Por
John AcostaMaría Fernanda Cabal Molina
Antes de 2014 era poco lo que se conocía de ella, aparte de ser la esposa del presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), José Félix Lafaurie; no obstante, María Fernanda Cabal Molina ya había ido forjando su vida propia: politóloga de la Universidad de los Andes; estudió literatura e historia en España; trabajó con las comunidades populares de Bogotá, del departamento del Atlántico y los indígenas del Amazonas. Hasta que en 2014 fue electa Representante a la Cámara por Bogotá, con el aval del partido Centro Democrático: sus posturas frente a diferentes acontecimientos de la vida nacional e internacional la convirtieron en protagonista del acontecer político de la nación, cuando, con sus irreverencias, respondía las críticas de sus malquerientes, generalmente, de la izquierda radical.
Con esa peculiar forma con que
los autollamados sectores “alternativos” del país tratan de avergonzar a todo
aquello que se oponga a su visión de país, comenzaron a poner en marcha toda
una estrategia para ridiculizar el quehacer político de María Fernanda Cabal
Molina. De las primeras acciones que más se recuerdan es la de la forma cómo
usaron la famosa frase que la hoy precandidata presidencial del partido Centro
Democrático lanzó el 9 de abril de 2017 para responderle a un grupo de abucheadores,
que se habían reunido en la Plaza de Bolívar de Bogotá, en el marco de un
homenaje a las víctimas del conflicto armado colombiano: “Estudien, vagos”, les
gritó en ese momento. Ahí fue Troya; inmediatamente, la expresión se viralizó
en las redes sociales, con el condimento de la sorna con que la izquierda colombiana
suele sazonar su sancocho difamatorio en contra de sus oponentes; no obstante todo
ese andamiaje para mofarse de ella, la líder política volvió a usar su frase el
8 de noviembre de 2018 para responderles a los jóvenes que iniciaron las
marchas para rechazar la reforma tributaria presentada, entonces, por el gobierno
del presidente Iván Duque; precisamente, esa insistencia de no amilanarse ante la
campaña vergonzante de la izquierda radical, le ha generado simpatía en ciertos
sectores del electorado colombiano.
La forma contundente cómo les habla en los debates del Congreso, mirándoles a los ojos (cuando es presencial) o a la cámara del computador (cuando la sesión es virtual), a cada uno de los miembros de la bancada de izquierda radical con quien le ha tocado enfrentarse, ha calado tanto en un sector de la población colombiana, que viraliza en las redes sociales cada uno de los videos de intervención categórica, como el de esta respuesta a una arremetida del senador Gustavo Petro:
“¿Usted cree, senador Petro, que
su odio y su resentimiento me van a hacer sentir culpable de mi origen? Siento,
además, un orgullo y un agradecimiento por mis antepasados por todo lo que
lograron en el Valle del Cauca, que no es lo que usted dice, esclavitud: la esclavitud
fue en el Estado del Cauca. El Valle del Cauca tiene hoy sus signos de
riquezas, gracias a la agroindustria: miles de familia lograron ser clase media
y lograron acceder a estudios superiores, que, de otra forma, no lo hubieran
hecho, porque el empleo mejor pagado, para que usted lo sepa, así salga gritando
diciendo que no, es el trabajador de la industria azucarera y el de la palma;
incluso, este último gana mucho más. Y la mejor herencia es la reforma agraria
porque usted todavía sigue pensando que nosotros vivimos como en esa novelas
mejicanas, que los ricos llegan en coche y en carruaje: noooo, ya nosotros no
tenemos absolutamente nada de lo que teníamos porque, además, la economía de mercado
ya se mueve en otro sector: hoy vale más un apartamento en Bogotá que la mejor
finca que usted ponga en cualquier sitio de Colombia; incluyendo tierras más caras
que las del Valle del Cauca, como son las del Valle de Ubaté; entonces, no me
hace sentir culpable. Para nada. Ahora, que si uno es mezclado o no mezclado:
yo creo que todos tenemos sangre indígena y gotas de sangre negra ¿Cuál es el problema?
Aquí usted no resuelve ningún problema con odio, senador Petro. El problema es
de sentido común”.
“Los asesinos de las doctrinas
colectivistas”
Y se refiere, también, a los líderes históricos (vacas sagradas) de la izquierda mundial: “Yo conozco mi historia para saber cuál es el problema de la violencia política de este país, donde los más asesinos son los de esa doctrina colectivista que a usted le gusta, senador Petro, porque el récord se lo llevan Stalin y Mao, comunistas: ambos más asesino que Hitler, otro asesino que no deja de serlo; entonces, si usted va a reescribir la historia nacional y mundial, por favor, con los hechos verificables de la historia”. E invita a su adversario político, ex guerrillero del desmovilizado M-19: “Más bien, cuéntenos la violencia política del M-19, cómo secuestraron y asesinaron a José Raquel Mercado (líder sindical). Cuéntenos qué hicieron en el departamento del Cauca, uno de los más económicamente productivos en términos agropecuarios, y hoy es una ruina”.
Y se mete hasta con los íconos
más sagrados de la izquierda latinoamericana: “De ahí esta disputa entre historia
y memoria; por eso, ustedes, senador Petro, quieren controlar la memoria para convertir
a un asesino en serie, como el Ché Guevara, como un modelo para la una juventud
completamente desinformada e ignorante”.
“Cric, la élite terrateniente indígena”
Uno de los caballitos de
batalla de la izquierda colombiana es lo que ellos llaman la “cuestión indígena”
o “causa indigenista”. También a este asunto se ha referido la senadora María Fernanda
Cabal, hoy precandidata a la presidencia de la república por el partido Centro
Democrático, en sus viralizadas respuestas a los congresistas de izquierda: “Sus
amigos de la élite, óigase bien para que le sepa bien mal, de la élite
terrateniente del Cric (Consejo Regional Indígena del Cauca), esos que se
chuparon 50 mil millones de pesos con la cumbre agraria porque se los dio el
ministro (de Agricultura) (Aurelio) Irragori, igual que los del PSN (Proceso de
Comunidades Negras en Colombia), 50 mil millones: ¿dónde está la platica? (Que
responda) la élite terrateniente del Cric, que hoy tiene 800 mil hectáreas de
tierra, en su mayoría improductivas, y otras (sembradas) en coca”.
En un debate, promovido por la revista Semana, con la congresista María José Pizarro (hija del asesinado desmovilizado jefe del M-19) le dijo, refiriéndose a los comerciantes: “O le destruís el negocio, con un día de paro, al pequeño comerciante, María José. O le quemás su medio de producción porque como todo es permitido ¿Por qué no aterrizan en una realidad?: la gente quiere ir a trabajar, no quiere ir a paro. A paro quieren ir ustedes, los anarquistas, los que lo quieren todo gratis. Yo entiendo que hay que ayudar a la gente, y hay que hacerlo ya porque se está muriendo de hambre, pero el subsidio eterno desfigura las conductas humanas, los deforma, vuelve a una sociedad acostumbrada a vivir de los que sí se levantan a las cuatro de la madrugada”.
“Izquierdistas viven chupando del estado”
En ese debate, se refirió a la creación de pequeñas empresas. “¿Por qué no monta un negocio usted, María José?: paga salario, paga impuestos y, el día que se quiebre, se da cuenta de cuál es la realidad económica, pero ustedes solo hablan carreta porque no han producido nada y no han vendido nada: solo mentiras. Crea algo: abra una tienda, monte una peluquería, haga algo, pero la desconexión de ustedes con el mundo económico es total. Pobre el que cree que el estado le va a resolver la vida”
Pizarro interrumpió para referirse
a la defensa que ha hecho la izquierda del medio ambiente. Y Cabal le ripostó: “sus
amigos de la guerrilla sí que han acabado con el medio ambiente ¿El ambiente?,
mire para arriba el árbol del que usted procede: el ambiente lo acabó la guerrilla
con la coca ¿Quién volaba los oleoductos?, ¿el Ejército? ¿O eso también lo va a
cambiar la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz, que nació de los acuerdos
con las Farc para juzgar a los desmovilizados)?
A ustedes les fascina el estado para estar ahí chupando porque no saben crear
riqueza. Punto”.
Lo cierto es que esa vehemencia con que defiende lo que piensa, y la forma en que le canta sus verdades a la izquierda radical, ha calado en una gran parte de los colombianos. En las encuestas que se hacen entre los twiteros del Centro Democrático, María Fernanda Cabal arrasa con los demás precandidatos de ese partido; a propósito de no aparecer en las encuestas que publican los grandes medios de comunicación, ella dice: “Hay una forma sutil de invisibilizar candidatos, que es no ponerlo a uno en las encuestas, pero hagámoslo nosotros y seguimos barriendo".
En la última encuesta del
Centro Nacional de Consultoría, publicada por la revista Semana, sobre la
intención de voto para los aspirantes a la presidencia de la república, María
Fernanda Cabal supera por un punto al otro candidato uribista que aparece en el
sondeo: Óscar Iván Zuluaga. Y está a solo a tres puntos de quien ocupa el segundo
lugar: Sergio Fajardo.
“No quiero parecerme en nada a usted,
senador Petro”
En uno de los debates con el
senador Gustavo Petro, candidato presidencial del movimiento Colombia Humana,
la senadora María Fernanda Cabal terminó diciéndole: “¿Le disgusta mi discurso?
Me alega que le disguste porque no quiero parecerme en absolutamente nada a
usted, senador Petro”.
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Gracias por su honestidad y fidelidad en el recuento e interpretación de las actuaciones de María Fernanda cabal siempre auténtica, concreta, coherente, sin tapujos, sin miedo y con cojones bien puestos. Con ella siempre adelante?!!. La izquierda mamerta, cinica,hipócrita, rancia y caduca se diluirse como el hielo frente al sol.
ResponderBorrarGracias por su amable lectura
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