La
primera amenaza contra su vida le llegó en 1973, cuando estaba en la actividad
sindical. “Aún no estábamos en la vida política. Íbamos a hacer un paro de una
hora los trabajadores del Estado. “Paró la burocracia una hora”, decía el
titular de El Tiempo en
primera página, no se me olvida. Ese paro nos costó la primera amenaza”, contó
ella en una entrevista reciente a la revista Semana. “Teníamos seguimiento de
los cuerpos de seguridad del Estado. Iban detectives a las oficinas a vigilar
al movimiento sindical. Siempre que íbamos a hacer una huelga coincidían las amenazas”,
agregó.
De
acuerdo a lo que relata, a primera carta que recibió tenía pintados dos fusiles
cruzados: “Enemigos de la patria, los seguimos paso a paso”, decían. Ya cuando
estaba en la Asamblea Constituyente, en 1991, la calificaban como “la vocera de
la insurgencia”. No hubo un día en que no tuviera miedo de perder la vida.
Cargaba dos escoltas, y ante las amenazas, Humberto de la Calle, en ese
entonces era ministro de Gobierno, le prestó un carro blindado. “Esa era
nuestra seguridad”, dice.
Cuando
salió de la Constituyente, en diciembre de 1991, fue elegida presidente de la Unión
Patriótica (UP). “Y ahí fue Troya. Las amenazas no dejaban descansar. Cuando
llegué al Concejo (de Bogotá), era una de las épocas más duras de la matanza al
movimiento: el asesinato de los trabajadores en Urabá”, dice en la misma
entrevista a Semana.
El 7 de mayo de 1996 una
ráfaga de tiros interrumpió el recorrido de concejal Aída Avella por la
autopista Norte con calle 170. Ella era una de las principales líderes
nacionales de la Unión Patriótica, el movimiento político que surgió como
producto de las conversaciones de paz con la guerrilla de las Farc durante el
gobierno de Belisario Betancur.
Ese mismo mes, a los pocos
días del atentado, viajó a Suiza. La decisión de sacar del país a Abella, fue
tomada durante una reunión del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista
(PC), del cual ella es miembro, convocada horas después del atentado contra la
líder de izquierda. Álvaro Vásquez, secretario general del PC, y Jaime Caicedo,
Gilberto Vieira, Hernán Motta, Luis Eduardo Garzón y Carlos Lozano, miembros
del órgano colectivo de dicha organización, consideraron que no había garantías
de seguridad para que Abella continuara ejerciendo sus funciones en el Concejo
de Bogotá.
Su curul en la corporación
fue ocupada por Mario Upegui, quien ha sido concejal en otras ocho ocasiones.
Upegui dijo que las amenazas contra la concejala se multiplicaron después del
atentado, por lo que él tuvo que adelantar el proyecto de ser concejal. Abella
y Upegui habían acordado desde hace más de un año, compartir la curul en el
Concejo. La meta era que Abella la ocuparía hasta el 30 de junio y él la
asumiría a partir del primero de julio. Un miembro del PC dijo que
el viaje de Abella no es considerado un exilio político. Permanecerá dos meses
en Suiza y luego recorrerá varios países de Europa para denunciar la situación
que la UP enfrenta en Colombia.
En abril de este año, en la
víspera de la llegada de Álvaro Uribe en la Escuela Nacional de Ingenieros de
Metz, en el Este de Francia, reapareció Aída Avella con su vigor y radicalidad.
Tomó el micrófono para arengar con la misma vehemencia con que lo hizo en la
Universidad Nacional, cuando en 1967 lideró la protesta contra la presencia del
entonces presidente Carlos Lleras Restrepo en el campus que terminó con unos
estudiantes enardecidos que le tiraron huevos y tomates al gobernante.
Pero esta vez Aída gritaba en un francés con un fuerte acento
latino, aunque resultó igual de efectivo. Con el apoyo de profesores y
dirigentes sindicales franceses, que también tomaron el micrófono y múltiples
pancartas que declaraban al ex presidente Uribe como “Persona no grata”, lograron
volverle incómoda su estadía en Metz. La presión, que continuó los meses
siguientes, llevó al ex presidente Uribe a cancelar el curso académico en la
Escuela Nacional de Ingenieros.
Durante
el V Congreso de la UP en Bogotá, celebrado a mediados de noviembre de 2013, se
tomó la decisión de que Aída Abello, exiliada desde hace 17 años en
Europa, será la candidata presidencial por el partido de la UP. "Hemos
vuelto al país, vinimos para volver, nunca nos fuimos, siempre llevamos la
patria dentro", dijo a Abella, en el marco del V Congreso de ese partido
en Bogotá.
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Que bien necesitamos personas con sentido de patria e ideales difirentes a los dinosaurios ultraderechistas que estan gobernando el pais, haber si por fin hay un cambio y se derrote a las mafias.
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