Por
John Acosta
Un creyente musulmán sostiene un aviso en el que reza 'No en mi nombre', como parte del rechazo al accionar terrorista en Francia |
Nunca me he podido explicar
cómo una raza que fue duramente perseguida por un loco en el preludio y en el
transcurso de la Segunda Guerra Mundial, se convierta en furibunda perseguidora
de su raza prima hermana. Adolfo Hitler pasó a la historia como el asesino
masivo de los judíos, en una demencial persecución que acabó con millones de
seres humanos pertenecientes a esta estirpe. No obstante, después de
aglutinarse los judíos en el reciente estado de Israel, ideado por las Naciones
Unidas en 1947 para ellos, los primeros ministros israelíes han ejecutado una
carnicería contra los árabes palestinos, solamente comparable con lo que
hicieron los nazis contra los propios judíos; esto ha despertado un enorme
sentimiento de solidaridad de los ciudadanos mundiales a favor de los
palestinos. No puede, de ninguna manera, barbaries fundamentalistas, como la
cometida por desadaptados islámicos contra los caricaturistas franceses
recientemente, socavar ese apoyo que la mayoría de la gente del común le
brinda, en el mundo entero, a la causa palestina. Tampoco debe, ese acto
demencial contra los periodistas franceses, alimentar la xenofobia contra
musulmanes y árabes.
Rescate de judíos en el ataque al supermercado kosher, en París |
Es obvio suponer que la
arremetida de Hitler contra los judíos fue uno de los principales alicientes
que motivó a las Naciones Unidas, en la célebre reunión del 19 de noviembre de
1947, decidir la partición de palestina en dos estados, uno árabe y el otro
judío. Obviamente, la mayoría de los judíos residentes en Palestina aceptaron
esto, pero los árabes la rechazaron de tajo. “El Plan de partición era
extremadamente favorable a los intereses sionistas: siendo solo el 33%
de la población se les entregó el 54% del territorio palestino. El 46% quedaba
para el 67% de la población árabe”, escribe Guillermo Bermejo Rojas. Lo
cierto es que, cuando Israel proclama su fundación, el 14 de mayo de
1948, los árabes de Egipto, Líbano, Siria, Irak y Transjordania atacaron el
territorio del nuevo Estado sionista. La guerra, que terminó en enero de 1949,
la ganó Israel y, con el triunfo, obtuvo más territorio del previsto en la
resolución de la ONU. A partir de ahí, todos los primeros ministros israelíes
se han convertido, por sí mismos, en los nuevos Hitler y han convertido a los
árabes palestinos en los judíos de la Segunda Guerra Mundial; es decir, los
otrora perseguidos por Hitler, persiguen ahora a los palestinos, con la misma
demencia de exterminio. No obstante, la justa lucha del pueblo sometido por
Israel, se ve opacada por lo que hacen los extremistas islámicos: "Creo
que la mayoría entiende - o al menos empieza a entender- que el terrorismo
cometido por el islam extremista representa una amenaza clara y real para la
paz en el mundo en el que vivimos", dijo el actual primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, durante el funeral de los cuatro
judíos muertos en un ataque en París a un supermercado kósher.
La segunda guerra
árabe-israelí se desarrolló entre octubre y noviembre de 1956, en la que
Francia, Gran Bretaña e Israel atacaron a Egipto, cuyo presidente de la época, el
coronel Gamal Abdel Nasser, que había sido prisionero de Israel en el conflicto
bélico de 1948-1949, había emprendido unas acciones en el Canal de Suez
que molestaban a Francia, Gran Bretaña e Israel. Por presión de la ONU, cuyo Consejo
de Seguridad se reunió de emergencia, los países invasores se retiraron y el
área de canal quedó bajo vigilancia de Naciones Unidas. Obviamente, el odio
hacia occidente por parte de los árabes y musulmanes radicales se acrecentó. No
es gratuito, entonces, que sea, precisamente, la capital de Francia la que sea
objeto de ataques por parte de fundamentalistas islámicos, en días recientes:
solo que, como toda acción terrorista, los civiles inermes son las víctimas.
La tercera guerra
árabe-israelí se conoce como la Guerra de los Seis Días, por su duración. En ella, los judíos ocuparon El Sinaí egipcio, la franja de
Gaza, Cisjordania, la ciudad vieja de Jerusalén y los Altos del Golán sirios. El
territorio ocupado por el estado hebreo pasó de poco más de 20.000 kilómetros
cuadrados a 102.400. El ataque sorpresa de Israel se inició el 5 de junio de
1967. Estos nuevos territorios anexados constituyen el elemento esencial del
problema israelo-palestino. No es descabellado sugerir que la imposibilidad de
confrontar la contundencia del ejército judío es lo que ha hecho que los
fundamentalistas islámicos de Palestina acudan al terrorismo como única forma
de golpear a Israel. El pasado miércoles 7 de enero ocurrió el repudiable
ataque de dos hermanos extremistas, vestidos de negro y armados con fusiles
Kalashnikov, contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, que en 2006
publicó las caricaturas del profeta Mahoma. Dos días después, el viernes 9 de
enero, en el mismo París se llevó a cabo una embestida a un supermercado judío,
perpetrada por Amedy Coulibaly, que dejó cuatro víctimas judías. El ataque al
semanario había dejado 12 muertos, de los cuales ocho eran periodistas; dos,
policías; uno, visitante de la sede de la publicación semanal y uno más que
cayó en las afueras del edificio.
Shuja Shafi, secretario
general del Consejo Musulmán de Gran Bretaña, dijo que nada justifica la
privación de la vida: “Los que han muerto en el nombre de nuestra religión
pretenden vengar los insultos hechos contra el profeta Mahoma, y su nombre solo
significa paz”, señaló.
John , es doloroso ver como la religión, antes de ser fuente de unidad y comunión entre los hombres, es usada para matar en nombre del Señor. Las religiones todas deben unirse en un gran movimiento ecuménico, Haciendo del ser humano., su maxima preocupación.
ResponderBorrarAsí es, Arturo. Estamos de acuerdo
ResponderBorrarMuy buen escrito y resumen de la historia real entre Judíos y Plaestinos.
ResponderBorrarEl fanatismo religioso, derivado de la interpretación del Corán, genera actos de terrorismo, convirtiendolo en un problema de orden mundial.
Gracias, compadre Fabio. Un abrazo para usted
ResponderBorrarLos fundamentalismos son el resultado de la modernidad, caracterizada por le decadencia de imperios, y el fortalecimiento de otros, particularmente la decadencia del Imperio Turco a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, ante el fortalecimiento del imperio Británico, quien en las guerras del año 1917, despojan a los turcos del medio oriente, específicamente territorios, como el caso de Palestina, actualmente el Estado de Israel, precisamente la repartición de dichos territorios se cono cio como el tratado de Lord Balfour, ministro Británico de Relaciones exteriores, quien desde Londres repartió los territorios, antes ocupados por los Turcos, los beneficiarios del reparto, fueron las tribus Hachemitas, quienes fundaron la hoy moderna monarquia de Jordania, pero se olvidaron de los intereses territoriales por parte de los Hebreos, quienes, por no ser tenidos en cuenta, desarrollan en forma clandestina los primeros exodos desde Europa oriental y Europa Occidental, hacia Palestina, inspirados por el movimiento Sionista del economista polaco de origen judio Theodoro Hertz, se inicia el conflicto Árabe - Israelí, y por consiguiente los fundamentalismos de ambos bandos.
ResponderBorrarExcelente comentario.. Que excelente manera de interpretar la realidad de estos dos pueblos hermanos. Tengo mis antepasados palestinos y hoy lloro por eso... Felicitaciones once again..
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