Por John Acosta
La salida del parqueadero: el día de la ignominia y 20 días después |
O Bancoomeva
procura ofenderme (y de paso, ofender también a la Superintendencia Financiera
de Colombia) creyéndonos los reyes de los ingenuos, caídos del más alto zarzo de
la tierra, o el tarado es el propio Bancoomeva si cree que uno se va a comer el
cuento, traído de los cabellos, con que pretende justificar ante la ley su descarada
negligencia. Con semejante desfachatez con que argumenta su desidia frente a un caso concreto, uno no sabe
qué es peor: si su indolencia o la falacia con que intenta explicar su errado
proceder. Por supuesto que no me como esa ficción, como estoy seguro que
tampoco lo hará la Superintendencia Financiera de Colombia. Y si Bancoomeva ha
decidido echar mano del Goliat con que el sector financiero internacional ha
pisoteado a los demás, le notifico que aquí les nació su David, dispuesto a
salir victorioso de la desigual pelea que me plantean.
En las
páginas de este blog conté los detalles del caso de una deuda que tuve con
Bancoomeva, que, por situaciones que expliqué en ese mismo escrito, me vi obligado
a entrar en cesación de pago de algunos cuotas, pero que, finalmente, y después
de un enorme esfuerzo, pude pagar en su totalidad. Cerca de mes y medio después
de haberme puesto a paz y salvo con esta entidad bancaria, dos policías me
quitan mi carro en plena vía pública, por una orden de secuestro emitida por un
juez de Barranquilla, a solicitud de Bancoomeva.
La falaz respuesta de Bancoomeva
Facsímil de la respuesta de Superfinciera |
Esa
misma noche del 31 de mayo, me quejé ante Bancoomeva y la Superintendencia Financiera
de Colombia, a través de PQR de sus páginas web. La Superfinanciera me
respondió el 14 de junio: “Se ha enviado una copia a la entidad vigilada, para
que le dé una respuesta completa y clara, adjuntando los soportes que sean
necesarios, con copia a esta Superintendencia, en un plazo de diez (10) días
hábiles contados a partir de la fecha de este escrito; sin embargo la entidad
puede solicitar más tiempo, si así sucede Usted será informado”, me decían en
una carta estándar de dos páginas. El 20 de junio, Bancoomeva me escribe para decirme
que mis “observaciones fueron radicadas en nuestro sistema, con el siguiente
detalle: queja superfinanciera, proceso captura vehículo por gestión cobranza. Muchas
gracias por depositar su confianza en nosotros. Es nuestro interés servirle y
brindarle una pronta solución, la cual le estaremos haciendo llegar mediante
Carta”.
La anunciada
carta llegó el 30 de junio, justo el día en que se le cumplía el plazo fijado
por la Superfinanciera. En ella relataba los hechos. Y respondió así al meollo del
asunto: “Ante el incumplimiento del acuerdo, el 20 de abril del presente año
Usted se comunica nuevamente con una de nuestras funcionaria y le confirma que
ya tiene disponible para cancelar y solicita de manera especial
se le sostenga el valor del acuerdo incumplido. Bancoomeva en aras de
colaborarle accede a tal petición y le confirma que como algo excepcional le
sostiene el acuerdo y que cancelado este valor usted se beneficiara de una
condonación de intereses corrientes, moratorios y capital y que una vez se realice el ajuste en nuestro sistema se procedería
con la entrega de su paz y salvo y se ordenaría la terminación del proceso por
pago total. Efectivamente se validó en nuestro sistema y el nuevo acuerdo
pactado fue cumplido por su parte, por lo que se inició proceso correspondiente
de ajuste para retirar del sistema los saldos restantes que reflejaba su estado
de cuenta. Cumpliéndose en su totalidad este proceso de Condonación, se
presenta el día 1 de junio la terminación de este proceso de manera Coadyuvada
y el levantamiento de las medidas que se solicitaron en el mismo”.
Facsímil de las dos respuestas de Bancoomeva |
Ojo a
la frase: “una vez se realice el ajuste en nuestro sistema se procedería con la
entrega de su paz y salvo y se ordenaría la terminación del proceso por pago
total”. ¿Cuánto puede demorarse “el ajuste” en el “sistema” de una entidad
bancaria moderna con los más desarrollados avances tecnológicos? Ellos pretenden
hacer creer que tienen el sistema más obsoleto del mundo: se demora cerca de
mes y medio: “se inició proceso correspondiente de ajuste para retirar del
sistema los saldos restantes que reflejaba su estado de cuenta. Cumpliéndose en
su totalidad este proceso de Condonación, se presenta el día 1 de junio la
terminación de este proceso de manera Coadyuvada y el levantamiento de las
medidas que se solicitaron en el mismo”.
Facsímil de la primera solicitud de terminación del proceso |
¡Mienten
descaradamente para eludir la responsabilidad penal de indemnizarme por los
daños materiales y compensarme por los daños morales! No de otra manera se
puede entender la sorpresiva casualidad con que “el ajuste en el sistema” haya
terminado, justamente, la mañana siguiente a la tarde en que la policía me
secuestra el carro por la negligencia de Bancoomeva. Y es más evidente aún la falsedad
de su respuesta cuando salen a la luz los errores cometidos por el afán de subsanar
el olvido presentando la terminación inmediatamente después de que me secuestran
el carro.
El otro infantil y grave error de Bancoomeva
Facsímil del poder presentado el 9 de junio para enmendar el error del 1 de junio |
El
carro me lo secuestran el 31 de mayo en la tarde y el 1 de junio en la mañana,
la abogada de Bancoomeva corre al juzgado a presentar la terminación del
proceso; sin embargo, su ambición por enmendar la evidente falla la hace
cometer otro error garrafal: olvida presentar el poder que debe otorgarle el
representante legal de Bancoomeva para solicitar la terminación del proceso. Esto,
por supuesto, es otra prueba de que la decisión de presentar ante el juez la
terminación del proceso en mi contra apenas el 1 de junio, no fue porque justo
ese día terminó el proceso de condonación dentro del “ajuste” del “sistema” de
Bancoomeva, como, torpemente, lo pretende hacer creer esta entidad crediticia,
sino por negligencia de este banco.
Este
olvido hace demorar más el proceso de devolución de mi vehículo. Y, por lo tanto,
prolonga aún más mis padecimientos y mi agonía social. Solo hasta el nueve de
junio es que la abogada lleva el poder del representante legal de Bancoomeva y
la nueva solicitud de terminación del proceso en mi contra. Y el 15 de junio,
el juez decreta la esperada terminación y el levantamiento de las medidas de
embargo. En la mañana del 20 de junio regreso al juzgado por los respectivos
oficios de desembargo para llevarlos a las diferentes entidades, entre ellas el
parqueadero en donde está retenido mi vehículo. El secretario del juez me dice
que vaya en la tarde. Y 21 días después de la odisea, puedo recuperar mi carro.
La mentira de Bancoomeva no los exime de
indemnizarme y compensarme
Facsímil de la segunda solicitud de terminación del proceso |
Bancoomeva
tiene todo el derecho del mundo de acudir a la justicia para obligar a sus
clientes a que le cancelen una deuda. Aquí nadie le discute eso. Ni más
faltaba. De lo que se le está acusando aquí es de la negligencia en la que
incurrió para informarle al juez de mi pago total de la deuda. Y lo que se le
critica es que así como tuvieron la agilidad para acusarme ante un juez no
tuvieron la misma entereza para notificarle a ese mismo juez mi pago total y
solicitar, en consecuencia, la terminación del proceso por pago total de la
obligación y el levantamiento de las medidas cautelares para oficiar las
diferentes entidades. Ese es el meollo del asunto. Una omisión inadmisible por
parte de una entidad que fustiga de esa forma a sus deudores. No hay la menor
duda de que deben pagar por ese terrible error.
El carro, en el parqueadero el día del secuestro |
Esa
negligencia por parte de Bancoomeva me
causó serios daños materiales y morales. La tarde del 31 de mayo en que la
Policía me quitó el carro en plena vía pública, manejé por más de media hora
con un agente uniformado sentado en la silla de al lado y con otro agente
motorizado adelante. Las personas se me quedaban mirando en las calles, como
quién dice: “ahí te llevan detenido por delincuente”. Hasta de la ventanilla de
los buses me llegaban las miradas recriminatorias. Yo no veía la hora en que
llegáramos pronto al parqueadero en donde debía quedar detenido mi carro. Ha
sido, por supuesto, la media hora más bochornosa de mi vida. Luego, me tocó
caminar llevando encima todos mis motetes que tenía en el vehículo, por un
sector peligroso de la ciudad, en busca de un taxi que me trasladase de nuevo a
la oficina donde laboro.
En busca de un taxi, el día del secuestro |
La
ignominia contra mí se campeó por los círculos donde me muevo por 20 días
consecutivos: en el conjunto residencial donde vivo, en la empresa donde
trabajo, los amigos y familiares que visito; todos preguntaban lo mismo:
“¿todavía no te han entregado el carro?”. Ante el evidente daño moral causado
por la situación bochornosa, corrí a escribir el artículo mencionado arriba
para aclarar la afrenta a mi honor. Y, ante la dilación para resarcir pronto el
perjuicio, me vi obligado a redactar otro texto a los 20 días de padecimiento
por la deshonra diaria a la que me sometió la negligencia de Bancoomeva. Debo
decir que me satisface mucho que los dos textos tienen un enorme número de
lectores en mi blog. Si este tercer artículo no es suficiente, junto con las
correspondientes medidas jurídicas que se están llevando, para que Bancoomeva
asuma su responsabilidad por todo lo que me causó su negligencia, vendrán
muchos más pruebas hasta lograr que esta entidad pague las consecuencias de sus
arbitrariedades.
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