Por Antonio Donado Tolosa
La Universidad Nacional de México es una realidad pensada para la
transformación social, política y económica del país azteca. Es una institución
que representa el ideal de un México grande, del tamaño del nacionalismo de un
pueblo siempre bajo el impulso de megametas. El México postrevolucionario
encarnó la voluntad modernista para trascender los objetivos del provincialismo
de una cultura pletórica de símbolos autóctonos y sueños de un mestizaje que
inspira el orgullo en todas las formas del sincretismo de las riquezas de una
diversidad multiétnica y multicultural, que mueve con firmeza el espíritu
nacional de México.
La ciudad universitaria de la Unam es uno de los productos más
emblemáticos de ese espíritu nacional, que se abrió para prohijar con grandeza
los ideales de la modernidad científica y tecnológica. Sus dimensiones físicas
son enormes, un área central de 176.500 hectáreas y 50 edificios, espacios que
palpitan arte y naturaleza, magia que cautiva a sus habitantes y embruja a los
visitantes. Es un conjunto que se inserta con dignidad a las grandes obras de
la cultura mexicana: la prehispánica, la colonial, la republicana, y la
contemporánea. Desde la ciudad de Tenochtitlan, la arquitectura barroca, el
paseo de la reforma y la ciudad universitaria de la Unam. Todos
incorporados al patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
En la biblioteca central de la UNAM |
Su Biblioteca se distingue por el cubo multicolor que sobre su
superficie terracota expone el mural del artista mexicano Juan O´Gorman,
titulado Representación histórica de la cultura. Acierto de un diseño, el de
este campus universitario, pensado para despertar, concentrar y movilizar el
talento humano hacia la cultura que es su inmanencia. La biblioteca es el
centro desde el que se abren el resto de los edificios. Hermosa telaraña de
edificios que hospedan todos los saberes, todas las humanidades y todas las
artes. La arquitectura de sus diseños despierta la luz del conocimiento humano,
y conjura el pesimismo de todas las frustraciones. Sus avenidas son transitadas
por una red de autobuses y taxis que movilizan al ejército de luz y paz de sus
estudiantes, profesores y administrativos.
La memoria también registra momentos dramáticos: la matanza de
estudiantes en la Plaza de Tlatelolco, la huelga de estudiantes que consumió
todo el año 1990. La UNAM asimiló estas enseñanzas, y hoy celebra 90 años de su
autonomía: Hay alegría por una identidad que es del ser de México y se trasluce
en los rostros de sus estudiantes. Se siente el respeto que todos guardan por
ese monumento de las ciencias, y sus pasos avanzan con firmeza hacia el futuro
de una sociedad que se piensa y proyecta desde, por y para el conocimiento
humano.
México ha sido la vanguardia en muchas iniciativas científicas y culturales que
después han sido emuladas por el resto de países latinoamericanos. Tal
proyección responde a la vocación de una universidad que separa para el mapa
del continente el centro de su escudo.
El C3
Con el físico teórico Christopher Stephens |
El Centro de Ciencias de la Complejidad es uno de los institutos recién creados,
y no ha demorado en asumir la fraternidad latinoamericana entre sus principios.
El C3 se concibe como un nuevo espacio de la UNAM " ... donde
científicos y técnicos de diferentes disciplinas trabajan juntos con un enfoque
integrativo para acometer problemas transdisciplinarios aprovechando la ventaja
de la sinergia que resulta de la interacción entre diferentes áreas de
conocimiento"
Aquí vine con la intención de conversar y vivir la experiencia de un
centro investigativo y docente, orientado hacia la construcción de soluciones para problemas complejos;
análisis de la complejidad de la salud, a través de la minería de datos;
enfoques informáticos para el entendimiento del cáncer, el papel del microbioma
en la fisiología y la herencia, son ejemplos de trabajos que se realizan con un
enfoque multidisciplinario, el cual se extiende a otras áreas como el
transporte público, la educación y el medioambiente. Sostuve una rica y cordial
conversación con el doctor Christopher Stephens, físico teórico. Es un
científico estadounidense, que, como muchos de otras nacionalidades, nutre el
denso sistema investigativo de la UNAM. Me confesó que él es pragmático, en el
sentido de que su interés no es la epistemología sino la aplicación del
conocimiento, aunque reconoce que la praxis se funda en una teoría que ilumina
la pragmática científica. Para mis intereses en el campo de la educación y la
universidad me orientó hacia el Centro interdisciplinario de investigaciones
científicas y humanísticas; el Centro de investigaciones en educación y
universidad, y al Instituto de investigaciones Antropológicas, todos ellos con
una visión científica y humanística de la complejidad.
Con el intelectual mexicano Rafael Pérez Taylor |
El doctor Stephens me puso en contacto con colegas de estos centros,
pero destaco la entrevista que me concedió el doctor Rafael Pérez Taylor,
intelectual mexicano muy prominente y autor de una rica bibliografía en el
campo de la Antropología y la complejidad. Es miembro de los centros antes
mencionados, y director del Instituto de investigaciones antropológicas.
Sobretodo, es un hombre circunspecto, pero afable y sencillo, esta percepción
me hizo presentir su generosidad. Por todo ello, le conté de mi trabajo, la
Uniautónoma, y el proyecto de crear un postgrado en Docencia de las ciencias y
las humanidades, ojalá con su apoyo personal y el de la UNAM. No le pareció
descabellado. Es amigo del doctor Carlos Maldonado, científico colombiano muy
reconocido en los escenarios donde se desarrollan investigaciones desde la
complejidad, y actualmente vinculado a la Universidad del Bosque. Con esta
universidad ya se formalizó un convenio con el Instituto de Investigaciones
Antropológicas, en este punto el doctor Pérez Taylor
respondió a mi tímida inquerencia de trabajo conjunto con la propuesta
de triangular las tres instituciones en un proyecto de educación con enfoque
multidisciplinario: la UNAM, El Bosque y Uniautónoma.
Así mi fantasía por los caminos de la UNAM me despertó a un reto muy
oportuno en este momento en que nuestra universidad, la Autónoma del Caribe necesita de estos apoyos para avanzar hacia las metas de calidad docente e
investigativa.
Observación: mi viaje y
estadía en Ciudad de México fue posible gracias a la colaboración de amigos de
la Fundación Escuela Interdisciplinaria Edgar Morin.
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