30 ago 2007

Nadie asesinará la alegría del pueblo

Por John Acosta

Rosa Elvira se desmayó cuando los dos disparos de fusil hirieron de muerte al silencio de la madrugada. “¡Dios mío: la mataron!”, alcanzó a gritar antes de caer al piso. Desde que se llevaron a su hija, media hora antes, se había aferrado a la esperanza de que no le harían nada: solo la reprenderían y la obligarían a que no tuviera esa clase de relaciones amorosas. Sin embargo, tuvo la precaución de ponerse a rezar en medio de sus sollozos para que Dios le ayudara a conservar viva a su hija. Pero los dos tiros que retumbaron en el ambiente frío de esa hora le truncaron de un sólo tajo sus esperanzas. Cuando la vio caer desvanecida por la tristeza, su nieto de cuatro años volvió a soltar el llanto: había despertado con el escándalo que se armó cuando vinieron por su tía y había llorado a todo pulmón hasta que Toño, su papá, lo consoló en sus brazos. Entonces, el niño se metió el dedo pulgar a la boca, que era su forma de calmar sus requiebros desenfrenados, y se quedó tranquilo en los brazos redentores de su padre.

El viejo Antonio, aturdido por la impotencia y la rabia, recogió a su mujer del suelo y la llevó hasta la cama matrimonial, que desde hacia muchos años no la usaban ya los dos. Exhaló la bocanada de humo del cuarto cigarrillo que se fumaba en 30 minutos de angustia y le pidió a Toño que le buscara el alcohol. El joven, que estaba más atolondrado que su padre, fue hasta el baúl con el niño en sus brazos, buscó entre los trapos la botella de ron que Rosa Elvira preparaba con bruscos medicinales para bañarse el cuerpo en caso de dolores, y se la entregó a su viejo. El niño y Toño miraban en silencio cómo el viejo ungía el cuerpo de su vieja.”A mi tía no la mataron, ¿verdad?”, preguntó el pequeño. Antonio respiró profundo: “Venga, hijo, siéntese aquí y ayúdame a sobar a su abuela“, le respondió al niño, haciendo un esfuerzo para que el llanto no delatara su tristeza y señalando una orilla de la cama con su mano derecha.

Afuera, la calle estaba vacía. No quedaba un sólo borracho impertinente después de la verbena. Los perros habían cesado de ladrar y salieron corriendo a esconderse cuando se sintieron los dos disparos de fusil. Solo se escuchaba el canto lejano de algún gallo que le contestaba tardíamente a otro. “¿Y ahora, papá, qué vamos hacer?”. Toño pudo al fin lanzar la pregunta que le estaba taladrando el alma: el viejo escondió su sorpresa detrás de los nubarrones de su desvarío. En realidad, no había pensado en eso todavía. ”Nada: salir a buscar el cadáver ahora que su mamá vuelva en sí”, respondió.

Esa noche, el viejo Antonio había llegado a su casa antes de las doce. Rosa Elvira, que cuando sintió que empujaron la puerta interrumpió su orinada en la bacinilla de peltre que ponía en un rincón del cuarto, encima de unos cartones para que no hiciera ruido al contacto con el piso, se acostó afanada en su hamaca y se hizo la dormida, tragándose su propia rabia, para no reclamarle todavía nada a su marido: si lo hacía se despertaba Toñito, su nieto de cuatro años. Decidió entonces esperar hasta el día siguiente. Antonio sabía que ella estaba fingiendo dormir y se lo agradeció en silencio: no estaba para dar explicaciones a esa hora. Cerró la puerta sin ponerle la tranca para que sus dos hijos pudieran entrar como él: la ajustó con el asiento de cuero. Destapó uno de los tres platos que estaba sobre la mesa de la sala, guiado apenas por la luz del bombillo de afuera que se filtraba por la solera del techo de paja. Le dio un mordisco al pedazo de yuca y otro al de queso. Tomó un sorbo de café con leche y se erizó porque no podía pasar la comida fría. Sonrió nervioso cuando vio sobre la mesa la canasta con víveres y el fajo de billetes de dos mil pesos.

Entró al único aposento de la casa y se agachó para no tropezar con la hamaca de su mujer. Alzó un poco la hamaca del nieto y llegó por fin a la suya. Colocó la camisa y el pantalón sobre el asiento que Rosa Elvira acostumbraba a poner ahí para ese propósito. Y se acostó con la satisfacción de haber hecho el menor ruido posible para ayudarle a su mujer a que fingiera su sueño.

Ella lo sabía y le dio más ira aún, pero sintió a Toñito dormir plácidamente y se volvió a atragantar con su agonía. La música de la verbena inundaba la atmósfera del pueblo y se metía por todas partes. Era domingo, el último día de las festividades patronales que iniciaron el jueves en medio del temor de todos y la gente había perdido ya el miedo y la incertidumbre que antecedieron los festejos.

Resulta que a las ocho de la noche del lunes anterior, los motores de dos camiones desconocidos rompieron la pasividad del pueblo, que a esa hora se recogía para sucumbir al encanto de una telenovela nacional. Los únicos vestigios de vida humana que quedaban en las calles eran los muchachos de siempre, que trataban de apaciguar en el parque sus requerimientos juveniles alrededor de una botella de aguardiente, cuyos tragos se hacían cada vez más pausados y pequeños para demorar el deleite de una noche interminable. Ahí se detuvo el primer camión: el otro fue conducido hasta las casas que quedaban al otro lado del río. Los jóvenes del parque se asustaron cuando vieron descender a ocho hombres armados con fusiles. “Mierda, maricas, son los paracos“, alcanzó a decir uno de los muchachos, antes de que los desconocidos llegaran hasta ellos.

En la región llamaban paracos a los grupos de paramilitares que la gente del pueblo empezó a ver como una realidad lejana mostrada por los noticieros de televisión en las sucesivas masacres que ocurrían en otras regiones del país. Pero que los sorprendió a todos en la noche tranquila de ese lunes. Se les apareció de súbito, como una pesadilla, en los primeros minutos de la telenovela. En el pueblo tenían la certeza de que nunca aparecerían porque los fundadores del caserío habían tenido la brillante idea de levantar la aldea, dos siglos y medio atrás, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, a una hora en carro de la cabecera municipal, por una carretera destapada y zig-zagueante, que podría ofrecer el peligro de una emboscada guerrillera a cualquier grupo militar de derecha que osara transitar por ella, y, más aún, en medio de la oscuridad de la noche. De modo que los pobladores habían acariciado la determinación ilusa de que solo sabrían de los paramilitares por las versiones de terror que contaban los moradores de otras poblaciones de la provincia, más cercanas a la civilización.

Esa noche les tocó vivir en carne propia las escenas de miedo que ya conocían de memoria por testimonios de otros. “Venimos a protegerlos de la guerrilla”, decían los recién llegados, mientras requisaban a los muchachos del parque. Toño sentía las manos escrutadoras del hombre que lo empujó contra una de las sillas de cemento, y ahí, con el corazón atorado dentro del pecho, se arrepentía mil veces de no haber acatado las advertencias de su madre, cuando le rogó hasta la sociedad que no saliera a la calle de noche. No les hicieron nada, afortunadamente. Uno de los paracos sacó una botella de aguardiente del carro y se la entregó a Alfredo, amigo de Toño desde la infancia. “Tomen porque la que tienen ya se les acabó”, dijo el paramilitar. Ninguno de los muchachos quiso seguir bebiendo. Alfredo convidó a los que, como él, vivían al otro lado del río y se fueron. Ya las casas estaban cerradas. La gente había apagado los televisores y las luces para mirar, muertos de miedo, las calles desiertas a través de las ventanas entreabiertas: todos se ruborizaban al sorprenderse como protagonistas de un libreto que conocían de sobra por las imágenes constantes que mostraban los noticieros.

Alfredo y sus tres acompañantes habían cruzado el río. El otro camión regresaba de su recorrido inútil porque la única casa que visitaron la encontraron sola y con las puertas abiertas: alguien avisó a tiempo al padre de Alfredo y salió despavorido con su familia al monte oscuro. Entonces, los paramilitares, enfurecidos porque no encontraron a nadie, batieron contra el piso el televisor encendido que contaba a todo volumen los últimos episodios de la telenovela, buscaron debajo de las camas, dentro de la nevera, en el armario, se embolsillaron el dinero que encontraron debajo del colchón y se marcharon enceguecidos por la ira. Detuvieron el camión en la loma que lleva al río porque se encontraron con los cuatros muchachos que regresaban del parque que estaba del otro lado del torrente. Alfredo no se imaginó que esa sería su última noche. Se había salvado del primer camión porque el hombre que servía de guía, el sapo, no viajaba en él.”¡Ese es uno de ellos!”, gritó ahora, con su voz fingida y señalando a Alfredo, el que se tapaba el rostro con una peluca rubia.”¡Súbase!”, ordenó el que parecía ser el jefe del grupo. Alfredo miró a sus amigos y alzó sus hombros en señal de extrañeza: fue la última vez que lo vieron vivo.

Tres días después empezaron las fiestas patronales del pueblo, en medio del dolor y la tensión. Nadie daba nada por el éxito del festejo hasta que el jueves en la tarde llegó la primera candidata con su comitiva alegre y su jolgorio sin reservas. Después, se sintió el ruido de la otra aspirante y los pitos y las sirenas de la siguiente: cuatro municipios de la provincia habían mandado a su joven para que se disputara el honor de ser la reina del fique.”¡Carajo, se salvó el festival!”, dijo, emocionada, Rosa Elvira, desde la puerta de su casa, cuando vio la caravana de carros en el desfile inaugural. Hasta el viejo Antonio, su marido, se rindió al éxtasis de aquella explosión de alegría. “Bueno: ahora sí”, dijo.

Él había recibido la noticia de la incursión paramilitar en la madrugada del martes, en Creación, la pequeña finca que heredó de su padre. Estaba en el corral, ordeñando las vacas bajo el frío de las cinco, cuando sintió el vozarrón de Enrique Zuleta que se impuso ante los ladridos de los perros. Enrique subía todos los días al pueblo hacia su parcela a sacar la yuca del desayuno. Y cuando pasaba por Creación a tomarse su tercer tinto del día, informaba al viejo Antonio la novedad de la noche, que era casi siempre un nacimiento. “¡Los paracos mataron a dos y se salvaron cinco de chiripa!”, fue el saludo de esa mañana. El viejo Antonio no pudo evitarlo: de inmediato pensó en Toño, su hijo, que tenía 22 años, era separado y sin empleo: ideal para acusarlo de guerrillero camuflado entre civiles. “¿A quiénes?”, preguntó con ansiedad.

El otro muerto era un andino que había llegado al pueblo con su sobrino, hacía siete meses. Montó un depósito de víveres que desde el primer día fue la sensación de todos, porque conseguían lo que necesitaban. Los paracos se apoderaron de todo lo que encontraron en la estantería, sacaron al dueño del negocio, que estaba mirando la telenovela cuando llegaron por él, y le dieron dos disparos de fusil en la cabeza, delante de su pariente de sólo nueve años: quedó sentado en el sardinel, con las manos atadas a la espalda. Lo acusaron de venderle víveres a la guerrilla. A las diez de la noche, después de que los paramilitares se habían marchado y la gente salió de su encierro a hacer el inventario de desgracias, los muchachos del parque supieron que la botella de aguardiente que les regalaron había sido robada en el depósito de los andinos.

“Mierda, Kike, se nos jodió el festival”, fue lo único que se le ocurrió decir al viejo Antonio, después de escuchar el relato del recién llegado a su finca y repuesto ya de su miedo inicial: ya tenía la certeza de que su hijo estaba vivo. No había sido, sin embargo, un comentario indolente. Llevaba más de una década participando en el concurso de canción inédita del festival, sin haber ganado nunca ni siquiera el tercer puesto. Lo único que le quedaba de aquellas batallas folclóricas era una mención de honor que le dieron por casualidad seis años atrás, escrita a mano en papel pergamino y que él lucía orgulloso, amarillenta ya por el polvo, colgada en la pared de la sala. “Nojoda, mira cómo son las vainas: esta vez sí me lo iba a ganar”, remató esa mañana.

Por eso no pudo evitar contagiarse de la alegría que los invadió a todos, la tarde del jueves en que llegaron las cuatro candidatas. Nunca antes la gente había sentido aquel festival más suyo. Todos los miraban con ansias de devolverle la esperanza a las ganas de vivir. Los pitos, las sirenas, los muchachos detrás de las reinas tratando de coger el último confite del puñado que acaba de lanzarle a la multitud la hermosa jovencita que, desde el capó del carro, movía sus hombros al ritmo de los tambores: sí, era el Festival Folklórico del Fique. Había regresado después de tres años de ausencia, cuando se hizo, también contra todo pronóstico, ocho días más tarde de que la guerrilla entrara a la fuerza al caserío en una noche en que la oscuridad permitía ver con nitidez todas las estrellas titilantes del cielo.

Cinco años atrás, la guerrilla había sido un concepto vago y lejano, del que sólo se oía hablar en los noticieros de televisión. Hasta que en las parcelas cercanas fueron apareciendo hombres de melenas alborotadas y barbas descuidadas con su discurso de tranquilos-hombre-que-no-le-vamos-hacer-nada-porque-somos-el-ejército-de-ustedes-los-pobres-y-explotados-por-los-ricos-que-también-tienen-su-ejército-oficial-para-someterlos-a-ustedes-y-es-por-eso-que-estamos-aquí-para-defenderlos. Y dormían cerca de las casas, se chanceaban con los parceleros, limpiaban sus armas delante de los campesinos, enseñaban a los muchachos a disparar, hasta que un día, dos años después de su aparición por aquellos parajes, le llegó la sentencia al atemorizado viejo Antonio. “Lo hemos elegido a usted para honrarlo con una misión importante”, le dijo el jefe. “¿Y como qué sería?”, alcanzó a preguntar el viejo, mientras Rosa Elvira, su mujer, le sacaba los piojos. Era un atardecer de junio en que las gallinas empezaban a subir al palo de totumo en donde pasarían la noche. Rosa Elvira le enterró las uñas a su marido en el cuello cabelludo, como advirtiéndole que rechazara cualquier oferta.

El jefe le explicó que habían decido tomarse el pueblo. “Para eso necesitamos conocer detalles acerca del puesto de Policía”. Le dijo que aprovecharían la llegada a pasar vacaciones por esos días de la hija del viejo Antonio, que hacía un curso de inglés en la capital de la provincia. “Una combatiente nuestra se hará pasar por compañera de estudio de su hija y vivirá unos días con ustedes en la casa que tienen allá, en el pueblo”. La guerrillera haría creer que se enamoraba de un policía. “Así visitará el puesto con su hija y hará el trabajo de inteligencia que necesitamos. Eso es todo. Nosotros les pagamos los gastos de alojamiento y alimentación de nuestra combatiente. Sencillo, ¿cierto?”.

De modo que eso era. El viejo Antonio se apartó del regazo de su mujer. Escupió porque creía que era saliva lo que se le atragantaba en la garganta. Caminó como estaba, a pies descalzos y sin camisa, se asomó por encima de la cerca del corral de terneros y los vio rumiando, acostados sobre sus propias boñigas secas. Regresó sin mirar al jefe y a los veinte guerrilleros. “Ustedes dijeron hace tiempo que a los civiles no nos meterían en su guerra”, dijo. “Vea, hermano, en primer lugar, esta no es solo nuestra guerra, sino que es de todos; en segundo lugar, son órdenes de arriba, y, en tercer lugar, hay que cumplirlas”, sentenció otra vez el jefe. Miró la cara de angustia de Rosa Elvira y el rostro del viejo Antonio, desencajado por la impotencia. “Nosotros les garantizamos que a ustedes no les va ha pasar nada”, repuso. “Pueden estar seguros que no lo hago por gusto y pueden quedarse con los gastos porque mi casa no es hotel”, aceptó el viejo Antonio, en un momento de valentía.

La toma fue el fin de semana antes del festival de ese año. Apenas sintió los primeros disparos, Rosa Elvira se sentó en su hamaca a pedirle a Dios que no le pasara nada a la guerrillera que vivió en su casa: había sido la sensación de los jóvenes del pueblo, que apostaban todas las noches en el parque a quién la conquistaba primero. “Si a esa mujer la matan y la dejan tirada, pobre de nosotros”, balbuceó Rosa Elvira, en medio del crepitar de las balas que se escuchaban por todas partes. Toñito, que apenas tenía un año de nacido, despertó asustado y corrió a llorar sobre el pecho de su abuela.

Los seis policías se rindieron cuando ya no tenían más municiones para repeler el ataque. Entonces, ocho guerrilleros fueron a las casas de los cinco dueños de camionetas y los obligaron a que los llevaran, con los agentes de policía como rehenes, por la trocha que lleva a la sierra. Fueron los mismos cinco hombres que se salvarían tres años más tarde, cuando los paracos fueron a buscarlos a sus casas y no los encontraron. Hasta seis días después de la toma, la gente se burlaba todavía de los paisanos pueblerinos que alcanzaron a robar cámara y salieron en los noticieros que llegaron a cubrir el hecho: les parecía increíble, después de todo, verse ellos mismos en la televisión.

La junta organizadora del festival del año de la toma guerrillera recolectó plata para tapar las vergüenzas del ataque. Los huecos de las balas y granadas desaparecieron de las paredes, pero el miedo no le permitió a los foráneos ir hasta el pueblo a disfrutar de las fiestas. Ni siquiera las reinas, aunque se hicieron las festividades en la fecha prevista. Esa vez, sin embargo, no hubo orgullo más grande para la gente del caserío que el haber podido cumplir con la responsabilidad de un festival que se había anunciado a los cuatro vientos. Ese esfuerzo, quizás, fue el que minó el espíritu parrandero de la gente porque al año siguiente no hubo festival. Ni el otro. Sino tres más adelante, que tampoco fue suspendido por la incursión paramilitar.

Fue el mismo año en que la guerrilla se metió a la casa del viejo Antonio para sacar a su hija. Ese domingo, el viejo Antonio había empezado a tomar desde temprano. Era el último día del festival y su canción inédita había quedado entre las cinco finalistas. Su timidez visceral no le permitía nunca subirse a la tarima en plenos cabales. Decidió, entonces, vender el ternero que tenía pensado dejar como el torete de su potrero para poder tener el dinero de los tragos. Inició a tomar cervezas, bajo la canícula de las diez de la mañana, en medio de las rechiflas y gritos de alegría de los que presenciaban el desfile de candidatas en traje de baño, desde las enormes piedras del río. Siguió con brandy en el balneario El Salto, donde fue jurado del concurso de extracción artesanal de la fibra de fique. Bebió aguardiente en el mismo sitio, cuando las hilanderas más cotizadas del pueblo se disputaban el título de la mejor en su oficio. Siguió con ron de caña en los quioscos patrocinados por las empresas cerveceras, al lado de la tarima central, mientras trataba de sostener su mirada dislocada sobre las tres tejedoras de mochilas que hacían sus puntadas perfectas con una rapidez impresionante para ganar el concurso.

Cuando le hicieron el primer llamado, el viejo Antonio se llevó a la boca el trago de güisqui que le ofrecieron sus compañeros de parranda. Esperó hasta el segundo llamado para incorporarse. Se sintió como quería: tranquilo, sereno, sin miedo. Había tomado unas pastillas desde tres días antes del festival para tratar de limpiar el hígado y evitar que el alcohol lo traicionara.

Caminó seguro hasta la tarima. Antes de subir el primer peldaño de la escalera vio una mueca de pánico en la cara del animador y sintió el silencio sepulcral cuando los dueños de los quioscos le bajaron el volumen a sus estridentes equipos de sonido. Volteó hacia atrás y los enfocó: cuarenta guerrilleros caminaban en fila india. Cruzaron el parque con sus botas pantaneras, sus uniformes de fatiga y sus fusiles amenazantes. Pasaron al lado de la tarima, se metieron por el callejón que da al monte y se perdieron entre las lomas.

Eran más de las cinco de la tarde. Alguien le pasó un trago al viejo Antonio antes de que terminara de subir. Los tres músicos que lo acompañarían ya estaban arriba. El acordeonista empezó a sacarle las notas gloriosas a su instrumento europeo, el cajero lo secundó con sus manos de ordeñador golpeando fuerte el cuero tensionado de su tambor africano y el guacharaquero rastillaba con armonía el trinche sobre las ranuras de su artefacto indígena. El viejo Antonio cogió el micrófono con las dos manos, abrió sus dos piernas, cerró los ojos y soltó al mundo las cuatro estrofas de su canción sentida.

Rosa Elvira la escuchó toda desde su casa. Hablaba sobre una muchachita morena que había llegado de Valledupar a causarle un remezón espiritual en su alma cansada de hombre viejo; añoraba los momentos felices vividos con ella en los potreros de Creación, mientras su mujer recibía las visitas de las comadres del pueblo. Cada frase era como un latigazo sobre el orgullo mancillado de Rosa Elvira. Lo que más le irritó fue el descarado estribillo que el viejo Antonio repetía desde la tarima:”Vení, negrita, vení, que sin ti me puedo morir”.

Fue una canción aplaudida. El viejo Antonio pudo acariciar al fin el placer del triunfo. Iban a ser la siete de la noche cuando el animador leyó los resultados. El viejo Antonio le mandó el premio a su mujer: los cien mil pesos en billetes de dos mil y la canasta del mercado. Él sabía de sobra que ella debía de estar quemándose viva en el fuego de su propia ira: el viejo Antonio se imaginaba la cantidad de carboneros imprevistos que pasaban por su casa sólo para atizar el fogón que ardía en el alma de la esposa. “Ajá, Rosa Elvira, y que te cambiaron por una negrita mucho más joven que tú”, le dirían. De modo que esperaba calmarla un poco dedicándole en especie el resultado de su inspiración. Fue peor. Rosa Elvira se sintió más ofendida al ver que su marido todavía tenía el descaro de mandar a su hogar los trofeos de su infidelidad. “Póngalo ahí”, le dijo al que se lo llevó, señalando la mesa. “Es como si mandara un santo robado”.

Cuando el viejo Antonio llegó a acostarse, antes de las doce, Rosa Elvira tenía razones suficientes para estar enfadada. Y si prefirió hacerse la dormida fue para no despertar a Toñito, su nieto de cuatro años. No pudo pegar los ojos porque nunca podía conciliar el sueño hasta que no llegara a dormir el último de los parranderos a la casa. Los ronquidos de su esposo, al otro extremo del cuarto, y el vaho del alcohol que invadió el ambiente desde que él apareció en el aposento, le perturbaba aún más la poca tranquilidad que le quedaba. Desde su hamaca escuchaba las pisadas secas, sobre la calle sin pavimento, de quienes regresaban de la verbena y los perros ladrándoles hasta el cansancio; oyó las respuestas de las candidatas a las preguntas del jurado, se burló en silencio de la voz ronca del animador al anunciar que la reina de ese año era la linda representante del municipio de Maicao, y se sonrió cuando dijeron que la señorita Valledupar se había retirado disgustada con la decisión del jurado.

Sin embargo, no percibió, como sí lo hacía muchas veces, que algo malo sucedería esa madrugada.

Se incorporó al sentir los quejidos de su marido. Lo vio sentado en su hamaca, con la cabeza entre sus manos. “¿Qué te pasa?”, le preguntó con mal disimulada indiferencia. “Un tremendo dolor de cabeza que me está matando”, escuchó como respuesta. “Llama a tu negrita para que te atienda”, le espetó. Se volvió a acostar satisfecha. El viejo Antonio siguió sentado, rabiando de dolor. Rosa Elvira sacó la mano para buscar sus chanclas que siempre colocaba debajo de la hamaca. “Carajo, vas a despertar al muchachito”, dijo. Fue hasta el baúl y buscó un analgésico, cruzó el aposento, llegó a la sala, vertió agua de la jarra que estaba sobre la mesa en un vaso y vio la hora en el reloj de pared que estaba al lado del cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. Eran las cuatro. Regresó hasta donde su marido:”Coge”, le dijo.

En ese momento se abrió la puerta que va a la calle. Rosa Elvira conoció las pisadas de su hijo Toño, que volvió a cerrar otra vez con el asiento. “¿Y Rosa Antonia?”, preguntó la madre por su hija. “Ahí viene”, dijo Toño. El muchacho entró al aposento sin destapar su plato de comida que estaba en la mesa. “¿Y ese milagro que no vas a comer?”, le comentó su madre en forma de pregunta. “No tengo hambre”, miró a su papá con el vaso de agua en la mano. “¿Y ese qué tiene?”, agregó. “El ron, carajo, que los va a matar”, respondió la vieja.


Toño se acostó con todo y ropa en la cama doble que estaba debajo de los colgaderos de hamaca. Era la única de la casa, que Rosa Elvira y el viejo Antonio dejaron de usar juntos desde que Rosa Antonia había cumplido los cinco años, y que ahora usaban sus hijos. Toño no tenía hambre porque estaba muerto de susto. Desde que estaba en la verbena se le acercaron dos o tres amigos a la mesa donde él estaba para insistirle que le dijera a su hermana que se fuera a acostar. “Dicen que la guerrilla vino por ella para ajusticiarla”, le decían. Cuando Toño le comentó a su hermana, en medio de los aplausos por el desfile de las candidatas en vestidos de fantasía, ella le respondió, muerta de la risa, que no se preocupara porque a la que menos mataría la guerrilla era a ella. “Y tú sabes por qué”, le dijo.

A Toño no lo convencían del todo las razones de su hermana. Ella pensaba que la guerrilla más bien tenía una deuda de gratitud con ella por la contribución que hizo al presentar como compañera de estudios a la combatiente que se hospedó en su casa. Pero las cosas habían cambiado mucho después de la toma guerrillera de hacía tres años. Desde que fueron secuestrados los seis agentes de esa noche desafortunada, en el pueblo no hubo más ni un policía. Sólo llegaban patrullas esporádicas del Ejército Nacional que pasaban de largo. Hasta que unos ocho meses antes del festival se estableció una base militar en la que antes era la casa indígena. Los soldados recorrían el pueblo todos los días, bajo la imponencia del sol tropical. Y, aunque la mayoría del pueblo se sentía segura con ellos, nadie se les acercaba por miedo a que la guerrilla tomara represalia una vez los soldados partieran.

Rosa Antonia los veía pasar desde la puerta de su casa, donde se sentaba a arreglarse las uñas recostada en un asiento de cuero. Uno de los soldados le sonreía siempre y la miraba con sus ojos verdes. Lo que más le impresionaba a ella era las mejillas rosadas de la gente de los páramos. “Pobrecito, debe darle duro el calor de estas tierras”, pensaba. Sólo se enteró que las uñas eran una excusa para poder sentarse afuera y verlos pasar, cuando un día lo buscó con su mirada ansiosa entre todos y no lo encontró. Esperó que regresaran, ya en la tarde, y fue hasta la mitad de la calle a preguntar por él. Le dijeron que estaba de permiso visitando a sus familiares en el interior del país.

Esa determinación heroica le costó tremendo regaño de su madre, pero le abrió las puertas al romance más comentado el pueblo. Ella iba a visitarlo a la base y él se iba a su casa, en las noches, vestido de civil y acompañado de diez compañeros. Fue un amor intenso que duró hasta que levantaron la base militar una semana antes de que se metieran los paracos. Rosa Antonia supo llevar sin temores esa llama encendida en la mitad de su alma, convencida de que por acunar ese sentimiento nadie podía condenarla. Se equivocó.

Esa noche, Toño se tranquilizó un poco al escuchar el taconear de su hermana después de que ella le pasara la tranca a la puerta. Rosa Antonia destapó unos de los platos y se comió la yuca con el queso. Sonrió cuando vio la canasta de mercado y el fajo de billetes de dos mil pesos.”Ajo, la tal negrita hace milagros”, bromeó. “Cállate, que vas a despertar al muchachito”, le respondió su mamá. Entró agachada al cuarto para no tropezar con las tres hamacas y sacó su pijama del escaparate. “Échate para allá”, le dijo a Toño, “tú sabes que no me gusta dormir del lado de la pared”. Entonces, se sintieron los toques violentos en la ventana.

El viejo Antonio, que no había podido recuperar el sueño, se incorporó enseguida. “¿Quién es?”, preguntó.”¡Abra la puerta!”, escuchó que gritaron desde afuera. “Sí, pero ¿quién es?”. “¡Abra, carajo, que necesitamos hablar con su hija!”. Rosa Antonia, que aún estaba sentada en la orilla de la cama, se paró y se abrazó a su padre. “Me van a matar, papá”. Rosa Elvira corrió llorando a abrazar a su hija. Toñito despertó con la bulla y se agarró de las piernas de su abuela. El viejo Antonio agarró a Rosa Antonia de un brazo y trató de quitar el pasador de la puerta del patio.”¡Pilas, que se nos vuela por detrás!”, dijeron de afuera.

Echaron abajo la puerta de la calle y entraron. Zafaron como pudieron a Rosa Antonia de los brazos de sus padres, le dieron un culatazo a Toño y lo tiraron sobre la cama. “Acompáñenos allí un momentico”, le dijo una de las mujeres encapuchadas a la muchacha. Todos conocieron la voz de la misma mujer que vivió con ellos, tres años atrás, la que se hizo pasar por compañera de estudios de Rosa Antonia ante los ojos del pueblo. “Mamá, papá, Toño, no me dejen ir sola, vamos todos para que no me hagan nada”, suplicaba la muchacha a todo pulmón, mientras la arrastraban por la sala. Toñito se abrazó de las piernas de su tía y pedía a gritos que no se la fueran a matar. “Tranquilo, hijo, nosotros se la devolvemos más tarde”, volvió a decir la misma mujer. “Por qué no le dice a su soldadito que venga a defenderla”, dijo uno de los hombres. “Ustedes esperen aquí”, atajó el jefe a los viejos y a Toño.


Rosa Antonia alcanzó a ver la cucaracha que se comía los rabitos de yuca que ella había dejado en el plato, miró el viejo pergamino que le dieron a su papá como mención de honor seis años atrás y que colgaba en una pared de la sala, recibió el aire fresco de la madrugada cuando la sacaron a la calle, lloró más al tropezarse tres cuadras más allá con la fritanguera que venía de la verbena con sus motetes en una carretilla. “Ay, señora Carmen, me van a matar”, le dijo. Fue la última frase de su vida.


Tuvieron que velarla con el ataúd cerrado para evitar que la gente le viera el pedazo de cuero cabelludo vacío que le dejaron por cabeza.

132 comentarios:

  1. pues no lo veo con caracteristicas de reportaje al no tener datos ni estadisticas, pero me queda una pequeña duda si es un cuento o una crónica, aunque los dos presentan muchos parecidos por el lenguaje que se maneja, pero mi duda esta en que en Colombia se vivió una época de violencia y esta historia pudo ser real... pero por el mismo lenguaje que maneja, me confunde un poco. Igualmente, es un excelente trabajo !!!

    Rossana Gonzalez
    AD

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  2. Me gusta la forma en la que esta redactada "Nadie asesinará la alegría del pueblo". Cuenta la realidad de un país y cuenta los hechos tal cual, muy descriptiva y hay una buena investigación.

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  3. Una historia que cuenta los sucesos de una familia y un pais, presenta la historia como una cronica pero tiene la extension de un reportaje y maneja investigacion.

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  4. No cabe duda que es un reportaje , pero siento duda , porque en los reportajes se maneja la investigación más a fondo , pero que hace falta en este , datos minuciosos para que atraiga al lector .
    SUSAN HERRERA PATIÑO

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  5. Considero lo leido como una crónica, pues es un tema que todos conocen y pueden asociar con la vida real, también creo que estuvo muy bien escogido y enfocado, pues fue específico y tuvo siempre un hilo que conducía toda la historia que entre otras cosas está muy bien narrada. Colombia atravesó y atraviesa etapas de violencia de la que todos somos perjudicados, esta historia me hizo trasladar a esos sectores del pais donde las personas sufren más que nosotros que estamos por acá...

    Nataly Beleño Ching AD

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  6. OSCAR DE LA HOZ SALAS1:40 p.m., octubre 21, 2011

    Resaltando principalmente del desarrollo del aspecto literario, la forma de narrar la historia hace que el texto no sea tan morboso para el lector. También creo que este reportaje es muy completo porque abarca la fantacia de la crónica, la investigación bien fundamentada.
    Oscar de la hoz
    grupo AD

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  7. Cindy Aparicio Reyes3:27 p.m., octubre 21, 2011

    Tiende a confundirse con una crónica, pues a mi parecer es un reportaje narrativo, el profesor nos va describiendo y hablando sobre el suceso como historia.

    Excelente Reportaje, Me Encanto Aunque me descuide en ocaciones entendi su mensaje.

    de nuevo, felicitaciones.

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  8. Por ser un poco extenso y por su notoria investigación, pero a la vez poco escaso de datos estadísticos y testimoniales, puede que confunda un poco al lector en cuanto a que tipo de género periodístico es. Pero lo llamativo, es que narra una historia que para ninguno de los colombianos es un secreto, y es lo que, a mi juicio, lo hace un relato interesante y diferente a los géneros netamente literarios.

    Excelente relato!

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  9. pues es algo confuso si catalogarlo como reprtaje o cronica ya que como lo explicaron en clases la linea entre cronica y reportaje es muy difusa encuento a su contenio me parecio q de la manera en la que es contada la historia hace que quieras continuar ya que todo lo que muestra son hechos reales de nuestro pais ademas q posee una gran investigacion.

    Jhasen Granados P
    Grupo ad

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  10. Es muy descriptivo, su forma literaria es interesante. Me gusta mucho como relata me hace trasportar a las escenas aunque analizando no logro desifrar si es un reportaje o cronica me voy mas para cronica aunque tiene cierto estilo a reportaje.

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  11. Larry Camacho Rodríguez.4:54 p.m., octubre 21, 2011

    By: Larry Camacho Rodríguez.

    La descripción es siempre importante para situarnos en lugar y tiempo.

    Aunque me confunde un poco se siente la investigación, pareciera tener cara de reportaje pero tambien tiene mucho de crónica. Como dijo el mismo Profesor John Acosta: "Las fronteras entre cronica y reportaje son difusas."

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  12. De verdad otro excelente reportaje, me gusto mucho, me parece muy descriptivo, un lenguaje fascinante, entendible, me gusto ya que mantuvo un hilo conductor que me mantuvo atada a el.
    un reportaje que muestra la desafortunada realidad de nuestro pais, aunque en ocaciones me hizo dudar si era una cronica,
    es muy descriptivo y eso fue lo que mas me gusto de el, de verdad una investigacion bien narrada y desarrollada

    sandra cervantes
    grupo: bd

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  13. Sinceramente, prefiero a cualaquiera de las otras 2 narraciones en vez de esta, si me tocara escoger. la verdad creo que es muy descriptivo pero para mi senti que aalgunas descripciones , ayudabana a acentraa las constumbres de los pueblos, como tomar acafe con leche y la fumadera de los hombres pero creo que podrian demostraarse con otras descripcionees que no alaargaran tanto el texto. A veces pensaba mas en otras cosas que en el tema principal del relato. Esta es la situacion que vive Colombia desde años atras y que no parece acabar, personalmente me genero negatividad y sentimiento de cansancio por lñuchar para dejar de ver sangre derramada, sibn mbargo me gusto pero que tal si se hubiera dado un aliento de esperanza paraalelamente a laa tragica historia??
    vanessa pacheco

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  14. Es un reportaje que utiliza mucho un lenguaje descriptivo que narra detalladamente cómo sucedieron los hechos, logrando que el lector se involucre en el tiempo real de la historia, es un reportaje que narra la triste realidad que vive nuestro país, me llama la atención la forma en la que se relacionaban los episodios mostrados en el mismo, así como la relación que tiene el inicio con el final, la manera de involucrar al lector con la terminología tan impactante que se utiliza y la forma tan detallad de mostrar los hechos

    Paula Posada
    Grupo: BD

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  15. ANDRES MARTINEZ Grupo AD

    En este texto no es muy convincente, muestra características de una crónica y de un reportaje, ademas se resaltan lenguajes parecidos, relata como si lo redactado fuese sido una historia real o quizás es solo una crónica hecha reportaje, por la forma en que se expresa el texto es un excelente trabajo su forma literaria es interesante y hace que a en el lector despierte un interés.

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  16. Julio Castro Pinzon5:47 p.m., octubre 21, 2011

    En esta historia, la puedo ver como cronica pues, en su forma de detallar, ilustrar nos lleva a enteder la historia de manera facil y entretenida.
    contiene datos y caracterisitcas de un reportaje pero a la vez de una cronica que llega a confundir en partes

    Julio Castro Pinzon

    GRUPO BD

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  17. Esta mezcla de crónica y reportaje muestra una vez más nuestra situación, la violencia nuevamente es la protagonista.
    Sentí un poco exagerado el leguaje descriptivo que me confundía por momentos y me abstraía del tema o historia central.
    Me gustó mucho el final, directo y real, no fue el clásico reflexivo y con tono de moraleja.

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  18. En este caso, ya es un poco más difícil. A pesar que contiene lenguaje literario que te da a entender que tiene rastros de crónica, su seriedad al momento de narrar las cosas y la forma realista como se muestran los hechos, da a entender que se puede tratar de reportaje. Recordemos que en esta historia se ve reflejada un hecho muy común en nuestro país: la violencia que nos ha azotado desde hace más de 50 años.

    Victor Daniel Amariz
    Grupo BD
    VI Semestre

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  19. En la historia pude entender facilmente lo que el autor nos daba sin meterse a fondo con estadisiticas ni datos a lo que me lleva pensar que puede ser una cronica.
    me llamo la atencion la forma de redaccion establecida en el reporte cronica como lo denomine y conoci un poco mas de lo vivido en Colombia por la violencia.

    Lizeth Diaz
    GRUPO BD

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  20. Inguel de la Rosa BD5:55 p.m., octubre 21, 2011

    Este reportaje cuenta con una amplia investigación, la cual se hace notoria en la medida en que relata la historia con cada detalle muy bien contado, pues es directo pero estético al mismo tiempo.

    Al igual que los anteriores reportajes, el tema es pertinente considerando la situación actual que vive el país, un estado de violencia continua a la que a diario ns vemos enfrentados, unos más que otros, pero todos involucrados de alguna forma: haciendo violencia o sencillamente, permitiéndola.
    Inguel de la Rosa BD

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  21. La verdad me tiene muy confundido, en realidad no sé si es reportaje o crónica, podría decir que es reportaje por lo largo o extenso que es, pero no tiene tantos datos, estadisticas o testimonios para catalogarlo de tal forma.

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  22. Kevin Pedrozo Oliver (BD)5:58 p.m., octubre 21, 2011

    La verdad me tiene muy confundido, en realidad no sé si es reportaje o crónica, podría decir que es reportaje por lo largo o extenso que es, pero no tiene tantos datos, estadisticas o testimonios para catalogarlo de tal forma.

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  23. Bueno, la verdad es que el texto tiende a confundirse con otros géneros periodísticos, para ser mas precisa a una crónica.
    Pero lo que me gusto y me llamo la atención es la manera en la que se aborda este Tema y que yo se que a todos nos quedo claro cuál era.
    También es meritorio destacar la manera como escribe, porque a pesar de ser un texto bastante extenso, no pierde fuerza porque muestra elementos que te hacen querer terminarlo para conocer y ver en que termino ese episodio.
    AD

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  24. profe en esta crónica se utiliza mucho el lenguaje descriptivo no deja nada ala imaginación cuenta cada paso que dan su protagonistas y hace siempre referencia al señalar y distinguir a cada personaje uno del otro me pareció que fue muy lineal ya que todo era muy detallado sin generar depronto un interés mayor

    por : steven sierra niebles

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  25. Javier Yepes Carriazo6:09 p.m., octubre 21, 2011

    Teniendo en cuenta la linea difusa que divide el reportaje y la cronica no creo que sea un reportaje por la carencia de datos estadisticos, creo que es una cronica aunque tiende a confundirse un poco con el cuento, por la forma en que se narra en el texto.

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  26. LORAINDE OBREGÓN D6:26 p.m., octubre 21, 2011

    Creo que a medida que iba leyendo me pasó lo mismo que a muchos compañeras, ya que al finalizar me quedaron ciertas dudas en cuanto si el escrito es una crónica o es un reportaje, sin embargo debo admitir que me gustó, ya que habla acerca de una problemática social. Me agrada la manera de cómo el docente Jhon acosta relató la histora y cómo empleó el lenguaje literario en el producto final.

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  27. Una ilustración que me recuerda que se tiende a confundir con una crónica, sin embargo veo que literariamente el reportaje tiene mucho que ofrecer.
    En él conocemos la historia de Rosa Elvira después de haber indagado exactamente los detalles de su historia, sin entrar en fantasías pude estar muy motivada en seguir leyendo , ademas porque se desprendió de un fenómeno como lo es la violencia en Colombia.

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  28. Dollys Acendra EScoibar
    Grupo : BD

    a mi parecer mas que un reportaje tiende a confundirnos con una crónica puesto se relata cronológicamente los detalles de los hechos ocurridos. por otro lado a pesar de ser un texto un poco largo nos incito por medio de elementos o frases que creaban una expectativa que permitían seguir la lectura de una manera fluida, ademas, de interesante.
    a pesar de no ser un texto que me llamara mucho la atención logro captar mi atención detallada sobre cada hecho ocurrido dentro del reportaje que parece mas una crónica.

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  29. Me pasa algo muy curioso en el sentido que apesar que es un reportaje me queda la duda de en el reportaje se basa mas en investigacion profunda cosa que en este no la encontre, pues prefieron los otros dos ya que con este no senti mucha conexion pues por lo que me confundo pero muy bueno sus trabajos profe!!

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  30. Andrea Martinez Castrillon
    Grupo:"BD"

    Me parece muy buena, la manera en como relata, adentra al lector en la historia y mantiene el interes que es muy importante.

    me gusta la forma en como narra la violencia del pais y los problemas que en ella se presenta, que esta mas alla de los politicos y burgueses, son mas las personas que sufren y son "ajenas" a este conflicto social, politico y cultural.

    nos muestra mas alla de las batallas, de las balas y cañones que buscan la "paz" en nuestra "patria".

    By:AndrhyMc

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  31. A pesar de " ser reportaje" a mi parecer es una crónica por la manera de contar los hechos de una manera cronológica, que característico de este genero. Por otro lado tampoco tenia tantos datos como cifras o fechas, sino que era como algo general que nos recuerda una historia como la vivíamos anteriormente.

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  32. Me gusto mucho este reportaje, porque a mi parecer lo es. Muy buen hilo conductor, captura la antencion del lector y un lenguaje sencillo y preciso. Ilustra la realidad que aun hasta el dia de hoy se vive en Colombia

    Por Sandra Munera Rojas

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  33. Juan Sebastian Rivero7:52 p.m., octubre 21, 2011

    Este texto tiende a confundirme, no por su calidad sino por su género.
    Considero que es una crónica porque va narrando un hecho a través del tiempo.
    Es una muestra de lo que, desafortunadamente, hemos tenido que vivir en Colombia los últimos cincuenta años.

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  34. Es un reportaje extenso, que trata sobre un tema que es muy conocido por todos los habitantes de este bello país, el conflicto que se vive cada dia. Lo asocié mas a una crónica, considero que el autor contaba una historia, pero careció de datos, cifras y estadisticas que son fundamentales en la investigación. Con esta apreciación no digo que faltó investigación, sino que por ser un tema tan doloroso y tan extenso, requería de mas investigación, aunque me gusto mucho, me dejo reflexionando sobre el futuro de Colombia sobre el drama de muchas familias que padecen de este flagelo.

    MARIANA RODRIGUEZ MENDOZA
    6 BD

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  35. yizeth polo grupo BD7:53 p.m., octubre 21, 2011

    el texto tiende a confundir un poco al lector aunque existe mucha investigacion pero pues no contiene datos estadisticos trata la realidad de un pais y en el se cuenta detalladamente como lo es la violencia que se da en nuestro diario vivir

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  36. Leronardo Guerrero7:56 p.m., octubre 21, 2011

    Esta historia no acaparó tanto mi atención la verdad, aunque sinceramente lo que más me gustó fue cuando Antonio se monta en el escenario a cantar y le dedica su canción a otra mujer, y su esposa lo escucha disgustada. No estoy seguro si es crónica o reportaje, tiene más cara de crónica debido a que unas de las características del reportaje es que maneja datos estadísticos y testimonios, y esta no los tiene. Tiene buen hilo conductor.

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  37. Esta historia no acaparó tanto mi atención la verdad, aunque sinceramente lo que más me gustó fue cuando Antonio se monta en el escenario a cantar y le dedica su canción a otra mujer, y su esposa lo escucha disgustada. No estoy seguro si es crónica o reportaje, tiene más cara de crónica debido a que unas de las características del reportaje es que maneja datos estadísticos y testimonios, y esta no los tiene. Tiene buen hilo conductor.

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  38. Siempre he sido partidaria de no ser ni positivos, ni negativos solo realistas, este texto es una muestra de ese realismo que debemos abrir los ojos y observar en Colombia, nuestro Pais amado marcado siempre por la violencia pero tambien por medio de la excelente narrativa que hay muchos en peores condiciones que nosotros.

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  39. Betsey Escobar Cassiani8:11 p.m., octubre 21, 2011

    Narra una historia real, que en principio es confusa y hace que el lector se confunda e interprete la narración de otra manera. Tiene, a diferencia del reportaje “En Colombia, sería mejor nacer adulto”, un enfoque narrativo novelesco, lo cual hace entretenido y diferente al relato anterior. Maneja un lenguaje literario. Resalto la buena investigación que el periodista hizo, para plasmar los sucesos y darle el color que quería lograr con esta novela a mi parecer.

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  40. Betsey Escobar Cassiani8:11 p.m., octubre 21, 2011

    Narra una historia real, que en principio es confusa y hace que el lector se confunda e interprete la narración de otra manera. Tiene, a diferencia del reportaje “En Colombia, sería mejor nacer adulto”, un enfoque narrativo novelesco, lo cual hace entretenido y diferente al relato anterior. Maneja un lenguaje literario. Resalto la buena investigación que el periodista hizo, para plasmar los sucesos y darle el color que quería lograr con esta novela a mi parecer.

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  41. Alvaro Javier Berdejo8:16 p.m., octubre 21, 2011

    siento esta narración mas como una crónica que un reportaje. esta historia es sin duda lo que se vive a diario en nuestro país y la manera como lo narra el autor, con ese relato literario, lo hace mas llamativo.

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  42. Con este trabajo me pasa lo mismo que con aquel de 'marica'. Me parece que es más una crónica que un reportaje, pues sólo nos narra, sin darnos datos. A pesar de esto, nos concentra, pues narra algo muy común en nuestra realidad nacional y la manera en que es escrito atrapa muy bien al lector.
    DIANDRA PINTO GÓMEZ, Grupo BD

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  43. vicky martinez vergara8:40 p.m., octubre 21, 2011

    Personalmente Jhon siento que es la unión de una crónica con un reportaje, Nuevamente la violencia prima, como en la primera historia, sin embargo muy bueno y su lenguaje bastante descriptivo hizo que la historia fuera mas amena y mas entendible.

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  44. la narrativa esta muy bien y ni decir de la investigaciòn. lo que mas me gusto fuè la contraposiciòn entre el titulo y lo relatado, que apesar de todos los problemas y amenazas de los grupos al margen de la ley "nadie asesinarà la alegìa dl pueblo"

    johanna riascos AD

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  45. Siento que lo leído es una crónica, el tema no se me hace indiferente pues es la situación que se vivio y se sigue viviendo en nuestro país. Con respecto a cómo está narrado, me gusta que hace saltos en el tiempo, enlaza datos para que el relato se haga más interesante, lo que no me gusta es que en partes se torna"canzona" las amplias descripciones, hacen que se pierda por momentos el interés por lo leído. (:

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  46. Claudia Rodado Castro9:21 p.m., octubre 21, 2011

    CLAUDIA RODADO CASTRO
    GRUPO BD
    Pienso que no es un reportaje para mi parecer son mas los aspectos de cronicas en cuanto al manejo que se le da a la narracion, el lenguaje, los datos y ataca de manera fuerte la realidad de nuestro pais, no hace ver que vivimos en cuento de hadas todo lo contrario nos lleva a enfrentar lo queb estamos enfrentando, un leve viaje por la parte oscura de colombia.

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  47. Este es un tema que por años ha sido el pan de cada dia en nuestro pais. observando un poco los comentarios, una compañera dice que no parece reportaje por que no tiene datos ni estadisticas, pienso que es un riesgo bastante grande publicar datos mas exactos.

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  48. Es un reportaje que muestra la triste realidad de el país en el que vivimos. Maneja un lenguaje muy descriptivo porque relata detalladamente los hechos que sucedieron haciendo que el lector mantenga el hilo y la atracción. Me gusto mucho la forma en que narra la historia pues lo hace interesante y bastante diferente. Tengo mis dudas en si es un reportaje o una crónica, por lo extenso seria un reportaje pero no tiene casi datos estadísticos y testimonios, entonces no estoy muy segura, pero de lo que no me queda duda es que es un excelente relato.
    Jessica Mendoza
    Grupo BD

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  49. Es un reportaje que muestra la triste realidad de el país en el que vivimos. Maneja un lenguaje muy descriptivo porque relata detalladamente los hechos que sucedieron haciendo que el lector mantenga el hilo y la atracción. Me gusto mucho la forma en que narra la historia pues lo hace interesante y bastante diferente. Tengo mis dudas en si es un reportaje o una crónica, por lo extenso seria un reportaje pero no tiene casi datos estadísticos y testimonios, entonces no estoy muy segura, pero de lo que no me queda duda es que es un excelente relato.
    Jessica Mendoza
    Grupo BD

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  50. una investigacion MUY descriptiva a mi parecer pero que muestra muchos hechos que necesitamos tener en cuenta muy buena la investigacion

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  51. Teniendo en cuenta lo aprendido en cuanto a los géneros periodísticos, no creo que este texto sea un reportaje, ya que no maneja datos específicos o testimonios como tal, aunque el texto es bastante extenso pero no abarca una amplia investigación; pienso que juega más por la manera en cómo se narra a una crónica. De igual manera no le quito merito, es un tema bastante amplio y supo estructurarlo bien, utiliza un lenguaje muy descriptivo y esto le permite al lector no perder el interés de seguir leyendo, ni perderse en la lectura. Aunque debo confesar, que no tuve esa misma conexión como me paso con los otros dos textos, de igual manera es un buen trabajo profe ;)

    Hannia Fuenmayor - AD.

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  52. Katherine Villazòn H
    No le encuentro las características de un reportaje, para mí es una crónica, que narra la triste historia de un país en donde la violencia reina en una sociedad soñadora. De igual manera se nota la calidad y la investigaciòn realizada, me gusta el enfoque y el tema tratado, porque aunque sea triste es una realidad que hoy por hoy, no deja de azotar al país.
    Katherine Villazòn H
    BD

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  53. 3. Este texto extenso nos recuenta un poco la historia de la guerra en Colombia, desde una historia real, teniendo como contexto un pueblo y sus familias, al momento de leerlo su comienzo se torna un poco enredado, le exige al lector muchísima concentración y análisis para tener claro el papel de cada personaje, el titulo te atrapa, por saber a qué se refiere y al final con análisis de los acontecimientos se da cuenta de que la guerra no acabo con la fiestas, este reportaje se encuentra bastante nutrido, presenta conversaciones y además momentos de cronología que te hacen aterrizar a los acontecimientos. Aunque toca una historia real no lo realiza de la misma forma, si no que le adiciona el autor lo que nos identifica como colombianos, la alegría y el entusiasmo por salir adelante.
    Silvia Muñoz BD

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  54. LINDA ENAMORADO MENDOZA
    Considero que es un reportaje característico y de los formatos periodísticos más empleados para este caso de situaciones; creo que se hace uso de una narrativa de un hecho social como es la violencia, en este caso refiriéndose en casos especiales de personas que a diario mueren por los grupos paramilitares.

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  55. Maria Fernanda Gallardo AD10:20 p.m., octubre 21, 2011

    A mi parecer, es un excelente escrito ya que de entrada con el titulo capta la mirada del lector, ahondando en el texto nos podemos dar cuenta la controversia entre el desarrollo de la historia y el titulo de la misma, que a mi juicio, es una mezcla de reportaje y crónica. Me gusto el lenguaje, la manera de contar los hechos y lo directo que fue para dar la estocada final en el mismo. Muy interesante la manera de exponer un tema que ha golpeado al país por muchos tiempo atrás y que en nuestros días aun se mantiene.

    Maria Fernanda Gallardo AD

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  56. SHARELL CASTILLO ROMAN

    No creo que este texto sea un reportaje, porque narra como una crónica la triste historia de un país en donde la violencia reina en una sociedad soñadora, aunque profesor maneja un lenguaje descriptivo.

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  57. SINDY DE LA CRUZ

    Profesor a mi opinión es una crónica por la manera de contar la historia cronológicamente y como los demás reportajes hacen relevancia a una problemática de la sociedad, y aunque me confunde un poco se siente la investigación.

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  58. Este tipo de relato tiende a tener un estilo crónico, o tal vez no lo sea. Cuenta lo sucedido con detalles. La historia comienza por el final sin que el lector se percate de la organización de los hechos. Asimismo, el autor sabe darle un buen fin. Sépase que por momentos me sentí involucrada en esta cruda realidad que ha atormentado a Colombia por más de 40 años, y no me parecería extraño, que esta historia sea real, porque lastimosamente la violencia está anexa a nuestras vidas como una cotidianidad más del presente.
    Me gustó que el relato fuera al grano, a los acontecimientos que desarrollaron una trágica historia más, del vivir del pueblo Colombiano.
    Sin duda, tiene una redacción clara y precisa, que contagió y removió los sentimientos más triste de mi ser.

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  59. ERWIN SARMIENTO
    grupo ad
    Este reportaje se caracteriza mucho, por la manera en como se describe una problemática social del pueblo, gracias a la inclemencia de los grupos armados. Fue muy interesante la forma en como el redactor, plantea y hace uso de casos en específicos, para hacer referencia a un hecho que afecta directa e indirectamente a toda una soberanía.

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  60. AMIS DAYANA RAMIREZ10:31 p.m., octubre 21, 2011

    Este reportaje tiende a confundirme un poco, pienso que es más una crónica que un reportaje, por lo que es como una novela y el texto es bastante extenso y su lenguaje es muy descriptivo. A mi parecer es muy llamativa la forma en que narra la violencia del país, es una historia completamente real y es lo que vivimos.
    De igual manera es muy bueno.

    AMIS DAYANA RAMIREZ PUELLO

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  61. Interesante la forma en que se desarrolla la historia, me gusta porque el lector tiene la posibilidad de leer en párrafos muy bien escritos, cuando me refiero muy bien escritos hablo de los signos de puntuación que hacen clara a la historia. me identifico mucho con este tipo de historias que reflejan la vida dura del pueblo Colombiano, sin lugar a dudas sabemos que somos un pueblo que ha nacido viendo los horrores de la guerra, pero nos colocamos a diario una mascara que no nos deja reflexionar y ser críticos ante una realidad que no está lejos como creemos, sino que por el contrario le toca a muchos hermanos Colombianos. excelente la escogencia del tema y la forma como fluyen las palabras en marcadas en una excelente puntuación.

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  62. Muy buena crónica. Imagine cada detalle, el hecho de saber que es real, que esas cosas pasan casi que a diario. La forma en que escribe, sin rayar en lo aburrido, es una historia un poco triste, pero contada de una manera dulce. Sus títulos son buenísimos.

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  63. Pienso que tiene un estilo cronico ya que muestra como se vivio una historia, dando a conocer las reacciones y de los personajes, dandole un estilo cronico a la hora de emplear la narrativa, osea porla forma en que es son contados los hechos.

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  64. Es una crónica que permite mediante una narración detallada la elaboración de la historia, basada en el conflicto, a pesar de ser extensa, logra mantener el sentido, y atraer el interés del lector. Se podrían omitir algunos detalles para darle mucho más fluidez al texto.

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  65. la violencia en colombia, es uno de los pobremas mas grande que se presta para hacer cualquier estilo de figura literaria, surge la duda de si es una cronica, o un reportaje, por aquello que no dan datos especificos; pero una vez conversado con usted no quedo duda alguna que es un reportaje. personalemnte, todo lo que me retrate sucesos que afecten, y atentente contra el pais y la integridad de las personas me gusta, sea, cual sea, el estilo que le impregnen, lo importante es conocer, y saber reconocer la realidad, aun cuando a veces sea de manera implicita

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  66. Rosana Rodriguez Ramirez11:03 p.m., octubre 21, 2011

    Pienso que es reportaje, ya que esta historia es sin duda lo que se vive a diario en nuestro país. y por otro lado hay una buena investigación.


    ROSANA RODRIGUEZ RAMIREZ

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  67. Es una crónica que cuenta a través del tiempo lo que ocurre en esta población azotada por la guerra, considero que es de este estilo porque ubica el tiempo de los hechos. En cuanto a la redacción es visible la forma detallada que relata la historia, yo sentía que hacia parte de ella, me hacía participe al lado de los personajes.me parece muy buena la forma de redactar.

    MARÍA DEL PILAR DE LA ROSA CONTRERAS
    GRUPO:BD

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  68. No se si es por antes haber leido dos trabajos que me llamaron mucho la atencion o por lo extenso de este texto que me costo terminar de leerlo, la violencia en Colombia ya es un tema bastante trabajado que si no se maneja de una manera diferente hace que nos perdamos y nos custe concentrarnos, los signos de puntuacion, la redaccion y la investigacion sin duda son excelentes, pero creo que aun le falta ese "algo mas" que haga que sea interesante leerlo, pero sobre todo que genere alguna emocion, que en mi caso no hubo, insisto puede ser por aun tener a brote de piel las emociones de los dos anteriores, sin embargo creo que es un buen trabajo!

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  69. ALCAM - ALVARO CAMARGO11:29 p.m., octubre 21, 2011

    gracias profesor por colocarnos a leer cosas tan buenas y de su autoria.
    pues yo considero que es un reportaje sin duda, considero que como están contado los hechos encuadran perfectamente para decir que es un reportaje, por el lengua tan florido que se utilizo para redactar la historia.

    ALCAM

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  70. ALCAM - ALVARO CAMARGO11:33 p.m., octubre 21, 2011

    agrego algo que se me paso, considero que es un reportaje porque en el desarrollo de la historia el profesor nunca da una opinión ni tampoco singulariza el relato, como si sucede en la crónica que el cronista da su punto de vista de las cosas.

    ALCAM

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  71. Es muy similar a una crónica, aunque muy literario, se puede diferenciar quizá por la gran investigación que se puede apreciar en el texto con la historia. En lo personal no me gustó este reportaje, pero se nota que es una gran obra en el género periodistico.

    Juan Carlos Gaviria Romero. 6BD.

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  72. Luz Mar Ortega Lizarazo - AD

    Sin duda alguna este es un excelente documento. No lo llamo ni reportaje ni crónica porque encuentro un poco de dudas al momento de identificarlo. Tiene matices de reportaje, pero más de crónica por el orden cronológico que lleva de la historia, por la manera en como la va relatando y porque fue sobre un hecho que sucedió en uno de los años más sanguinarios para el país. Le falta todavía para ser reportaje, pues este abarca un poco más de investigación y lleva consigo datos y cifras que no identifico acá.
    De todos modos, como dije en un principio, es un trabajo para admirar, un trabajo digno de un profesional.

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  73. Senti el reportaje mucho mas cronica que otra cosa, porque no presenta datos exactos de donde ocurrieron los hechos, o estadisticas. El lenguaje ultilizado para la descripcion maneja un hilo conductor claro, y toca cuidadosamente esta tematica del pais que todos hemos vivido aunque algunos mas cerca que otros "la violencia" Es un excelente trabajo periodistico y necesitamos mas trabajosn de esta clase y conocer a cerca de las victimas del conflicto inteno y armado en el pais.
    Me gusto mucho la manera en la que se exponen los hechos pues aunque no se especifica un tiempo exacto o lugar, no divagamos al tratar de entender la historia es clara y consisa aunque tiene mas tintes de cronica

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  74. Sin duda es un texto interesante, una historia bien contada.
    Esboza el triste conflicto en el que hemos estado sumergidos desde hace muchos años de una manera milimétricamente descriptiva.
    Se maneja mucho el detalle, la precisión. El lector se apropia de la lectura, e incluso se siente parte de ella.
    La culminación de la historia me gustó, trasmite distintas emociones.
    Es un relato estremecedor.

    Sajira Aduen AD

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  75. DAYANA GARCIA OSPINO
    Colombia es un pais que atravieza situaciones de violencia desde hace mucho tiempo, por lo que considero que es un tema conocido para muchos e interesante por como trasciende. Me gusta el lenguaje descriptivo utilizado, pues logra crear esa imagen mental en tiempo real. Me parecio raro no ver cifras o estadisticas, aunque la investigacion esta buena, lo anterior ayudaria a tener mas credibilidad.

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  76. Pobre Rosa María. Su historia es como la de muchos colombianos hoy día, que por desgracia, ni siquiera les es permitido amar y ser felices.

    Me gusta el hecho de que, más que narrar un caso o denunciarlo, se narra una historia. Pudimos conocer más al viejo a Antonio, a Elvira, Toño, Toñito y Rosa María; acercarnos a ellos y sentir el dolor de lo que es que nos alejen de un ser querido, e incluso, el miedo de sentir que no podemos salir de nuestra propia casa seguros.

    Personalmente me gustó la fluidez que se le dio al relato y que, a pesar de tener otras historias entre líneas, se le dio enfoque a una sola, haciendo que no se perdiera el hilo de la historia.

    Dina Herrera
    BD

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  77. Este texto me pareció mas una crónica que un reportaje, y debe ser porque, como tú lo dijiste en clase, no hay diferencias muy demarcadas entre uno y otro género.
    Realmente no fue de mi total agrado. A diferencia de los otros dos que los volvería a leeré una y otra vez.

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  78. Luis Carlos López M4:15 p.m., octubre 22, 2011

    En estos días un periodista de esos que uno se encuentra por ahí me decía: “para escribir una buena pagina había leer primero cien excelentemente bien escritas”, y creo que tocar un punto tan neurálgico como el conflicto social- político- bélico Colombiano sí que requiere lectura, investigación y el uso del verbo adecuado en el momento adecuado para que no de la sensación de ser una opinión más sobre la realidad social si no por el contrario un apunte minucioso desde la percepción del autor, y eso lo que encuentro en este reportaje, que para mi cumplió muy bien el objetivo de estremecer, poner el dedo en la yaga y ver una realidad muy bien contada.
    Luis Carlos López Martínez
    Grupo AD

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  79. MUY BUENA HISTORIA PUES EN ELLA SE CUENTA LA REALIDAD DEL PUEBLO COLOMBIANO TIENE MUY BUENA TRAMA Y ESTA MUY BIEN REDACTADA MUY DESCRIPTIVA POR LO TANTO DEDUZCO QUE LA INVESTIGACIÓN FUE COMPLETA
    ANDRES GOMEZ GANEM

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  80. me parece una buena historia, bastante detallada, algo extensa para mi gusto lo cual puede hacer que el lector se canse rápido, tiene mucho que ver con la realidad colombiana y es una historia o una crónica por lo visto, bastante completa pero faltan ciertos detalles de fondo que ayuden a situar al lector en la región y en el momento, como por ejemplo lugar y fecha

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  81. Ailen Paola Terán Hernández8:51 a.m., marzo 30, 2012

    Se ve reflejada la previa investigación, es un texto extenso característica propia de los reportajes aunque no presenta cifras, ni datos, ni estadísticas. El título es llamativo, y el contenido del texto muestra la realidad de un país, las costumbres que en él se viven, y lo hace de manera llamativa, descriptiva y fantasiosa. Por la extensión del escrito me aburrí un poco, creo que no me queda claro si es reportaje o crónica, pero como lo dice usted mismo: las características de la crónica y el reportaje son algo difusos. La descripción y terminología que utiliza fueron claves.

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  82. Juan Fernando Piñeres8:53 a.m., marzo 30, 2012

    Este es un texto bien logrado, es obvio que se trata de periodismo literario por que se evidencia la realidad utilizando las tecnicas narrativas de la realidad.

    En el texto se vive la tension que se genera en un pueblo , con la llegada de guerrilleros durante un festival folclorico en un pueblo del departamento de Magdalena.

    Por otra parte no me gustó el uso de los tiempos en el escrito , peinso que para que sea mas literario se deben evitar usar cosas como " 5 años atras" , " 2 años despues" , pero tambien pienso que con el uso de los tiempos de esa manera se puede identificar mas facil que se trata de un articulo periodistico.

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  83. Juan Fernando Piñeres8:56 a.m., marzo 30, 2012

    Este es un texto bien logrado, es obvio que se trata de periodismo literario por que se evidencia la realidad utilizando las tecnicas narrativas de la literatura.

    En el texto se vive la tension que se genera en un pueblo , con la llegada de guerrilleros durante un festival folclorico en un pueblo del departamento de Magdalena.

    Por otra parte no me gustó el uso de los tiempos en el escrito , pienso que para que sea mas literario se deben evitar usar cosas como " 5 años atras" , " 2 años despues" , pero tambien pienso que con el uso de los tiempos de esa manera se puede identificar mas facil que se trata de un articulo periodistico.

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  84. Viviana Sánchez Cabarcas8:58 a.m., marzo 30, 2012

    Me paso algo muy curioso en el sentido que a pesar que es un reportaje me queda la duda de que en el reportaje se basa más en investigación profunda cosa que en este no la encontré, pues prefiero los otros dos ya que con este no sentí mucha conexión pues por lo que me confundo, pero muy bueno sus trabajos profe

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  85. SANDRA PAOLA SÁNCHEZ8:58 a.m., marzo 30, 2012

    Es atrayente la forma en que se desarrolla la historia, me gusta porque el lector tiene la contingencia de leer en párrafos muy bien redactados, me refiero muy bien escritos, es decir, hablo de los signos de puntuación que hacen clara a la historia.
    Este tipo de relato tiene un estilo crónico, o tal vez no lo sea. Cuenta lo sucedido con muy buenos detalles. La historia comienza por el final sin que el lector se percate de la organización de los hechos y esto a mi consideración es muy interesante. Excelente la escogencia del tema y la forma como segregan las palabras en marcadas en una excelente puntuación.

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  86. Creo que por textos como estos que son un poco extensos, uno como lector tiende a confundirse en cuanto a saber diferenciar si es un reportaje o una cronica. A mi juicio considero que lo anterior leido no es un reportaje, ya que no muestra datos minuciosos o testimonios en si. es bastante notable su investigacion, pero no asi tan profunda, por eso me voy hacia el pensamiento de que esta narrado a manera de cronica. Es muy interesante la lectura, no se logra perder el interes al leerla.

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  87. Lo que más me llama la atención es el nombre de la lectura, a pesar que Colombia es un país de violencia también nos hace uno de los países más alegres del mundo, es importante ver cómo desde una familia se refleja la violencia que vive todo un país, a pesar de lo extenso del texto es importante resaltar la labor investigativa del autor. Es más que un reportaje una crónica muy bien narrada.

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  88. El texto es bastante extenso , pero se refleja la buena investigación , el lenguajes es bastante sencillo pero me sentí un poco perdida en la lectura , no podría decir si me gusto o no , pero buena narración y excelente investigación .
    helen perez

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  89. Maria Olga Villamil9:41 a.m., marzo 30, 2012

    Esta historia refleja claramente la situación de un país, el cuál se encuentra sumergido en una guerra interna que afecta directamente a inocentes. Este reportaje se caracteriza por ser extenso y tener un lenguaje narrativo que permite introducirnos en la historia, desde un punto de vista crítico sobre el contexto social del país.

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  90. El texto es bastante extenso , pero se refleja la buena investigación , el lenguajes es bastante sencillo pero me sentí un poco perdida en la lectura , no podría decir si me gusto o no , pero buena narración y excelente investigación .
    helen perez

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  91. Esta historia hizo que me trasladara al lugar de los hechos; me metí tanto en el cuento que me imaginé físicamente a los personajes.

    Muy buena publicación, se nota el trabajo que se realizó.
    Me gustó mucho la manera tan minuciosa y detallada como se cuenta este reportaje. De entrada logra captar la atención del lector.

    Kathleen sotomayor

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  92. me gusta por q narra la historia de muchas casos q se pueden vivir en colombia o suelen suceder en la vida real ....ARMANDO VILLA

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  93. Stephanie Flechas AD9:55 a.m., marzo 30, 2012

    El tema de la violencia tan marcado en nuestro país en este reportaje fue abordado con un estilo narrativo que logra hacernos viajar en cada situación y vivirla como propia, fue interesante ver cómo fueron abordados cada caso y como en un reportaje se deben delimitar los sucesos, así que a mi parecer fue interesante y me gustó.

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  94. Este reportaje utiliza un lenguaje descriptivo narrando paso por paso los hechos, muestra tan explícito el tema más abordado en nuestro país hoy día LA VIOLENCIA, por eso logra que el lector se involucre y capte esa atención y asimismo en el tiempo de los hechos.

    Laura Marulanda!

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  95. Keyla María De la Cruz10:03 a.m., marzo 30, 2012

    Resalto la excelente investigacion del autor , sin embargo como lector reconozo que en ocaciones,perdí interés en continuar la lectura, el lenguaje que se utilizo expresó de manera sencilla una problemática vivida por millones de compatriotas a diario, lo que hace convincente la historia, lograba transportarme en mi mente y visionar las situaciones a partir del relato descriptivo.

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  96. Heliany Hadit Herrera Barros.10:04 a.m., marzo 30, 2012

    Se nota que hubo una extensa investigación, la historia es real, la temática de la historia es triste, pero resalto que me gustó mucho, que relata la historia con palabras cotidianas y comunes, de manera descriptiva, haciendo sentir al lector, como si estuviera conociendo o viviendo de cerca la historia.

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  97. El texto narra la realidad de colombia,muestra detalladamente los hechos, esto hace que el lector se quede pegado hacia el texto. el lenguaje que se maneja no es complejo, esto hace que uno no se aburra en el momento de leerlo.

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  98. En este escrito destaco la forma como se relato la historia, además que es un tema muy interesante, pues es la realidad de un país, en la cual por medio de esta historia se quiere dar a conocer. La redacción es muy descriptiva, pero no muestra datos concretos que se maneja en una investigación, tal vez está contando más de una forma literaria y florida y por último es muy largo, pero a pesar de esto tiene algo que incita a continuar la lectura.

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  99. Este reportaje esta enriquecido con una excelente investigación, claramente evidencia hechos reales que acontecen al país. Las situaciones que aquí se evidencian son difíciles de conseguir en una entrevista con los afectados, muy pocos están dispuesto a debatir y mucho menos a comentar, debido al temor que se ha difundido entre los habitantes de los pueblos que sufren de actos violentos.
    El reportaje jerarquiza claramente sus temas importantes, haciéndolo muy constructivo y narrativo al lector, dándole mayor facilidad para comprender las situaciones que viven muchos pueblos de Colombia. Aunque nos encontremos un poco lejos de donde suceden estas cosas, nos acercamos mucho con esta historia.

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  100. Considero que este escrito tiende a ser más crónica que reportaje.Ya que ademas de su gran extensión, relata detalladamente cada acontecimiento del caso.La cual refleja la previa investigación que hubo apesar de tratarse de un tema muy delicado, como lo es este en nuestro pais.

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  101. Edward Díaz España10:15 a.m., marzo 30, 2012

    Al leer el texto el lector se ubica inmediatamente en un factor que agobia a nuestro país y a otras partes del mundo, como lo es la violencia, el lenguaje que utiliza el periodista es sencillo y a la vez es un poco reflexivo y florido porque recoge todas esas anécdotas que se viven en el pueblo. Me parece que los párrafos están cortos pero el escrito es bastante largo, aunque esto no es muy agradable para el lector porque tiende a ser algo rutinario, considero que la historia lo amerita. el texto torna un giro cronista por la forma en que está narrado, al mismo tiempo, la temática que utilizó el periodista para redactar es factible, puesto que es un tema con bastante auge y trayectoria.

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  102. Me parece importante que destaquen el hecho de que es una realidad nacional y que se vive en el país, la investigación y los datos parecen inclinarlo hacia la crónica pero sigue con estructura que indica ser un reportaje.

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  103. Maria del mar Arteaga10:29 a.m., marzo 30, 2012

    utilizando las tecnicas narrativas literarias se logra describir una ralida, por lo que la evidente investigación de un estilo similar a una cronica manteniendo interesado al lector.

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  104. MARIA JOSE RODRIGUEZ10:50 a.m., marzo 30, 2012

    ME ENCANTA LA REDACCION DE ESTE TEXTO PORQUE CUENTA LA REALIDAD DE TODAS LAS PROBLEMATICAS POR LAS QUE PASA EL PAIS Y ESE ES EL VERDADERO TRABAJO PERIODISTICO. SU ESTILO LITERARIO ES IMPORTANTE Y HACE QUE EL LECTOR SE SIENTA ATRAIDO.
    ATTE: MARIA JOSE RODRIGUEZ

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  105. Por Javier Rosero

    El texto en sí, es la representación escrita de como se debería hacer periodismo en el país. El lenguaje es claro, conciso, preciso y detallado, sin sacrificar profundidad en la investigación o claridad en la sintaxis. No se detiene en el núcleo del asunto, sino que recaba en el, basándose directamente en la experiencia vivida por las personas protagonistas del hecho. Es una patada en los testículos, a ese periodismo Light, que hace ver la crudeza del conflicto como un moda rápida o algo sin importancia.

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  106. Fue muy interesante y excelente este reportaje, porque se pudo ver detalladamente y descriptivamente la historia real que viven muchas personas, día a día, cuando los paramilitares entran a sus casas a despojarlos, y lo más triste es que terminan matándolos.

    Ahí en el texto se vio claramente el sentimiento que tiene el escritor al contar la historia. Y en el momento en que el lector va leyendo cada párrafo, se va viendo e imaginando cada hecho cruel que viven esas personas.

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  107. Aprecio la intención de querer sensibilizar al lector con la historia inicial, sin embargo me perdí cuando siguió la narración de los hechos, por que nunca se dijo como termino la historia como comenzó.

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  108. Este reportaje es detallista y sobretodo realista ya que expresa minuto a minuto lo que ocurre en esos momentos de angustia en una familia.

    admiro la manera de narrar este trabajo, considero que así debe trabajarse en el periodismo actual.

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  109. Marjorie de la hoz2:14 p.m., marzo 31, 2012

    Es una narración muy detalla de un suceso común en ciertos pueblos del país, dejando en evidencia esa guerra interna que vivimos.
    Me gusta porque muestra un historia completa, un pasado que responde un por qué, y el hecho como tal.
    A mi parecer es un crónica, ya que es una misma historia desde la perspectiva de los diferentes protagonistas.

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  110. Este reportaje me parece excelente, está narrado de una forma muy descriptiva y muestra la gran realidad de nuestro país; esta detalla cómo sucedieron los hechos claramente, deja involucrar al lector de una forma impactante.

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  111. este reportaje un poco extenso pero con un hilo conductor que me mantuvo pegada hasta el final, relata una realidad de un pueblo,como muchos de nuestro país Colombia. con minuciosos detalles y la exaltación de las costumbres de dicho pueblo,relata el duro asesinato de una joven victima de estos grupos, pero sin embargo la alegría del pueblo no pudo ser acabada ni mucho menos asesinada.
    por:fergie freyle

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  112. Luisa Hernández Gutiérrez2:29 p.m., abril 01, 2012

    Siento que no manejó una buena investigación, en ese caso el faltó. pero fue interesante como relatan esta historia.

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  113. Me gustó mucho la historia y la forma de contarla, se nota la investigación de fondo. Es un Relato muy rico de leer, porque a pesar de ser un poco extenso me mantuvo muy entretenida durante la lectura... muy bueno John

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  114. Esta entrevista es una mezcla sobre todo de reportaje y un poco de crónica; está narrado muy descriptivamente y aunque no es un tema desconocido, ya que es una historia que vive nuestro país Colombia más de 6 décadas y que aún en pleno año 2012 estamos viviendo.
    Si nos lleva el narrador, a sentir en carne propia el de sangre que vive Colombia sin mostrar en el escrito ninguna luz de esperanza que es la plena realidad.

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  115. me parece que tiene aspecots de cronica, y me gusta la forma en como es redactada mostrando hechos de un pais de una forma muy descriptiva y con un buen trabajo investigativo.

    Ricardo haydar

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  116. Diana Rodríguez Pereira6:21 p.m., abril 02, 2012

    Es un muy buen texto que representa lo que es el periodismo literario. Narra los hechos que ocurrieron de forma detallada y completa, que atrapan al lector y lo invitan a visualizar en su mente, el escenario en el que se esta moviendo la historia. Muy bueno.

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  117. Me parece interesante la forma en que se desarrolla la historia, los matices que le otorga a la misma, me gusta porque a pesar de que la historia es larga, el lector tiene la posibilidad de leer en párrafos no tan extensos la narración. El título es atractivo, y el contenido del texto muestra la escenario de un país lo que muestra de manera interesante y descriptiva.

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  118. La historia narrada a pesar de ser un escrito que se ve que hubo investigación, y que de algún modo revela una historia que muchas familias en Colombia viven, pero cabe resaltar que se torna masa ser una crónica que un reportaje.

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  119. me parece que es un reportaje con estilo de cronica, donde se narran los sucesos vividos por un pueblo y una familia en especial, donde el lector persive lo vivido por cada uno de ellos y las concecuencias que trae, es interesante la lectura pero a la vez muy extensa.

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  120. La caracteristica de este reportaje es su descripcion llevando siempre un hilo conductor, donde el lector se imagina en el personaje ya es por loq ue pasamos en nuestro dia a dia y es la violencia que vivimos en nuetro Pais y nos deja una enseñanza de vida... Excelente investigacion

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  121. Siendo este un texto tan extenso, pero bien narrado, tiende a confundirse con otro género literario; tiene ciertos detalles que lo alejan de ser un reportaje para convertirse en crónica. Es una historia que no se aleja mucho de la realidad que se vive en el país, son sucesos que ocurren en una familia y nos hace trasladarnos a lo que vemos hoy en día en Colombia.

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  122. Angelinne Pahola Silvera Orozco3:08 p.m., abril 16, 2012

    La primera anotación ante este escrito es la extensión, la cual a mi parecer es muy larga y en ocasiones hace que por momentos se pierda el hilo. En cuanto escritura, me gusto los recursos que manejo en cuanto a la descripción y a la narración del suceso.

    Angelinne Silvera

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  123. Jorge M. Noriega Charris.3:11 p.m., abril 16, 2012

    Apoyo a algunos comentarios en la entrada, quizá suele ser interesante algunos textos que son largos o intensos pero hay temas que cuando se extienden llegan a cansar, el texto se siente extenso. Me gusta la manera de escribir del autor, mas que narrar sucesos cuenta historia y eso es interesante, lo identifico como crónica pero es difícil saber como identificarlo.

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  124. María Teresa Gutierrez Coll10:30 a.m., abril 17, 2012

    Considero que es un texto hermoso en cuanto a su redacción, lejos de la historia como tal que son sucesos muy comunes en nuestro diario vivir. La historia que enmarca a los personajes es de no creer y bien hace parte de un contexto de periodismo literario.
    El autor logra narrar una historia real con un lenguaje muy florido, convirtiéndose en una crónica, mas que un reportaje. También se le pueden denotar características de un texto literario, como el cuento.

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  125. Más que ser un reportaje o una noticia, es el reflejo vivo de una sociedad. Tiene la capacidad de hacernos ver, sentir y vivir aquella situación; con esto quiero decir, que el tener la posibilidad de leer este tipo de escritos y por un profesor de nuestra universidad, nos da una voz de aliento para el buen periodismo.

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  126. me llamo mucho la atención la forma en la que el periodista relata y como logra confundir al lector, es una entrevista de mucha atención.

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  127. Gustavo Cabrera

    Maneja la estructura y el modelo del reportaje ,pero tiende en dejar la duda si es una cronica.
    El rigor del texto parece el de una investigación social ,El lenguaje es claro y conciso.
    Lo relatado permite un reflexión ya que nos hace sentir la situacion que se vive , y llevarla a nuestra actualidad.

    Gustavo Cabrera AD

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  128. Sheryl Lissa Ospino9:27 p.m., mayo 08, 2012

    A medida que iba leyendo enseguida note que constituye al periodismo literario, el lenguaje es muy claro y detallado. Y lo que en verdad más me llamo la atención fue el tema a tratar y la realidad que vive nuestro país.

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  129. MELISSA SANTIAGO6:41 p.m., mayo 09, 2012

    lo mas curioso he impactante es el nombre de la lectura, teniendo encuenta que Colombia es un país de violencia, lastimosamente con cabeza agachada menciono pero de igual forma sin duda alguna nos hace uno de los países más alegres del mundo, es importante ver cómo desde una familia no reconocida se refleja la violencia que vive todo un país bastante sorprendente.
    Es más que un reportaje una crónica muy bien narrada. este tipo de reportajes son constructivos para un mejor razonamiento y reflexion. CON UNA FAMILIA QUE HAGA EL CAMBIO SE VERA LA DIFERENCIA!

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  130. para mi es una cronica muy bn contada, es una realidad que no se puedee sconder por mas que el gobierno haga lo imposible por decir que colombia es un pais en via de desarrollo con ventajas sobre otros , cuando tenemos una deuda con el banco mundial que supera los 72mil millones de dolares, narra un antes y un presente de manera narrativa y explicita sobre los hechos ocurridos

    STEVEN SIERRA

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  131. muy buen trabajo pero me confundi mucho a lo largo de realizada la lectrura en que genero podria ubicarlo, pues a mi en muchos matises me parecio cronica u otro tipo de periodismo literario, a la falta de datos estadisticos y testimoniales confunde un poco , pero no hay que negar que es un tema muy controversial en el pais y que no es un secreto para nadie , es muy interezante y su tematica lo hace aun mas muy buen trabajo profe

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  132. Heliany Hadit Herrera Barros8:33 a.m., mayo 18, 2012

    La historia “Has vivido” se convierte para mí en un evidente reflejo de muchas situaciones que viven o vivimos los jóvenes al enfrentarnos al mundo, ese que se aleja tanto de los pensamientos de nuestra infancia, el periodo estudiantil y después de este, todas las expectativas que tienen un joven para con su futuro laboral, el hecho de ser narrado omniscientemente y en segunda persona, nos hace sentirnos como el protagonista de la historia , ya que detalla situaciones y pensamientos por los que hemos atravesado en nuestra vida o simplemente nos refleja los de alguien que conocemos y que ha vivido esta situación. Me gustó inicialmente el título, pues este inmediatamente me conecta, pues pareciera que me dijera “estoy hablando contigo” y al continuar el desarrollo de la historia me permite engancharme con la lectura atrayéndome por la manera como está escrita.

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Muchas gracias por su amable lectura; por favor, denos su opinión sobre el texto que acaba de leer. Muy amable de su parte