Claudia Gil Daza, Juan Sebastián García, Nathaly Gutiérrez, Javier Otero y Angélica García |
Por Vanessa Ramos Benítez
En la mañana del jueves 30 de mayo, estudiantes del curso transversal de Bioética y Medio Ambiente, dirigido por la profesora Vanessa Ramos, iniciaron la jornada de expectativa del primer Trueque Ecológico en la Universidad Autónoma del Caribe, en la plazoleta principal de la misma, con apoyo de Ciudadano de Honor, programa de Inpsicon, que promueve el consumo responsable; este brindó de manera incondicional su respaldo hacia esta actividad, que es resultado del PRAU (Proyecto Ambiental Universitario) titulado: Implementación de las 4 ‘R’ (reducir, reciclar, reutilizar, responsabilizarse) como mecanismo para promover el consumo responsable en la Universidad Autónoma del Caribe.
Después de instaladas
las mesas con los objetos aportados por el banco de artículos de Ciudadano de Honor,
los estudiantes, docentes y directivos, se acercaban con mucha expectativa al
stand de libros y objetos, con el fin de participar de lo que muchos llamamos
un intercambio de objetos y experiencias. La primera reacción de la comunidad universitaria
superó las expectativas de los organizadores del evento, ya que muchos hicieron
sus trueques, y motivados se dirigían hacia sus oficinas o puntos de trabajo
con el fin de encontrar un objeto más para “truecar”, un verbo que hoy se pone
de moda en los pasillos de nuestra alma mater y que involucra compartir con el
otro, no solo libros, sino también la emoción de encontrar algo interesante.
La expectativa por el
trueque era inevitable y se reflejaba en los rostros de estos Ciudadanos de Honor
que, con esta acción, evidenciaban su compromiso con la conservación del
planeta tierra, contribuyendo con la reducción de basura generada por el
consumismo desmesurado que día tras día es provocado por la falta de conciencia
de los seres humanos. El día viernes 31 de mayo, en vísperas de culminar el semestre
académico, la universidad se observaba un poco despoblada; sin embargo, a
partir de las 10:00 a.m., diferentes estudiantes se acercaron a las mesas donde
se encontraban los jóvenes de Ciudadano de Honor; allí los recibían los
organizadores de este proyecto, quienes los esperaban con mucho entusiasmo para
brindarles las orientaciones necesarias que les permitieran vincularse de manera
directa a la actividad. Cabe resaltar que personas que el día anterior tuvieron
conocimiento de este importante evento, se adosaron en este segundo día a vivir
la hermosa e inefable experiencia del trueque, porque no es solo el hecho de reemplazar
un artículo, sino el impacto que esta acción genera sobre el planeta. La
actividad se desarrolló con mucho orden y fue acogida de manera positiva por la
comunidad universitaria. Durante el desarrollo de la misma, se contó con la presencia
de la doctora María Mercedes Botero, una mujer emprendedora y visionaria,
comprometida con la formación de ciudadanos con responsabilidad hacia el
consumo, destacando su complacencia ante el hecho de que son precisamente los
jóvenes los gestores de esta iniciativa.
Durante la actividad
muchos de los participantes expresaron su interés por que se lleven a cabo con
más frecuencia este tipo de iniciativas que fortalecen la cultura ciudadana, no
solo en los estudiantes sino en toda la comunidad universitaria. De igual
manera, los jóvenes organizadores del proyecto expresaron que este tipo de
iniciativas les motivan a ser mejores ciudadanos y a convertirse en profesionales
integrales que trabajan en pro del desarrollo sostenible y la conservación del
planeta tierra y, por ende, las generaciones futuras. La estudiante Claudia Gil,
una de las gestoras de esta iniciativa, expresó: “La actividad del Trueque Ecológico
me pareció muy interesante y a su vez productiva, aporta a mi vida personal y
profesional, dado que generamos conciencia dentro del alma mater sobre la
implementación de las 4R: reducir, reutilizar reciclar y responsabilizarse; de
igual manera, contribuye con nuestra formación como profesionales integrales. Así
mismo, reflexionamos sobre la importancia de generar una huella ecológica
positiva, direccionada hacia el consumo responsable y preservación de nuestro hábitat,
teniendo presente el legado que dejaremos a las generaciones futuras”.
Es grato saber que, en
adelante, muchos de estos momentos se repetirán, gracias a la sinergia generada
entre la universidad y el Departamento de Humanidades, al lado del programa Ciudadano
de Honor, y su gran labor de promoción de los valores ciudadanos en nuestra
comunidad atlanticense.