Necesitamos aliados con jerarquía política en la palestra del poder local y regional para vencer a los destructores del presente de la Universidad Autónoma del Caribe. A esa conclusión hemos llegado varios dirigentes y compañeros de base. Nosotros, que hemos visto por años la indolencia, con marcas de complicidad, que han exhibido los ministros y ministras de educación ante el doloroso drama que padecemos los docentes, estudiantes y trabajadores de la Universidad Autónoma del Caribe.
Nosotros, que, confiados, entregamos nuestras esperanzas en un gobierno contra la corrupción pública, hemos recibido de sus entrañas una dolorosa bofetada por parte de la ministra Aurora Vergara, quien se niega a entregarnos a nosotros, las víctimas del actual desgreño administrativo, financiero y académico con el que el señor Mauricio Molinares presume trabajar por el "reverdecer " de nuestra lisiada universidad, el informe de la visita de investigación que ese ministerio se vio obligado a realizar por las denuncias y evidencias que los sindicatos presentamos contra la actual rectoría y sus compinches.
El argumento de la señora Aurora de las tinieblas es que nuestra universidad es privada, lo que es verdad, pero prestadora de un servicio público, y se le olvida a la señora ministra de marras que la Autónoma funciona bajo medidas de intervención denominadas con eufemismo de "salvamento" y que no somos clientes sino víctimas de la quiebra técnica a la que la llevó Ramsés Vargas Lamadrid, el rector excelso como su sociopatía le aconsejaba hacerse llamar, y que el jardinero actual, por lo mismo, no da señas de disminuir, sino de aumentar con sus trapisondas dinerarias.
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El Ministerio vigila, con la figura de inspectore in situ, la gestión para pagar la monstruosa y diabólica deuda de 160.000 millones de pesos; la desaparición del patrimonio inmobiliario; la recuperación de una matrícula anémica que, de 12.000 estudiantes desde entonces, renquea en los bordes de 6.000, y la misión inabarcable de actualizar en tecnología y ciencia la obsoleta infraestructura para la docencia, la extensión y la investigación.
Y de eso no informa nada o la ministra supone que eso no es de nuestra incumbencia. Olvida ella que lo que está a la vista no necesita demostración. La ministra emula al personaje que canta nuestra artista Shakira: no ve, no oye y solo habla para dentro.
La Universidad Autónoma del Caribe es de los barranquilleros y de los costeños, ellos la sembraron, la hicieron crecer, y los ladrones se aprovecharon de la indolencia del Ministerio de educación, y entre lamparazos y canto de gallos, antes de la Aurora, arrasaron con las cosechas y la capa vegetal.
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Esto lo desconoce la ministra Vergara, porque ignora la historia de la Autónoma del Caribe, y quien ignora la historia es incapaz de avizorar el nuevo día así se llame Aurora.
A nosotros, estudiantes y profesores, trabajadores administrativos y de servicios, nos corresponde seguir luchando para Salvar nuestra Universidad.
Para ello buscamos el apoyo del liderazgo barranquillero y costeño, para devolverle a su pueblo lo que es parte importante de su patrimonio cultural y científico.
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sabio. sensatio, equilibrado, nos duele!
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