13 sept 2019

El remado exitoso del proceso de recuperación de Uniautónoma del Caribe


María Victoria Mejía, rectora de la Universidad Autónoma del caribe,
nombrada por el Ministerio de Educación Nacional
Por John Acosta

Al escuchar los argumentos de la nueva rectora de la querida Universidad Autónoma del Caribe, María Victoria Mejía, satisface mucho encontrar coincidencias entre lo que ella plantea y el pensamiento generalizado de nuestra comunidad académica; esencialmente, en tres aspectos puntuales: 1. No ha habido un cambio sustancial en los máximos órganos de gobierno; 2. La propuesta de reforma de los estatutos actuales (aprobada, no unánimemente, por la actual Sala General y enviada al Ministerio de Educación Nacional -MEN- para su aprobación) no reflejan una diferencia profunda con los estatutos implantados por la desastrosa administración de Ramsés Vargas; y 3. Los Institutos de Salvamento, adoptados temporalmente por el MEN para garantizar el buen uso de los recursos que ingresan a nuestra institución (resolución 03740 del 5 de marzo de 2018), no pueden concluir ni en el corto ni en el mediano plazo. Me referiré a los dos primeros puntos porque los consideramos urgentes, ya que presuponen que los principales aspectos que desencadenaron la enorme crisis que estamos tratando de superar, aún se mantienen.

Jornada de recolección de firmas en contra de la cooptación y a favor de la
reforma profunda de los estatutos
Precisamente, preocupados por la situación en los principales órganos de gobierno y por la necesaria reforma estatutaria, un grupo de profesores lideramos, a comienzos del presente año, una recolección de firmas para una carta que enviamos a la ministra de Educación, en donde le exponíamos este inquietante asunto. Esta misiva contó con el respaldo unánime de la Asociación de Profesores de la Universidad Autónoma del Caribe (Asoprofesuac), de la cual hago parte. El Ministerio respondió esa carta, a través de la Subdirección de Inspección y Vigilancia, diciendo que: “No obstante lo anterior, le informamos que este Despacho hará el análisis y revisión de la propuesta de reforma estatutaria presentada por la Universidad Autónoma del Caribe, a la luz de las normas legales y estatutarias vigentes, y en el marco de las medidas de carácter preventivo impuestas a la Universidad por el Ministerio de Educación Nacional”.

En este blog se publicaron cuatro artículos (tres míos y el otro del docente Antonio Donado), en relación con el mismo tema de los organismos de gobierno de nuestra universidad y de la urgente reforma de los estatutos. Esos textos se los envié, además, al MEN. Y la Subdirección de Inspección y Vigilancia de ese ministerio me respondió: “Respecto al caso que nos ocupa, este Ministerio entrará a evaluar lo señalado en las medidas de carácter preventivo que se impusieron a la Institución, frente a reforma estatutaria propuesta”.



A mediados del presente año, nos enteramos de que el Ministerio de Educación Nacional había emitido concepto sobre la propuesta de la reformas de los estatutos de nuestra universidad, que habían sido enviados para su previa aprobación. Envié, a título personal, una carta a la Subdirección de Inspección y Vigilancia del MEN, solicitándole un informe del resultado de ese “análisis y revisión de la propuesta de reforma estatutaria presentada por la Universidad Autónoma del Caribe” y de la evaluación de “lo señalado en las medidas de carácter preventivo que se impusieron a la Institución, frente a (sic) reforma estatutaria propuesta”, señalados en las dos respuestas que ellos me enviaron. Esa Subdirección contestó mi solicitud: “respecto a la solicitud de ratificación de una reforma estatutaria presentada por la Universidad Autónoma del Caribe, previo análisis de la misma, se generaron una serie de observaciones mediante oficios 2019­EE­084999 y 2019­EE­093471, que fueron remitidas directamente a la Institución, y una vez sean respondidas se resolverá de fondo, en el marco de sus estatutos generales vigentes y la normatividad legal que regula dicho trámite”.

Por tanto, nos complace que la nueva rectora tenga la decisión de impulsar y lograr los urgentes y necesarios cambios que se necesitan para que esta querida universidad no vuelva a caer en una crisis de peores consecuencias como las dos sucesivas que hemos pasado (leer: Silvia Gette y Ramsés Vargas: harinas del mismo costal y Silvia y Ramsés: de señalamientos y otros demonios). Estoy seguro de que la mayoría de los componentes de cada uno de los estamentos de Universidad Autónoma del Caribe remamos para ese mismo lado. Y culminaremos felices esta noble tarea en la que nos encontramos, de borrar todo vestigio de repetición de esos terribles hechos que, por poco, nos ahogan.

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