Por John
Acosta
La mojigatería colombiana dio muestra de su
máxima expresión, a propósito de la muerte del escritor Gabriel García Márquez.
(Por supuesto, también la internacional, pero, como el fallecido es colombiano,
voy a referirme solo a lo que despertó en su país). Lo más sonado fue un trino
de la electa (no posesionada aún) representante a la Cámara por Bogotá María Fernanda
Cabal, del partido Centro Democrático, considerado de derecha. El “por Bogotá”
que coloco no es gratuito: al fin y al cabo es la misma ciudad que llenó dos o
tres veces la Plaza de Bolívar en protesta por la destitución de su alcalde
izquierdista, Gustavo Petro.
María Fernanda Cabal |
Conocida la noticia de la muerte de García
Márquez, la señora Cabal twitteó una vieja foto en la que aparece el laureado escritor
con Fidel Castro, amigo del difunto. Lo grave no era la foto, obviamente, sino
el mensaje que le colocó la electa congresista: “Pronto estaran juntos en el
infierno”, escribió. Estaran así, sin la tilde en la a final. Ahí fue Troya, no
por la falta de tilde, sino por el mensaje en sí.
"Me pareció un trino totalmente
irrespetuoso", dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos en una
entrevista concedida a CNN. El mandatario agregó que lo dicho por Cabal es
"realmente deplorable".
El abogado José Sierra radicó, ante la
Secretaría de la Corte Suprema de Justicia, una denuncia señalando que Cabal
habría incurrido en el delito de
hostigamiento por motivos de raza, religión o ideología política, creado
en la Ley 1482 de 2011. “(….) la denunciada ejerció actos de hostigamientos en la figura del maestro
Gabriel García Márquez y lo que él representa para la literatura
universal, en especial para la comunidad del pueblo colombiano, cuando afirmó
'pronto estarán en el infierno' y utilizó una fotografía en la que aparece
García Márquez y el expresidente Fidel Castro", precisó el abogado.
Claudia López |
Claudia López,
recientemente elegida senadora por la Alianza Verde fue un poco más consecuente
con la vilipendiada representante a la Cámara por Bogotá: “Este es un país libre, no estoy de acuerdo con
la señora Cabal, pero faltaba más que a una persona se le restringa la libertad
de expresión”, dijo. No hay que olvidar que la electa senadora López fue
acusada penalmente por el expresidente Ernesto Samper por una columna de
opinión en la que ella criticaba el nombramiento de Samper como embajador en
Francia. La justicia colombiana falló a favor de la columnista, pero ella fue
despedida de las páginas de opinión del periódico El Tiempo por otra columna en
la que denunciaba el favorecimiento que este diario le hacía a la información
sobre el entonces candidato a la Presidencia Juan Manuel Santos, que, en ese
entonces, era accionista del periódico. (Click aquí para leer sobre los dos casos que se mencionan de las columnas de Claudia López)
En todo caso, el partido de la representante
Cabal, el Centro Democrático, tuvo que expedir un lacónico comunicado, en el que
se apartaba del concepto de su congresista: “Las únicas declaraciones
autorizadas sobre la muerte del Maestro Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura,
son las que van en la línea de lo expresado por el candidato presidencial, Óscar Iván Zuluaga y
por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, adicionadas en la noche anterior por nuestra Oficina de Comunicaciones”.
Incluso,
la misma María Fernanda Cabal expidió un comunicado para excusarse de su trino
y explicó un poco su postura: “Mis opiniones no comprometen a Centro Democrático ni mucho menos
al candidato Oscar Iván Zuluaga”, reitera. “La verdad, por más incómoda o dolorosa que
sea, siempre tiene lugar en mis pronunciamientos. Sin embargo, compruebo una
vez más que la libertad de expresión en el medio colombiano resulta una
actividad de alto riesgo, cuando es ejercida por quienes rechazamos la
promoción de regímenes que atentan contra la dignidad humana, como lo ha sido
el castrismo desde hace 50 años. No podemos olvidar que aún se pudren en
cárceles cubanas una gran parte de los 75 opositores -periodistas,
sindicalistas e intelectuales- apresados en la llamada “primavera negra”,
condenados a 30 años por delitos como “opinar sin permiso, escribir sin
mandato, publicar folletos…”, agrega en uno de sus apartes. “Lamento si ofendí
y ofrezco disculpas. Me faltó consideración con la familia del Nobel Gabriel
García Márquez en su duelo, pero el realismo mágico no puede tapar la realidad
que viven todos aquellos que en este momento se quedaron sin voz, esos que
soportan todos los días los abusos y excesos de las dictaduras disfrazadas de
socialismo que cada vez hacen más daño a la región”, termina diciendo la señora
Cabal en su comunicado.
Alberto Salcedo Ramos |
También hubo (se siguen
publicando) muchas columnas de opinión alrededor del tema. Una de las que más ha
sido compartida en las redes sociales, es la del conocido cronista costeño
Alberto Salcedo Ramos, publicada en el diario El Colombiano. La tituló Gabo y el infierno
de la congresista Cabal. Es una especie de carta abierta dirigida a la
congresista. “Qué violenta fue usted al escupir sobre el cadáver de Gabriel
García Márquez”, comienza diciendo. Le recuerda que en otro de sus tuits “incendiarios”
ella definió a García Márquez como "comunista millonario", y lo acusó
de ser indiferente con Colombia. “Ay, señora congresista: necesitamos más gente
de la que se vuelve millonaria con su trabajo honrado, y menos de la que se
enriquece saqueando las arcas públicas. Usted, que es política, seguramente
sabe muy bien de qué le hablo, y hasta conocerá a más de uno que se ha vuelto
rico por esa vía”. Le recuerda que en el gobierno del jefe político de
Cabal, Álvaro Uribe Vélez, “Colombia vivió un capítulo de horror e ignominia:
miles de inocentes fueron asesinados para hacerlos aparecer como guerrilleros
ultimados en combate”. Y le pregunta: “¿Por qué usted, señora congresista,
pretende criminalizar las ideas políticas de un escritor pero no dice nada sobre
los verdaderos criminales?”
Otro columnista, Camilo Alzate, con un título irónico (En defensa de María Fernanda Cabal), publicó su texto en el portal Las 2 Orillas. “No voy a participar del linchamiento colectivo cometido con María Fernanda Cabal por sus malos deseos, ni a escribir una carta con falsa inocencia, de poses para quedar bien y de respetuosas recomendaciones, como la que escribió Salcedo Ramos, toda una nota de colegial indignado. Demasiado fácil rezar a los santos y orinar sobre los demonios. Demasiado fácil el oficio de camaleón. Lo difícil es tomar posturas firmes cuando imperan las conveniencias, que cambian según los vientos del que manda”, comienza diciendo. Unos párrafos más adelante, Alzate dice que muchos le desean y desearon el infierno a García Márquez, “empezando por aquellos que ahora homenajean. Ojalá tuvieran el arrojo y la decencia de decirlo en público, como esa Congresista. Agradezco las palabras de María Fernanda Cabal -que no comparto- puesto que me ponen en la orilla opuesta, me ayudan a situarme y me hablan sin amañes. Siempre se agradece la sinceridad, venga de donde venga”. Después, va dejando ver el trasfondo de su defensa: “El gesto es valioso, aunque el mensaje sea tan vil como idiota. Tonto entre otras cosas porque el infierno no existe, y eso no lo digo yo sino un sumo pontífice. El odio impide acercarse al otro para juzgarlo en toda su dimensión, ese sentimiento ciego con que acudieron al linchamiento mediático de la señora Cabal, sin ponerse a pensar que ella está en todo su derecho de creer en el infierno, de desearlo, de invocar al diablo y de opinar desde su ignorancia. Esa Congresista va ciega de odio pero lo terrible es que consigue enceguecernos a nosotros. En vez de pensar preferimos lincharla. En lugar de entenderla, nos convertimos en ella”. Agrega que espera y aplaudirá otros gestos de verdad de María Fernanda Cabal. “Aplaudiré cuando María Fernanda Cabal nos diga de frente y con el mismo desparpajo, qué piensa de los campesinos reclamantes de tierras, aunque estoy seguro de no compartir su perspectiva. Aplaudiré cuando nos cuente cómo su marido José Félix Lafaurie hizo arder el infierno verdadero en la costa, armando grupos paramilitares con la venia de los gobiernos de turno. Aplaudiré cuando nos relate, ojalá con la misma franqueza, la trama del despojo y los cuerpos desmembrados que flotan bajo el río Sinú”.
Otro columnista, Camilo Alzate, con un título irónico (En defensa de María Fernanda Cabal), publicó su texto en el portal Las 2 Orillas. “No voy a participar del linchamiento colectivo cometido con María Fernanda Cabal por sus malos deseos, ni a escribir una carta con falsa inocencia, de poses para quedar bien y de respetuosas recomendaciones, como la que escribió Salcedo Ramos, toda una nota de colegial indignado. Demasiado fácil rezar a los santos y orinar sobre los demonios. Demasiado fácil el oficio de camaleón. Lo difícil es tomar posturas firmes cuando imperan las conveniencias, que cambian según los vientos del que manda”, comienza diciendo. Unos párrafos más adelante, Alzate dice que muchos le desean y desearon el infierno a García Márquez, “empezando por aquellos que ahora homenajean. Ojalá tuvieran el arrojo y la decencia de decirlo en público, como esa Congresista. Agradezco las palabras de María Fernanda Cabal -que no comparto- puesto que me ponen en la orilla opuesta, me ayudan a situarme y me hablan sin amañes. Siempre se agradece la sinceridad, venga de donde venga”. Después, va dejando ver el trasfondo de su defensa: “El gesto es valioso, aunque el mensaje sea tan vil como idiota. Tonto entre otras cosas porque el infierno no existe, y eso no lo digo yo sino un sumo pontífice. El odio impide acercarse al otro para juzgarlo en toda su dimensión, ese sentimiento ciego con que acudieron al linchamiento mediático de la señora Cabal, sin ponerse a pensar que ella está en todo su derecho de creer en el infierno, de desearlo, de invocar al diablo y de opinar desde su ignorancia. Esa Congresista va ciega de odio pero lo terrible es que consigue enceguecernos a nosotros. En vez de pensar preferimos lincharla. En lugar de entenderla, nos convertimos en ella”. Agrega que espera y aplaudirá otros gestos de verdad de María Fernanda Cabal. “Aplaudiré cuando María Fernanda Cabal nos diga de frente y con el mismo desparpajo, qué piensa de los campesinos reclamantes de tierras, aunque estoy seguro de no compartir su perspectiva. Aplaudiré cuando nos cuente cómo su marido José Félix Lafaurie hizo arder el infierno verdadero en la costa, armando grupos paramilitares con la venia de los gobiernos de turno. Aplaudiré cuando nos relate, ojalá con la misma franqueza, la trama del despojo y los cuerpos desmembrados que flotan bajo el río Sinú”.
Fernando Londoño |
Hay un columnista que, por haber ocupado uno de los
ministerios más importante del gobierno de Álvaro Uribe, muchos no quisieron
leer su columna sobre el escritor muerto, que tituló Nuestro García Márquez. Se trata de Fernando Londoño Hoyos. En su
escrito publicado por El Tiempo, dice que “deja Gabo a su muerte tantos
problemas por resolver sobre su vida, que sin impertinencia podemos penetrar en
ella. Acaso hubiera resuelto esos enigmas en un segundo tomo de Vivir para
contarla, que es, sin duda, una de sus obras menos ricas y dicientes. Dicho sea,
claro está, con perdón de los creadores de esa beatería garciamarquiana en la
que han resuelto embarcarnos. ¡Qué paradoja! Alrededor del hombre que quiso
liberarse de todo se ha formado una pesada legión de exégetas que prohíbe
pensar y hablar con libertad”. Hace un elogio de sus obras, aunque deja mal
paradas a otras, para entrar en un punto candente: “Nadie ignora que García Márquez
fue, o trató de ser comunista, en cuanto su vecindad irredenta con Castro lo
pone de presente. Pero quedó debiendo el ensayo que justificara esa aventura o
la novela que pudiera acercarse a Los miserables, de Víctor Hugo. Compañeros de
su generación y su tendencia, como Octavio Paz, tuvieron tiempo para el
arrepentimiento y la expiación. Amigos suyos, tan cercanos, como Plinio o como
Vargas Llosa, encontraron ese espacio. Conocieron de cerca el comunismo y
volvieron de ese yermo tan doloridos como André Gide de su viaje a Rusia. De
Gabo no queda esa constancia explícita. Pero nos parece que la hubo”. A renglón seguido, asegura que García Márquez
no se dejó manejar por Chávez, “que hubiera dado la vida por conseguirlo. Ni
dijo una palabra auténtica a favor de Maduro. Ni le pareció inteligente la
señora Fernández de Kirchner, ni digno de un cuento suyo Daniel Ortega. Pasó
por encima de esos carbones ardiendo con irreparable desdén”.
Salud Hernández-Mora |
Salud Hernández-Mora, periodista
española nacionalizada en Colombia, tampoco se apartó de la tentación de
escribir sobre la noticia del mundo de la cultura. En su columna de El Tiempo,
que tituló El otro Gabo, acepta que a nadie
se le ocurriría discutir la genialidad de García Márquez. “Sin embargo, sus
posiciones políticas, sus acciones como personaje influyente con enorme poder,
yo creo que sí pueden ser materia de debate. Pero no de la manera
impresentable, espantosa, que empleó María Fernanda Cabal, que lo mandó al
infierno junto con Fidel”. Reconoce que le pueden caer centellas y rayos, pero “debo
decir que a mí el nobel me decepcionó como ser humano cuando conocí Aracataca,
varios años atrás. Ya sé que sus fanáticos argumentan que no era su obligación
trabajar por su pueblo natal. Pero yo creo que uno en su lugar, venerado por
todos los gobiernos, con capacidad de cambiar el rumbo de una localidad tan
pobre y abandonada como Aracataca, por supuesto que tenía la responsabilidad
moral de ayudar. Dios le entregó un talento esperando que devolviera más, y, en
lo que respecta a su pueblo, se lo guardó intacto”. Más adelante, entra al tema
neurálgico: “Tampoco resultaba aceptable su atracción fatal por una persona que
tortura a quien piensa distinto, como Fidel. Me parecía una imperdonable
frivolidad defender a Castro desde México y otras naciones democráticas. A
diferencia de escritores cubanos encarcelados por ser críticos de Fidel, Gabo
podía moverse libremente por el planeta y decir lo que le viniera en gana sin
que lo callaran ni detuvieran. Y no es excusa alegar, como hacían sus amigos,
que, gracias a su discreta intervención, más de un preso político recobró la
libertad. Porque la libertad no tiene parcelas ni es discrecional. O se
defiende de manera integral o se está de acuerdo en recortarla cuando a uno le
cae bien el dictador. García Márquez optó por mirar para otro lado, por cubrir
un régimen totalitario de legitimidad, envolviéndolo en su manto de escritor
universal, de personalidad respetada y admirada”.
Ni el autor de las presentes elucubraciones escapó tampoco a escribir sobre la muerte, o a propósito de la muerte, de Gabriel García Márquez. (click aquí para leer esas elucubraciones)
Antonio Caballero |
Finalmente, el escritor Antonio Caballero tituló su
columna de opinión en la revista Semana con el nombre de una de las obras de García
Márquez: Los funerales de la mamá grande. “Hace un par de semanas pedía yo,
para entender lo que pasa en Colombia, un libro sobre el pecado capital de los
colombianos, que es la lambonería. Acaba de aparecer ese libro. Basta con
empastar juntos los miles de comentarios que se han escrito en la prensa, o
dicho al aire en la televisión y la radio, con motivo de la muerte de Gabriel
García Márquez. “Gabolatría”, titulaba un columnista su columna al respecto”,
empieza escribiendo Caballero. Dice que García Márquez lo que hizo fue
denunciar los horrores de esta patria: “Porque lo de García Márquez no es
realismo mágico: es realismo crudo. Y si no fuera por su fama universal, que
obliga a los dueños de Colombia a fingir una admiración hipócrita, todos ellos
estarían hoy aplaudiendo a la señora uribista que lo mandó al infierno,
atreviéndose a decir en voz alta lo que muchos piensan. Por eso echaron a
García Márquez de aquí. Por eso tuvo que pedir asilo en México. Era, como dicen
ellos, un “mal colombiano”: pintaba en su literatura y en su periodismo una
“mala imagen” de Colombia. Una imagen exacta y verdadera. Merece ir al infierno”.
El ex presidente Darío Echandía dijo alguna vez que Colombia era "un país de cafres". Cafre es bárbaro, cruel, rústico. A principios de noviembre de 1979, la periodista Margarita Vidal le hizo una entrevista al ya octogenario Echandía. "¿No es muy fuerte esa frase suya de que este es un país de cafres?", le pregunta. El expresidente le responde de inmediato: "Pues, últimamente, lo que me parece es que calumnié a los cafres".
¿Tendremos todos estos elucubradores una segunda
oportunidad sobre la tierra?
Que bueno es leer este artículo. Lo cierto es que las redes sociales me dieron mucho asco por estos días. Ignorancia, ese es nuestro gran problema. No pensamos, no dudamos, sacamos la lengua y lamemos cualquier cosa que esté de moda: como la nación lambona que somos.
ResponderBorrarEs sin duda un interesante resumen. Por otro lado el amigo Jhon aun nos debe el artículo sobre el abandono de los wayu y la muerte diaria de niños por desnutrición. Un abrazo.
ResponderBorrarUn buen resumen mi querido John. Suficiente para no echarle mas leña al fuego. Aunque me quede con las ganas de saber que piensas.
ResponderBorraremiliorestrepo26 de mayo de 2014, 17:05
ResponderBorrarEL COMPORTAMIENTO POCO CABAL DE LA CONGRESISTA MARIA FERNANDA CABAL
Definición del DRAE:
cabal.
(Der. de cabo 'extremo').
1. adj. Ajustado a peso o medida.
2. adj. Dicho de una cosa: Que cabe a cada uno.
3. adj. Excelente en su clase.
No conocía a la congresista Cabal hasta el día en que decidió mandar a Gabo a los mismísimos infiernos, sin respetar el dolor nacional por la muerte del escritor ni tener ninguna expresión de consideración por una figura que tanto brillo le dio a la literatura universal. No se había enfriado el muertico y ella ya estaba pontificando sobre el destino que le esperaba. Me pregunté, ¿quién es esa señora que se toma públicamente la atribución de saber a dónde van las almas de los difuntos? ¿Estaría borracha o, más grave, ebria de triunfalismo electoral y arrogancia?
No sé nada de sus aportes al arte, a las letras o a la cultura. No sé qué cosas meritorias ha hecho en su vida privada o pública para intentar degradar de tal forma a nuestro escritor sin apenas ruborizarse. No sé nada de sus propuestas políticas(creo que nadie las conoce, pues fue electa por el arrastre de su jefe, el presidente Uribe en una lista cerrada en el que los nombres ni las ideas ni los antecedentes importaban)
Decía un columnista que muy probablemente a través de sus relaciones políticas (el uribismo, los terratenientes y ganaderos de la costa) y familiares (el cuestionado presidente de Fedegan, José Felix Lafaurie), María Fernanda Cabal debe tener muy claro quién, cuándo y cómo deben ir al infierno las personas. Saben sus cositas y tienen sus métodos. Ver la respuesta de un escritor:
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/G/gabo_y_el_infierno_de_la_congresista_cabal/gabo_y_el_infierno_de_la_congresista_cabal.asp
Según personas documentadas como el también senador Iván Cepeda, lo han hecho por años las personas de sus más estrechos círculos mediante desplazamientos forzados, paramilitarismo, los doce apóstoles, el espionaje a enemigos y contradictores y los falsos positivos, por solo mencionar algunos asuntos. (Es un testimonio impresionante:
http://www.elespectador.com/libros/columna96703-puertas-de-el-uberrimo
http://www.las2orillas.co/los-secretos-de-alvaro-uribe-contados-por-ivan-cepeda-y-alirio-uribe/ )
Me conduele este país en que personas como ella atropellan y arrasan sin miramientos y sin embargo ocupan posiciones de poder en la opinión. No solo me produce repugnancia sino tristeza, pero en este punto ya no hay nada que hacer. Allá en el congreso ella y los de sus mismas convicciones van a decidir por nosotros y sin miramientos van a seguir para adelante. Arrastrando lo que se cruce por su camino. Está lo suficientemente bien respaldada por personas a las que nada que no sea el poder, las tierras, el ganado o el dinero les conduele. El arte o los asuntos del espíritu, por supuesto, no les interesan en lo absoluto.
Mientras tanto, encascarados en nuestra impotencia, pero atentos y vigilantes, nosotros seguiremos trabajando, luchando por el país y leyendo y recordando a García Márquez esté donde esté, aunque sea quemándose en las pailas atizadas por el propio Satanás. Gabo sí fue un hombre "cabal" en todo el sentido de la palabra. Él sí.