Por John Acosta
La pregunta fue directa, ahí mismo en el aula múltiple colmada aún de gente, pero el investigador y folclorista Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, a pesar de las dos horas largas que lo antecedieron en una cátedra con Iván Villazón, no se dejó envolver y ripostó con la altura y el conocimiento adquirido en sus muchos años de estudio. ¿Cómo fue la génesis del Festival de la Leyenda Vallenata con el antecedente del festival vallenato que hizo Gabriel García Márquez en Aracataca? “Ummm, ese cuento es de ahora”, dice el historiador cesarense.
Entre esos choques musicales antiguos está el que se dio entre Juanchito Granados, de Camperucho, y Efraín Herrera, de Valledupar. “No se definía nunca quién ganaba porque si era allá, ganaba el de allá; y, si era aquí, ganaba el de aquí; entonces, pusieron un lugar intermedio, que fue Valencia de Jesús”, asegura Tomás Darío Hinojosa.
Es fácil imaginar la romería de gente viajando desde distintos pueblos hasta Valencia de Jesús para no perderse ese gran duelo entre los colosos del acordeón de la época; obviamente, esas trochas y caminos la recorrían en caballos, mulos o burros porque el mundo apenas comenzaba por estas tierras; por supuesto, el encuentro terminó también en una batalla campal entre las barras; o sea, esos duelos musicales eran lo tradicional.
Tomás Darío Gutiérrez |
Lo de Aracataca fue una parranda, no un festival
El maestro Gustavo Gutiérrez Cabello le dijo a La Calle que a él le consta que lo de Aracataca no fue un festival. “Fue una parranda vallenata, en la que estuvo Gabriel García Márquez, Rafael Escalona, Consuelo Araújo Noguera, yo no fui porque me dio flojera”, dice el famoso compositor. Narró que ahí pudo iniciarse la idea de hacer el Festival de la Leyenda Vallenata, “con el apoyo de doña Cecilia, el doctor López, de García Márquez, de Escalona y Consuelo, que organizaron el primer festival en 1968”.
Gustavo Gutiérrez dice que recuerda esa parranda en la tierra del Nobel “porque hubo algo bonito. Trataban de llevarse a Jaime Molina en la camioneta María la bandida, que tenía Rafael Escalona. No fue un concurso, fue una parranda”, insiste. El nombre de la camioneta vino de una ranchera de José Alfredo Jiménez. “Y Escalona le puso el letrero a la camioneta”, recuerda el maestro. “Jaime Molina no fue porque se escondió: no quería ir”.
Gustavo Gutiérrez reconoce que esa parranda aceleró la realización del festival en Valledupar. “Fue un estímulo importante para el Festival de la Leyenda Vallenata porque lo de Aracataca tuvo mucha publicidad en la prensa nacional porque estaba García Márquez ahí”.
Pachanga, llamó Gabo a lo de Aracataca
Gabriel García Márquez |
De fiesta religiosa a festival
El compositor Gustavo Gutiérrez recuerda las parrandas que se armaban en los patios de las casas de Valledupar, en las festividades de la Virgen del Rosario. “Estaba yo pelao y recuerdo cuando salían los diablos: lo hacían ahí, al frente de la iglesia, en la Plaza Alfonso López. Iba la procesión con los indios bailando”, cuenta. “Aquí hacían bailes, lo que llamaban antes Las Colitas. Eran parrandas en los patios . Mi papá parrandeaba con unos trabajadores de la finca de él, que vivían en el Cañaguate. Había dos, tres acordeoneros y hacían sancochos de chivo, de gallina”.
Entonces, lo que se hizo en el Festival de la Leyenda Vallenata fue acoplar lo que se hacía en las poblaciones (como lo contó el investigador Tomás Darío Gutiérrez) con esas parrandas de los patios, “en el barrio Cañaguate, que era lo tradicional” (como lo dice Gutiérrez Cabello) y trasladar a la Plaza Alfonso López y organizarlo oficialmente como un festival. Le pusieron la Leyenda Vallenata por lo que sucedió con la Virgen del Rosario en el ataque de los indígenas”, concluye el famoso compositor.
Agrega que Alfonso López dio todo el apoyo económico. “Escalona también apoyó, pero la abanderada número uno fue Consuelo: íbamos mucho a su casa y la veíamos entusiasmada haciendo las invitaciones”, recuerda Gustavo Gutiérrez.
Primer festival: Emilianito perdió la corona
Gustavo Gutiérrez Cabello |
“Esa primera tarima se hizo frente a la casa de Blanca Cabello”, aclara el compositor. “Emilianito Zuleta Baquero no se presentó porque andaba con Alfonso Murgas y con Andrés Becerra, tomando tragos. Adolfo Acuña Porras, que era el presentador, un locutor de Radio Guatapurí, lo llamó tres veces. Fue descalificado. En el concurso participaron Alejo Durán, que fue quien se robó la simpatía del pueblo y Ovidio Granados quedó de segundo, Luis Enrique Martínez quedó tercero porque el ‘Pollo’ Vallenato llegó bastante en temple. Como era el primer festival, los concursantes no lo tomaron muy en serio. Ovidio llegó bastante tragueado y quedó en tercer puesto”.
Publicado en el Semanario La Calle, el 29 de abril de 2024
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