Álex Char, ex alcalde de Barranquilla |
Por John Acosta @Joacoro
He tenido algunos desencuentros con la familia Char, que bien podrían llevarme a una animadversión mutua con esa casa política: dos de ellos han quedado asentados en este blog, pero aún no he dejado registro público del principal problema que nos enfrentó duramente, relacionado, precisamente, con el protagonista principal de este texto, Alejandro (Álex) Char; ninguno ha sido por motivos políticos; es decir, tendría razones suficientes para rechazar de plano una eventual candidatura a la Presidencia de la República de este ex constructor de viviendas. Jamás me he visto favorecido con un contrato relacionado con esta importante casta, ni de sus empresas privadas, ni de sus influencias políticas con el estado colombiano, en ninguna de sus formas, ni local, ni regional, ni nacionalmente. Hago esta aclaración inicial para decir que esto que escribo ahora, lo hago con la libertad absoluta que me da mi conciencia limpia; con la misma entereza con que los he enfrentado cuando me ha tocado (y he salido victorioso siempre, debo decir también), lo hago en este momento.
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Hay una realidad política que
nadie puede desconocer: el desempeño de Álex Char al frente de la Alcaldía de
Barranquilla (en las dos veces que la ha ocupado) lo ha catapultado a nivel
nacional. El colombiano del interior del país no ha podido explicarse todavía cómo
puede un funcionario público, elegido popularmente en una región del país que
ha sido señalada nacionalmente como abanderada de la corrupción política,
sobrepasar en aprobación, durante todos los años consecutivos que ha ocupado el
máximo cargo de su ciudad, al resto de los más de mil pares que ha tenido en
Colombia. No solo eso: la gente le ha
elegido (y reelegido) alcalde y gobernador al candidato que él ha señalado; y,
como si fuera poco, también esa persona (recomendada por él) sobrepasa en
aprobación al resto de sus pares en todo el país. Por más que se odie a la familia
Char, esta realidad apabullante no se debe ignorar.
Ocupé el cargo de redactor político
en el principal diario de la ciudad, El Heraldo, en una convulsionada época de transición
política entre alcaldes y gobernadores nombrados a dedo por el presidente da la
República a alcaldes y gobernadores elegidos por el voto popular. Tenía yo,
entonces, una enorme ventaja para tratar de lograr el equilibrio informativo
que merecía el momento: no conocía a nadie en la ciudad porque no era de Barranquilla
ni del Atlántico, ni había estudiado mi carrera en la única facultad de comunicación
social y periodismo que había en la costa norte del país en esa época, en la
hoy amada Universidad Autónoma del Caribe. En ese 1991, se dividió la ciudad y
el departamento en dos grandes grupos políticos; el de la política tradicional,
compuesto por el oficialismo de los dos partidos políticos, el Liberal y el Conservador;
y el de la política alternativa, integrado por disidencias de los dos partidos tradicionales
y por un nuevo movimiento político, la AD-M-19, cuyos integrantes, en su
mayoría, eran guerrilleros recién desmovilizados. En esas correrías, supe de un
hombre, que me cayó bien por una frase de su discurso de vinculación a la
política, que decía, más o menos, así: “Me vi obligado a dejar la tranquilidad
como empresario para ver cómo aporto al rescate de la moral en la política”.
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Fuad Char, con sus hijos |
Álex Char. Él, obviamente, hizo parte del movimiento de los disidentes; su candidato a la Gobernación de entonces era Gustavo Bell Lemus, quien, finalmente, salió triunfante. Pienso que ahí inició la racha ganadora de esa nueva casa política. Yo no esperé a las elecciones regionales porque no soporté la presión a mi independencia en el periódico y renuncié.
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A Barranquilla la habían
convertido los políticos corruptos, hasta entonces, en un mal vividero. Y ese
grupo disidente logró sacar alcalde al cura Bernardo Hoyos, quien hizo una
buena primera alcaldía, logrando renacer la esperanza en una ciudad próspera,
pero ese esfuerzo inicial fue borrado, de tajo, por los siguientes alcaldes (algunos
puestos por el mismo cura Hoyos) y rematado, después, por el mismo cura en su segunda
alcaldía: la desesperanza y el caos volvieron a traumatizar a los habitantes de
Barranquilla. Hasta que en 2008 se posesiona como alcalde, elegido popularmente,
Álex Char, que había vencido a Máximo Noriega y a Édgar Perea.
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Que la ciudad ha cambiado positivamente,
desde entonces, no se puede negar. Y eso, no solo lo demuestran las encuestas
de que hablábamos en el segundo párrafo, sino también las urnas en las
elecciones locales y departamentales.
Obviamente, semejante
catapultada política de un costeño mortifica a la oligarquía santafereña de todos
los matices políticos. E, indudablemente, las reacciones adversas no se hacen
esperar. El bombazo más recordado fue el
burdo montaje que hicieron, con coordinación internacional a bordo, con la
exsenadora Aída Merlano, supone uno que ahora refugiada en Venezuela por
agradecimientos de Nicolás Maduro, presidente de esa nación. Otra afrenta
recurrente que le hacen al exitoso ex alcalde de Barranquilla es por el dinero
que le produce a su familia la cadena de supermercados Olímpica, como si generar
empleo en el país fuera un lastre para el empresariado; además, se debe
resaltar que Olímpica es de las poquísimas cadenas que se han mantenido con capital
ciento por ciento colombiano.
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Es posible que un sea un
costeño a quien necesite el país para que reorganice y regenere al estado, tal
y como lo hizo el cartagenero Rafael Núñez, a partir de 1880. Lo cierto es que
es hora de que los dirigentes costeños dejen de adular, como si fueran dioses,
a sus pares interioranos y empiecen a mirar las promesas de su propia región.
Así es soy Bogotano pero llegue a Barranquilla antes de los 18 y voy pasando por los 70 . Se que Alex tiene todo a su favor para llegar a la Presidencia.
ResponderBorrarGracias por su amable lectura
BorrarE admirado a alex por su excelente capacidad administrativa de sacar a nuestra capital adelanté
ResponderBorrarMuya agradecido por su lectura
BorrarAlex para rato pues a pesar que se hable que de diga a sido el único que logro transformar a mi amada ciudad la saco de la oscuridad la puso a brillar con luz propia fue un giro de 360 grados le señalo en camino a los próximos dirigentes del CARIBE cual es el camino que se debe seguir pero la gente está pendiente de sus movimientos políticos y no está de acuerdo de su famosa reunión en el uberrimo sus razones tendrán y tan también piensa la gente que el puede solo sin la ayuda de ningún expresidente que más bien le haría daño a sus aspiraciones presidenciales el solo tiene con que poder llegar al solio de los presidentes y muy seguramente hará la mejor presidencia de los últimos tiempos por que colombia esta ávida de un dirigente sin compromisos burocráticos y el manejo del país sin ataduras de corrupción, adelante Alex eres nuestro gallo para jugársela a los cachacos que nos han dominando por mucho tiempo!!!+
ResponderBorrarMuchas gracias por su lectura
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