10 jul 2024

‘Chide’ Vence, el gobernador Cariachil que lucha por su tribu

Por John Acosta

Alcides Manuel Vence Ibarra le echa gotas de aceite a las cerraduras metálicas de la puerta principal e introduce la llave y comprueba que ya el cerrojo flexibilizó bastante. “Esta vaina se oxida rápido por acá, por estos adentros, oiga”, le dice al periodista del Semanario La Calle, que subió con él hasta allá, la región de Farías (del actual municipio de El Molino), uno de los antiguos asentamientos de la tribu Cariachil, de la gran nación Chimila. Ya había hecho lo mismo con las tres puertas interiores: la de los dos aposentos y la del baño. El fresco de las estribaciones de la Serranía del Perijá, donde está el sitio, aminora un poco el calor del medio día. El comunicador, que hace poco (para el Festival de la Leyenda Vallenata) había publicado sobre el origen del famoso milagro, no pudo evitar sentirse en el territorio de donde partió el grupo de Cariachiles que participó en el histórico ataque a la antigua Valledupar, iniciado en la noche del 27 de abril de 1576 contra el hato de García Gutiérrez de Mendoza.

Convocados por Uniaymo, el Cacique de Los Tupe, todas las parcialidades de su comunidad, que actuaron bajo el mando de Coroponiaimo o Coropomeyma y las parcialidades de los vecinos Chimila, quienes se sumaron en alianza bajo el mando de su Cacique Curuniaimo o Curunayma, fueron protagonistas del famoso milagro, que también es celebrado actualmente en El Molino.

Vence Ibarra ve en ese trozo de tierra, cedido a su comunidad Cariachil por Juan Pablo Vega Escobar, el anterior alcalde del municipio, el inicio de la redención de esta tribu ancestral. Son los dos mil metros cuadrados más preciados del mundo, desde donde el propio Alcides Vence, cabildo gobernador cariachil en El Molino, tiene el propósito de recuperar el territorio que ya la Cédula Real del 30 de septiembre de 1780 les había dado: “Decrétese a favor de los indígenas de San Lucas de El Molino, una merced de una legua como resguardo (…), parte desde el cerrojo de la iglesia de Santo Tomás, de Villanueva, con rumbo este hasta la cordillera de los Itotos, y siguiendo por toda su cima y por toda ella hasta encontrar el arroyo de El Tablazo, pasando por el Volardocito y siguiendo aguas abajo hasta el pozo en el paso real de San Juan de Villanueva, en donde se empezó la mesura”.

Alcides Manuel tiene esa mañana la vestimenta de occidente; obviamente, Coroponiaimo y su tropa tuvieron que partir de esos territorios con el andamiaje de la tribu Cariachil: es la misma que Vence Ibarra se pone todos los 27 de abril para conmemorar la gesta de sus ancestros, en un acto teatral, frente y dentro de la iglesia de El Molino, que recuerda el milagro de la Virgen del Rosario. Chide, como le dicen al actual cabildo gobernador Cariachil por cariño, fumiga sitios claves de la casa nueva con el aerosol que trajo en su mochila. “Como esto permanece solo, se llena de murciélagos”, justifica.

El Cacique Canopán, de los Cariachiles, fue clave en la guerra del ejército patriota contra las fuerzas reales para la independencia. Defendía “el corredor de Barrancas-Fonseca-El Molino y el control del camino que comunicaba a la provincia de Valledupar con la de Maracaibo, pasando por la Villa del Rosario de Perijá y el río Socuy-Limón”, de acuerdo a Polo Acuña (2011). Chide Vence respira profundo esta mañana, cuando recuerda estas hazañas de sus antepasados. Y muestra feliz un enorme aliciente, en honor a ese coraje de sus ancestros: la Resolución 061, del 15 de junio de 2018, mediante la cual “se inscribe en el registro de comunidades indígenas, la Comunidad Indígena de El Molino, perteneciente al Pueblo Cariachi, con unidades familiares en jurisdicción del municipio de El Molino. del departamento de La Guajira”.

Alcides Manuel Vence Ibarra, cabildo gobernador Cariachil de El Molino, es nieto de José Andrés Cariachil Vega, uno de los tres hermanos (Inés y Sixta eran los otros) nacido en la cabecera municipal, hijos de Maria Isabel Vega, nacida y bautizada en La Sierrita, descendiente ella de Domingo Cariachil, quien, según un censo redimible del año 1801, era un fugitivo de 22 años. Después de las fotos al lado de Grildis Choles Fuenmayor, su esposa, Chide Vence le muestra al periodista del Semanario La Calle los sitios donde planea construir las obras claves para la consolidación de su grupo étnico, como el gran salón donde se reunirá anualmente la Asamblea General, que es la máxima autoridad del actual Pueblo Cariachil.

Publicada en el Semanario La Calle, el 7 de julio de 2024

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