27 oct 2025
Pastor Ángel Flórez, el ejemplo de Jesús hecho verbo
22 oct 2025
Humberto Murcia Ballén, así sobrevivió a la toma del Palacio de Justicia este gran maestro y magistrado
20 oct 2025
Israel Romero, el acordeonero de oro que es universidad del vallenato
| Israel Romero |
El acordeonero Rafael Romero Ospino no podía creer lo que estaba presenciando en ese momento. Ese niño que tenía al frente tocaba el acordeón de forma magistral. No tenía por qué sorprenderse, ya que el padre y el abuelo del pequeño fueron excelentes intérpretes de ese instrumento musical; incluso, los cuatro hermanos mayores del infante (que, en ese momento, tenía fascinados a todos los que estaban presenciando el espectáculo del niño halando, con un compás preciso, el ‘arrugao’ que tenía en su pecho) también era músicos. “Yo soy el mayor de nueve hermanos y ese niño es el quinto. Y nosotros, desde que nacimos, no veíamos más nada en la casa sino acordeón porque mi papá, aparte que era acordeonista, reparaba y afinaba acordeones. Entonces, nosotros, desde niñitos, viendo acordeón en casa, pues tocamos acordeón y fregamos, y molestamos con el acordeón; sin embargo, para mí, Israel estaba como muy muy pequeño y resulta que yo sí veía a todos mis hermanos tocando acordeón, menos a él. Yo nunca lo veía tocando acordeón. Fue muy lindo cuando lo vi por primera vez tocando acordeón ese día, pero magistralmente: desde entonces, creí que él nació ya tocando acordeón, porque yo nunca lo vi ensayando”, le contó Rafael Romero al Semanario La Calle sesenta años después.
14 oct 2025
Anibal Martínez, ‘el negro del Cañaguate’ que se quedó en el corazón de la gente
6 oct 2025
El drama de Graciela, la artesana Wayúu de la primera de Riohacha
| Así estaba la Primera, de Riohacha, hace dos años |
Graciela Jayariyú tiene 10 años de haber llegado a vender sus tejidos Wayúu a la Avenida Primera, de Riohacha. Los periodistas de La Calle la conocieron el año pasado y hasta el Semanario La Calle publicó una crónica de ella. Resulta que la semana pasada, Graciela se volvió a comunicar con el periódico y envió un mensaje desesperado.
| Así está ahora, vacía |
De espaldas a la historia: el caso de Uniautónoma del Caribe
| Antonio Donado, docente de la Universidad Autónoma del Caribe |
El caso de nuestra Universidad Autónoma del Caribe contiene documentos, datos y experiencias imprescindibles para quien quiera estudiar la historia de la Educación Superior en Colombia, dándole relevancia a lo que ha ocurrido en la Región Caribe en la rama privada universitaria. Somos ejemplos de estilos de gobernanza que ponen al descubierto una y otras de las falacias de la ley 30 (1992) que ingenua y ciega cree que las universidades privadas, y en algunos casos de públicas, estas con un déficit que ronda 450 mil millones de pesos, son administradas según el principio de reinversión de los fondos excedentarios en el fortalecimiento de la calidad académica, desde la docencia hasta la extensión, con prioridad en investigación y la cualificación docente.
Las universidades privadas no son empresas privadas donde es legal repartir las ganancias entre los socios. Las universidades privadas, por ventajas tributarias, donaciones y otros privilegios pueden llegar a tasas de rendimientos comparativamente superiores, por cada peso, a las ganancias de las empresas privadas. Bien administradas son inversiones muy lucrativas.
Tin Daza, el profesor que puso a sonar el vallenato en las emisoras de Valledupar
Ya en la terraza del frente de la casa, el operario de Emdupar que hizo la revisión del medidor de agua, le preguntó el nombre completo. “José Agustín Daza Díaz”, le respondió el profe, sentado en la silla donde atendía al periodista. Cuando lo llamaron en la mañana del Semanario La Calle para la entrevista, Daza Díaz dijo que vinieran, pero advirtió que estaba esperando al personal de la empresa pública de Valledupar. El operario llegó en mitad de la conversación y el profe interrumpió el diálogo en la terraza para atenderlo. Al abrir el medidor, el empleado público comparó con las cifras que llevaba en su libreta: “aumentó de 13 a 23 metros cúbicos el consumo de agua. Por eso, llamamos porque creíamos que era una fuga”, le dijo al profe. “Es que llegó la nuera con dos nietos y uno tiene que bañarse. Imagínense, con estos calores”, justificó el profesor José Agustín Daza. Una vez terminado el chequeo, regresaron a la terraza, que fue cuando el operario le solicitó el nombre. Cuando escuchó a su esposo responder, Inírida Lucila Fontalvo de Daza se asomó a la ventana y le aclaró al trabajador de Emdupar. “Tin Daza”, dijo. “Ahhh, el famoso Tin Daza. Ahora sí”, dijo feliz el operario.
El sacerdote barranquillero José Agustín Mackenzie Useche, famoso en Valledupar y sus alrededores, fue quien bautizó al entonces bebé en Patillal, donde nació el que sería profesor el 27 de agosto de 1946. Y el religioso quiso ponerle su nombre. “Ay, padre, y cómo le voy a llamar si yo tengo ya un José en la casa”, le suplicó Petronila Díaz Maestre al siervo de Dios. “No importa, llámelo Tin”, le dijo el sacerdote a la madre del niño. Y así se quedó para siempre.
