.
El carbón de Cerrejón presenta un conjunto de ventajas frente a otros competidores que le han permitido destacarse en el mercado. La integración mina-ferrocarril-puerto inspira confianza en el suministro oportuno. La privilegiada ubicación geográfica de Puerto Bolívar frente a Europa, la calidad del carbón de Cerrejón, le han permitido a las empresas asociadas mantenerse en el mercado internacional.
No obstante la dificultad del mercado, el complejo carbonífero de Cerrejón ha logrado consolidar un selecto grupo de compradores. En Europa, en 1993, estuvieron Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Francia, Irlanda, España, Alemania, Portugal, Italia, Bélgica, Finlandia, Suecia y Grecia. En América, en ese mismo año, Estados Unidos, Panamá, Chile, Argentina, Brasil y Puerto Rico. En el Mediterráneo, Israel, Marruecos y Turquía. Y en el Lejano Oriente estuvieron en 1933 Japón, Hong Kong y Corea del Sur.
Con el ánimo de penetrar más los mercados internacionales y con el fin de cumplir las exigencias de los clientes, hubo que diversificar las calidades de carbón a exportar. Por esta razón, se inició produciendo 12 productos diferentes, dependiendo de los contenidos de azufre y ceniza.
Publicado en la revista especial coleccionable Intercor en sus manos, número 5, julio de 1992
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