Por
John Acosta
Fotos: Karolay Acosta
Fotos: Karolay Acosta
La segunda ventana que se ve en la foto de arriba es la ventana marroncita |
Disfruté los carnavales allá
y quise regresar también en Semana Santa, pero mis hijas me armaron un complot por la
viajadera y me tocó quedarme en la casa con ellas; sin embargo, a través del grupo de WhatsApp que mis paisanos tienen habilitados para mantener el diálogo
permanente en la distancia, mantuve todo el tiempo enterado del enorme flujo de
turista que llegó al pueblo, muy superior al que presencié con mis propios ojos
en carnavales, que fue bastante. Me alegra mucho que La Junta esté de moda,gracias a la novela sobre Diomedes Díaz, que produce y transmite el canal detelevisión RCN. Todos hicieron cola para tomarse foto en la ventana marroncita,
la de la vida real; pocos se la tomaron en la otra ventana marroncita, la de la
novela. Ambas, por supuesto, quedan en La Junta.
Rosa Elvira Díaz, hija de Diomedes, de amarillo a la izquierda, se toma fotos con los turistas |
Afortunadamente, la
hospitalidad juntera ha sido una constante de siglos, desde que los primerosespañoles llegaron a la zona a fundar sus hatos ganaderos. Esta vez, la gente aprovechaba
también para tomarse foto con los protagonistas originales de la vida de El
Cacique de La Junta. El río que separa al pueblo de su vecino Curazao, está seco por la inclemencia del clima: los turistas se perdieron de ese atractivo
natural, que es el balneario El Salto, pero no les importó porque querían
sentir el mismo aire que respiraron Diomedes y Patricia. “Ejooo, ese pueblo se
va a hundí hoy”, me cuentan que dijo un habitante de San Juan del Cesar, que
vive en la salida para La Junta, asombrado por la cantidad de carros que
pasaban para la tierra del difunto cantante de música vallenata.
Izquierda: la verdadera ventana marroncita; derecha: la ventana marroncita de la novela. Ambas están en La Junta |
Fríjol de dulce juntero |
Arriba, la iglesia de la novela (que es la de Badillo); abajo, la iglesia de La Junta, que RCN no usó en su novela |
Una de las bromas que los junteros circularon en su grupo |
La diferencia es que Migdalis
Pérez, la autora cubana de esas líneas, dice que se debe usar habichuelas
blancas: en el sur de La Guajira colombiana usamos fríjol rojo. Mi abuela nos los servía acabado de bajar de la olla. Y se tomaba humeante con cuchara: el
que quedaba, se tomaba en la tarde al clima. Con la popularización de la
nevera, se toma frío y también es delicioso.
No sé si los turistas que
llegaron en esta Semana Santa a La Junta, atraídos por el éxito de la novela de
RCN, tuvieron la oportunidad de probar esta placentera crema. Ojalá. Lo cierto
es que, gracias a María Judith y a tía Vila, dos junteras de distintas
generaciones, pude volver a disfrutar este año del tradicional plato, lejos de
mi tierra, porque, como escribe la cubana Migdalis, “es que me gustan tanto que
muchas veces, lejos de constituir un postre, son mi almuerzo o mi cena. Es que
frente a este plato, pocas veces me puedo resistir”.
El fríjol de dulce:Un plato inolvidable que retumba en mi sentimiento y que renueva mis recuerdos de adolescencia cuando degustaba este exquisito alimento tradicional juntero en época de Semana Santa.Qué bueno saber, desde la gélida distancia, que todavía se conserva esta costumbre en mi entrañable pueblo LA JUNTA, tierra de mis amores anidados por siempre en los rescoldos de mi ardiente recuerdo.Hago partícipe, como hijo de este acogedor rinconcito, mi beneplácito por la bienvenida de todos los visitantes al terruño amado, y los invito a disfrutar de su saludable clima, y que su presencia en La Junta sea como un rayo de luz que ilumine su camino por la vida encontrando en cada paso salud, paz, felicidad, suerte, fraternidad , amor y éxitos. Loor a John Javier Acosta Rodríguez por su brillante pluma y sus vibrantes crónicas.
ResponderBorrar*Afranio Acosta Mendoza:El fríjol de dulce.
ResponderBorrarMe gustó mucho este artículo, debo confesar que lo encontré buscando más información sobre la ventana marroncita porque recordaba algo que había sucedido con la novela y el atractivo turístico en que se convirtió pero fui a la junta hace varios años ya y no recordaba muy bien lo que era. Justo lo leí en semana santa también
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