Por
John Acosta
Jamás pensé que en estos
tiempos de la eficiencia en atención al cliente, una empresa de la talla
internacional de Movistar Telefónica sobrepasara con creces mi capacidad de
sorpresa ante la negligencia en la prestación de un servicio de calidad. El 18
de enero del presente año, fui con mi señora a la oficina de Movistar
Telefónica, ubicada en la esquina de la calle 74 con carrera 46, a solicitarles
la instalación de los servicios de internet, televisión y telefonía fija. Hasta
hoy, 20 de marzo (dos meses y dos días después de haber firmado ese contrato),
este operador no me ha cumplido, a pesar de que en reiteradas ocasiones he ido
a suplicar a esas mismas oficinas para que se haga efectiva la orden de
instalación.
Cuando se cumplió el primer
mes de incumplimiento, y ante la impotencia de no lograr que Movistar
Telefónica cumpliera con su compromiso, no obstante mis múltiples y constantes visitas
a la sede, escribí un artículo que publiqué en este blog, en donde conté el
viacrucis que me ha tocado padecer desde aquel fatídico 18 de enero (Haga clic aquí para leer ese artículo). Ni
siquiera ese memorial desesperado ha conmovido los cimientos de acero en los
que se encuentra afianzada la ineficiencia de este operador de telefonía móvil,
fija, internet y televisión.
La verdad es que yo tenía
razones para suponer que ese texto podría, por lo menos, agrietar ese muro metálico
en donde se encierra la inoperancia de Movistar Telefónica. Ya había escrito un
artículo en donde mostraba las molestias por un altercado con la Tarjeta de
Crédito Olímpica (Click aquí para leer texto sobre Tarjeta Olímpica) y Serfinansa reaccionó para solucionar de inmediato el
problema, cosa que resalté en otro texto (Aquí puede leer texto sobre reacción de Serfinansa). Con el operador Tigo (competencia
de Movistar Telefónica) también tuve alguna vez diferencias con sus servicios (Aquí se puede leer artículo sobre Tigo) y también reaccionaron favorablemente (Aquí para leer sobre respuesta de Tigo a artículo). Incluso, una actitud de Liberty
Seguros originó otro texto en este blog (Aquí puede leer artículo sobre Liberty), que ayudó a resolver con prontitud el
impasse (Aquí sobre la respuesta dada por Liberty a artículo).
No obstante, la indolencia
de Movistar Telefónica es tal, que ni siquiera se han inmutado con el escrito.
Y eso que ya me cansé de colgarlo en las diferentes páginas de Facebook que
ellos tienen en España, Latinoamérica, Colombia y Barranquilla: lo único que he
logrado es una lacónica respuesta pública del administrador de la página en
Colombia, que me pedía que le enviara mis datos en un mensaje privado para
buscar resolver el asunto. Ya se los he enviado tres veces y nada, lo que
muestra que lo único que les interesaba era quedar bien ante los usuarios
inscritos en esa página. También envié el link del escrito a un correo que
aparece en su página web. Tampoco hubo respuesta.
Fui con mi señora nuevamente
a la sede en donde solicité los servicios. Les dije del escrito. La persona que
me atendió lo miró en la web y le envió el link a su jefa. La jefa me llamó y
me prometió que en tres días, esta vez sí, me instalarían los tres servicios
que solicité ese aciago 18 de enero. Eso hace ya más de un mes. Aún estoy
esperando que lo hagan.
Hace poco más de un mes, un
medio día que fui a almorzar a mi casa, el portero del conjunto en donde vivo
me llamó emocionado a la casa por el citófano. “Señor, John, por fin llegaron
los de Movistar a instalarle los servicios”, me dijo. Feliz, hice seguir a los
supuestos técnicos: eran, efectivamente, dos damas con camiseta de Movistar que
habían ido al conjunto a ofrecer los servicios de telefonía móvil de este
operador ¡Qué enorme decepción, la de ellas y la mía! No obstante, aproveché
para contarles mi desdicha con unos servicios solicitados y no instalados.
Conmovidas por lo que les
conté, las dos damas llamaron a un amigo de ellas, que es vendedor, en Movistar
Telefónica, de los tres servicios que yo requería. Hablé con el hombre, quien
esa misma tarde fue a mi oficina. Me hizo un nuevo contrato para la
instalación, ahora sí, de lo que yo añoraba. “En tres días se los instalan”, me
dijo.
En la noche, cuando llegué a
la casa, ahí estaba el hombre. Me explicó que, de acuerdo a una tabla que
maneja Movistar, yo no tenía capacidad para pagar los tres servicios. En vista
de la situación, el señor me recomendó que tomara dos servicios a nombre mío y
uno a nombre de mi señora. Así lo hicimos.
A los tres días instalaron
el servicio de televisión, que es el que está a nombre de mi señora. Internet y
telefonía fija, que son los que están a mi nombre, no han sido instalados todavía.
La razón que ahora me da una dama con acento paisa que me llamó es que Movistar
no tiene el “strip” telefónico instalado en el conjunto donde está mi casa. Y
que me recomendaban, ¡qué desfachatez!, que yo fuera a la Administración del
conjunto para que hicieran la solicitud a Movistar para instalar el bendito “strip”.
La respuesta que me dan en la Administración es que es Movistar quien debe
hacer la solicitud de instalación a la Administración, de la misma manera como
lo hizo Claro y Une, otros dos operadores que sí cuentan con ese aparato en mi
conjunto porque ellos, por iniciativa propia, hicieron la solicitud para ello.
Esta última información ya
la tiene el señor que, en segunda instancia, me vendió los servicios. Él me
dice, ¡por Dios!, que reúna a un grupo de personas en el conjunto donde vivo y
que estén interesadas en adquirir los paquetes de Movistar, dizque para “ablandar”
a esta empresa y se decida, por fin, solicitarle a la Administración que le
permitan instalar el “strip” telefónico. ¿Acaso Claro y Une llenaron ese
requisito? ¡No! Ellos instalaron el equipo porque sabían que había unos
clientes potenciales ¿Por qué Movistar no puede hacer lo mismo?
Es obvio que, después de dos
meses de inútil espera, deba, ahora sí, desistir de mi terquedad de que tiene
que ser Movistar quien me preste esos tres servicios y los solicite a Claro o a
Une, ante la negligencia de la compañía española. Para ello, es necesario cancelar,
por justa causa, el contrato de televisión que mi señora tomó con movistar,
pues no cumplieron con la segunda parte del compromiso, que era instalar
internet y telefonía fija a mi nombre.
Veamos a ver si esta vez,
con este nuevo escrito, Movistar tiene, ahora sí, la delicadeza de, por lo
menos, disculparse oficialmente conmigo, ya que ni siquiera instalaron el “strip”
telefónico en mi conjunto, con lo que pierden un gran potencial de clientes.
Ayer, 19 de marzo, fue mi cumpleaños. Y no he podido ingresar a Facebook para agradecer a quienes me felicitaron porque el sistema de la empresa donde laboro no permite entrar a esta red social y, obviamente, no tengo internet en mi casa por la irresponsabilidad de Movistar.
Ayer, 19 de marzo, fue mi cumpleaños. Y no he podido ingresar a Facebook para agradecer a quienes me felicitaron porque el sistema de la empresa donde laboro no permite entrar a esta red social y, obviamente, no tengo internet en mi casa por la irresponsabilidad de Movistar.
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