29 oct 2024

Herminia Barrios y Andrés Castrillo: líderes forjados a pulso limpio

Herminia Barrios y Andrés Castrillo
Por John Acosta, @Joacoro

La entrevista terminó alrededor del medio día. Y, una vez agotado el tema del súper tanque de agua para Valledupar (que fue el motivo de ese encuentro), la señora Herminia Lucía Barrios Gutiérrez pudo, al fin, desahogar su segunda mortificación. “Vea, ¿cuándo nos ayuda el Semanario La Calle con ese colegio?”, le dijo al periodista, mientras señalaba, desde la terraza de su casa, a la Institución Educativa Consuelo Araújo Noguera. El reportero vio, entre las rejas que protegen la entrada de la vivienda de su anfitriona, que un trozo del muro de encerramiento del colegio estaba tirado en el suelo. La cita, finalmente, se concertó para el lunes siguiente.

Dos líderes que se apoyan

Herminia Barrios es la presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la primera etapa del barrio 450 Años. Cuando La Calle regresó a su casa a cumplir con esa segunda visita, la señora Herminia no estaba sola. Ella presentó al señor Andrés David Castrillo Julio, quien acompañaría esa tarde a hacer el recorrido alrededor del colegio. Sólo hasta que se llegó detrás de la institución educativa, fuera del último muro de bloques de cemento, se tuvo certeza de quién era, realmente, Castrillo Julio. Las casuchas de tablas, con techos de zinc viejo, soportados con piedras sobre las humildes viviendas, apenas podían sostenerse en pie sobre el suelo, mojado por las corrientes del caudaloso arroyo que creció con furia debido al aguacero de la noche anterior.

25 oct 2024

La Maga de los bolis de Valledupar empezó meneando dulces

Por John Acosta, @Joacoro

Fotos: El Duende

El reguero de bolis que rodaba por el pavimento aquella mañana no presagiaba nada bueno para el día. El icopor cedió ante la presión de los envoltorios congelados de distintos colores y sabores y la cava terminó rompiéndose, una cuadra antes de llegar a la puerta de la universidad. Magalia Esther Bracho Mejía miraba impotente ese desastre multitono dando vueltas por la calle, como rodillos que participaban en una comparsa de carnaval. Y cuando la desazón le invadió el alma por el tiempo y dinero perdidos en horas de trabajo en vano, sucedió lo que habría de regocijar su espíritu para siempre y que aún es el estímulo del que ella echa mano cada vez que su ánimo decae por cualquier circunstancia. Una chorrera de estudiantes de distintas disciplinas aparecieron de repente. “Tranquila, vaya a buscar otra vasija que nosotros nos encargamos de recoger esto”, la alentó uno de los jóvenes. “Y por las ventas no se preocupe: hoy volarán más rápido que pan caliente”, le dijo otro. Y así fue. “No quedó ni uno”, le contó Magalia Bracho al Semanario La Calle, muchos años después.

De dulces a bolis

Magalia se había decidido por este nuevo emprendimiento, por insistencia de una prima, que la convenció para que aprovechara la cercanía a su casa de la nueva universidad que había abierto su sede en Valledupar. “Empecé con un termo, que se vendía rápido entre los estudiantes”, cuenta ahora. “Ya tengo 28 años de estar vendiendo bolis”, agrega con orgullo; sin embargo, sus garras de negociante empezó siendo una infante, aunque ella lo define de otra manera: “Desde niña, me gustó trabajar”, dice.

21 oct 2024

Al tanque de Emdupar le invirtieron $23 mil millones, pero el agua no llega a las Comunas 3 y 4

Por John Acosta

Después de que el Semanario La Calle publicara, en su edición del lunes 30 de septiembre, un reportaje sobre el súpertanque que el Gobierno Nacional le donó a Valledupar, con un  aporte de más de 23 mil millones de pesos, para beneficiar exclusivamente a unas 187 mil personas residentes en las comunas 3 y 4, habitantes de esos dos sectores de la ciudad llamaron al periódico para decir que a ellos no les llega agua; entonces, La Calle se trasladó a barrios de estas dos comunas para constatar las quejas de los usuarios.

Otra gran incógnita que se manejó en ese artículo periodístico fue que no aparecían los planos, ni las actas de entrega; es decir, no se sabía quién recibió el tanque que hoy sus beneficiarios dicen que no les sirve. La Calle obtuvo los planos de la obra y las actas de entrega.

15 oct 2024

El Flaco: 40 años vendiendo comida por las calles de Valledupar

Por John Acosta

Fotos: El Duende

Dice que tiene 40 años en el oficio, pero, en realidad, son más: José de Jesús Navarro Gil sólo está metiendo lo que lleva de recorrer las calles de Valledupar; sin embargo, las condiciones de su niñez de limitaciones lo obligaron a iniciarse en ese quehacer desde muy temprana edad, allá en El Banco, Magdalena, donde la vieja Emilia Gil había llegado con su recua de hijos a buscar mejor vida. José de Jesús había nacido ocho años atrás en el corregimiento de Juana Sánchez, municipio de Hatillo de Loba, Bolívar. Allá le tocó dejar su inocencia feliz, recordada con la nostalgia de un hombre hecho a pulso, para cambiarla por la dura realidad de su nueva infancia trabajadora.

Su papá, de quien también heredó su nombre, tenía una finca en Juana Sánchez. El pequeño José de Jesús no cambiaba por nada esas gloriosas mañanas en que iba al corral con su totuma para que el viejo le echara la espuma de la leche recién ordeñada. Su máxima responsabilidad de entonces se limitaba a portear: abrir y cerrar el portón que unía el corral de los terneros con el de las vacas para dejar pasar de a uno en uno, cada vez que su viejo, al terminar de ordeñar un animal, le pedía que echara otro hijo. “Fueron bastante los pisones que me mamé tratando de no permitir que salieran todos los terneros al tiempo”, le cuenta ahora a La Calle.

4 oct 2024

El Brujo manda la parada en la calle sexta de La Nevada

Por John Acosta

Caminando, otra vez, sin rumbo por las calles de Barranquilla, el joven Luis Antonio Gómez Camargo tomó otras de las drásticas decisiones de su vida, que habría de cambiarle el curso de su destino para siempre. “Me someto a apostarle al truquismo: me metí a brujo”, le confesó al Semanario La Calle, más de 50 años después. Compró un juego de barajas bañada en ferromagnetismo y las abría como un acordeón: cuando la gente veía esas cartas alienadas y suspendidas en el aire, gritaba: “¡Ese man es un brujo!”. Ayudado con su inteligencia natural (“Y con mi parla”, le contó al periódico), empezó a leer la suerte en la mano, en el tabaco, y en la borra del café. “Me formalicé famoso en el barrio Tayrona, de Barranquilla”, le dijo al semanario. Para convencer más a sus potenciales clientes, vestía siempre de camisa negra manga larga.

“Embustero sí he sido, pero siempre me he cuidado de no cogerme lo ajeno; incluso, me convidaban a meter vicios: nunca lo acepté. Lo que me perjudica, no lo dejo pasar. Nunca he estado preso, nunca he tenido nada con la Policía. Y siempre andaba sin papeles. No tengo malos antecedentes. No le debo nada a nadie. Ando feliz”, aclara.