Vuelven a dilatar construcción de templo católico en corredor universitario
Por
John Acosta
Los creyentes católicos del sector
de Villa Campestre, junto con su sacerdote, Diógenes Marrero, estaban felices. Hace
más de dos meses, realizaron una manifestación pacífica en el terreno donde se construirá
su templo en el corredor universitario para presionar que se les permita el pronto
inicio de la edificación. Después de una larga y desgastante controversia, consiguieron
que la Alcaldía de Puerto Colombia diera la autorización respectiva: por fin, tendrían,
de nuevo, un sitio propio donde congregarse; sin embargo, la euforia les duró
poco: el poderoso vecino del sector (curiosamente, un católico que se ha
opuesto a la realización de esta obra sagrada) se volvió a interponer mediante
una acción jurídica para impedir que los devotos cristianos tengan otra vez,
por fin, un lugar donde congregarse a realizar la eucaristía, después de que
hace año y medio la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), luego de un
largo y sonado litigio, les tumbara la parroquia San Francisco Javier para permitir
el paso de la Circunvalar de la Prosperidad.
Desde esa fatídica semana en que los “monazos” echaron a tierra el templo, los fieles católicos de esta zona iniciaron un tortuoso peregrinaje para edificar, de nuevo, la parroquia donde pudieran reunirse para transustanciar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, mediante la eucaristía. Cuando pudieron encontrar el terreno adecuado y lo adquirieron, empezó otra lucha para lograr el permiso de construcción por parte de la alcaldía de Puerto Colombia. No entendían cuál era el motivo de la demora si el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de este municipio no impedía que se ubicara la parroquia en ese lugar.
Primero les adujeron que el terreno tenía serias dificultades friáticas en invierno. Los fieles respondieron que eso no era problema porque se contaba con los recursos suficientes para adecuar el suelo. Después, devolvieron los planos dizque porque una edificación de esa magnitud, necesitaba de más parqueaderos. Los devotos redujeron el tamaño del edificio y aumentaron el espacio para el parqueo de vehículos. A pesar de todo, la demora en otorgar el permiso continuaba. Hasta que quedó claro que la férrea oposición para el inicio de la obra provenía de alguien que teme se le desvalorice su inversión por la enorme cantidad de carros estacionados alrededor del futuro templo en las horas de servicio religioso.
El padre Diógenes Marrero y sus feligreses, frente al terreno donde se construirá el templo
La alcaldía de Puerto Colombia
propició un encuentro para el diálogo cordial entre las autoridades eclesiásticas
del departamento del Atlántico y el particular que se opone a la construcción
del templo. Ahí fue donde se definió la ampliación del número de parqueaderos
que, finalmente, se presentó y que la Secretaría de Planeación municipal aceptó.
Por eso, se otorgó el permiso que puso felices a los católicos del corredor universitario;
no obstante, la dicha fue muy corta, pues el vecino católico interpuso una
acción para revocar ese permiso, a pesar de que, de acuerdo a lo informado por
el sacerdote Diógenes Marrero, el obispo en persona le dijo que lo llamara en
caso de alguna desavenencia. Y, otra vez, quedó en el limbo la edificación de
la parroquia de San Francisco Javier.
De nuevo, los cristianos
católicos del corredor universitario (que fueron derrotados hace año y medio en
su oposición a que les derribaran su templo) volvieron a ser víctima de la vulneración
a su derecho al culto; es decir, las autoridades municipales de Puerto Colombia
no han podido garantizarles aún este sagrado derecho. Los fieles han quedado,
otra vez, desperdigados en distintas parroquias de otros barrios y sectores
distintos al suyo porque la alcaldía de Puerto Colombia no ha podido evitar, en
este caso específico, que el interés particular esté por encima del beneficio
común.
Ojalá los funcionarios de este
querido municipio tengan el coraje suficiente para amarrarse los pantalones
como lo amerita la situación y no permitan que se dilate más la construcción
del templo de esta sufrida y paciente comunidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su amable lectura; por favor, denos su opinión sobre el texto que acaba de leer. Muy amable de su parte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su amable lectura; por favor, denos su opinión sobre el texto que acaba de leer. Muy amable de su parte