Promoción 1963 |
Por
John Acosta
Los vi venir, con su andar
pausado de hombres mayores, luciendo orgullosos la camiseta que ellos mandaron
a fabricar para aquella ocasión. Se acercaron y pude ver lo que decía el
letrero que tenían bordado en el bolsillo del pecho: “Ensudela”, en forma de
media circunferencia, de color azul; “Promoción”, en línea recta, cerrando
abajo, de color rojo; y más abajo, el año: “1963”, color azul nuevamente. Tal
vez yo sea un emotivo empedernido, pero no pude evitar erizarme de sentimiento
¡Hacía 51 años, aquel grupo de canosos había salido graduado de ese colegio y
regresaban ahora a celebrar los 100 años de fundada su institución educativa! Me
saludaron con la mirada y siguieron su camino. Solo, en ese momento, entendí la
respuesta que me dieron mis hijas cuando, al mudarnos de casa, les advertí de
la necesidad de cambiarlas de escuela para buscar una que quedara más cerca al
nuevo sitio donde residíamos. “No, papi, no importa que tengamos que madrugar
más para llegar a tiempo a clases, pero nos quedamos en la Escuela Normal
Superior La Hacienda”, me dijeron en ese entonces.
Salones sin aire acondicionado: un lunar negro |
Cien años después de
fundada, la Normal (así, a secas, como se le conoce) tiene algunas deficiencias
urgentes que la Alcaldía de Barranquilla está en mora de superar. No es justo,
por ejemplo, que con los tremendos calores padecidos en La Arenosa, sobre todo
en la época de septiembre y octubre, los salones de clases tengan, apenas, dos
ventiladores deficientes para un grupo de más de 30 estudiantes sudorosos. No
podemos pretender que estos jóvenes rindan académicamente en semejante
circunstancias ¿Cómo es posible que, por
el insoportable sopor, los estudiantes tengan, muchas veces, que salir a recibir
sus clases bajo la sombra de alguno de los árboles del colegio? ¿Eso es justo
con estos niños? Lo peor es que ya habíamos denunciado este grave tema hace un
año aquí mismo (haga click aquí para leer esa denuncia). Y en la Alcaldía se han hecho los oídos sordos.
Niños de la Normal Superior La Hacienda con la alcaldesa Elsa Noguera |
La nueva generación, que vendrá canosa a festejar los 150 años |
El día que festejamos los
100 años de la Escuela, fue toda una emocionante muestra de convivencia. Los padres
de familia de cada curso, nos pusimos de acuerdo para ir a cocinar allá. Comimos
en los salones con nuestros hijos. Cuando pude rescatar una cámara fotográfica,
me fui a la cacería de los adultos mayores uniformados. Los encontré con
tremendo alboroto, mezclados entre los jóvenes. Me hicieron el favor de posar
para la foto.
Preparando el sancocho de los 100 años |
Después de todo un día en
familia normalista, salí con mis dos hijas a dar una última vuelta por el
extenso patio de La Hacienda. Entonces, lo vimos. Caminaba lento, apoyado en un
bastón, que le aliviaba las angustias de un cuerpo cansado de su lucha para no
doblegarse ante las penurias causadas por 86 años de existencia. Tenía un
sombrero de alas cortas, incapaz de protegerlo de los rayos solares que se metían
con furia entre las nubes amenazantes de dañar el festejo con un aguacero
imprevisto. Nos dijo que se llamaba Jesús Álvarez. Hace 68 años, se graduó de
bachiller en este colegio y no se podía perder la felicidad de visitarlo el día
en que se celebraba el primer siglo de existencia. “Me lleva cuatro años”, nos
dijo. Este bachiller de la Promoción 1928, llegó con la camiseta que lucía en
su pecho el centenario de la institución. “Las cosas han cambiado mucho. En esa época era un internado. Estaba cercado
con alambre”, recuerda.
El señor Jesús Álvarez, con mis hijas Aura Elisa e Isabella y Marcos, primo de ellas |
El señor Jesús Álvarez es Licenciado en Idiomas de la Universidad de Tunja. Fue profesor de la Normal, su colegio del alma. Se jubiló a los 50 años de edad. De su vida de estudiante, recuerda mucho al padre Vargas. "Era, sobre todo, un excelente ser humano", nos dice.
El profesor de Artes, Gilberto Jiménez, preparó una exposición de fotografías, tomadas a la fauna de la Escuela. También expuso cuadros pintados por sus estudiantes y, en general, figuras elaboradas con entusiasmo en sus clases.
Los padres de familia no
veían la hora en que el rector Germán Rivera se jubilara. Finalmente, eso se
dio. La nueva rectora es Inmaculada Solano de Hernández. Hay mucha expectativa
por lo que ella pueda hacer. Ojalá logre sensibilizar a los funcionarios de la
Alcaldía para que estos muchachos de clase baja y media puedan estudiar en unos
salones dignos, con aire acondicionado. Y las clases de informática puedan darse como
deben, con computadores. Esperamos volver a escribir para resaltar esos logros.
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A propósito de la visita de la alcaldesa a la Escuela Normal Superior La Hacienda: ¿por qué tienen los niños que pagar los platos rotos de la educación pública gratuita?
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hola......me ha gustado mucho leer tu blog....en realidad quisiera que me contaras como sigue el colegio?
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