17 abr 2016

El presidente Santos le ha dado razones a Horacio Serpa para que este crea que todavía está en los tiempos del proceso 8.000

Santos y Serpa
Por John Acosta

La amnesia colectiva de este bendito país se sorprende ahora porque Horacio Serpa fue al Palacio de Nariño a pedirle al presidente Juan Manuel Santos que ternara el nombre del actual fiscal encargado Jorge Fernando Perdomo para que fuera nombrado en propiedad en el cargo que no merece. Ya la desvergonzada politiquería de este país había usado no solo a la Fiscalía General sino también a la Procuraduría General para premiar a personas serviles a sus intereses. No es justo con las nuevas generaciones de este amado país olvidar tan fácilmente las odiosas jugadas del maridaje entre justicia y política de nuestra historia reciente. En marzo de 1996, el entonces fiscal Alfonso Valdivieso Sarmiento vinculó al proceso 8.000 a los dos más cercanos ministros del presidente Ernesto Samper: Rodrigo Pardo, de Relaciones Exteriores, y Horacio Serpa, del Interior. Los dos abogados que defendieron exitosamente a los ministros fueron premiados durante el mismo gobierno de Samper. A Alfonso Gómez Méndez, abogado de Pardo, lo nombraron Fiscal General; y a Jaime Bernal Cuéllar, abogado de Serpa, lo nombraron Procurador General. Y todo así de fácil, sin inmutarse siquiera.

Bernal Cuéllar y Gómez Méndez
Valdivieso renunció para no inhabilitarse en su aspiración a la Presidencia, pues sus hallazgos con el proceso 8.000 le habían generado un gran cariño entre los colombianos. Y el  procurador Orlando Vázquez Velázquez había sido destituido por la Corte Suprema de Justicia. De manera que a Ernesto Samper le llegó como anillo al dedo la vacancia repentina de esos dos cargos y, como por arte de magia, los ocuparon los dos abogados de sus ministros. Por supuesto, el escándalo judicial declinó lentamente.

María Emma Mejía, Hugo Chávez y Nicolás Maduro: tiempos de Unasur
El país había sumido en el ostracismo a los principales protagonistas del proceso 8.000, hasta que el Gobierno del presidente Santos los rescató del olvido. A María Emma Mejía le criticaron enormemente cuando el Samper del proceso 8.000 la nombró ministra. Ella, para desembarazarse de esas críticas, alcanzó a decir en una entrevista que llegaba a ese Gobierno para ayudarle a buscar “una salida digna a ese hombre”, refiriéndose, por supuesto, a Samper. Se olvidó pronto de ese compromiso personal, tanto, que terminó siendo la candidata a la Vicepresidencia de la República del derrotado candidato presidencial Horacio Serpa. Juan Manuel Santos la apoyó para que fuera elegida Secretaria General de la Unión de Naciones del Sur, Unasur, en 2011.  En febrero de 2014, el mismo Santos la nombró embajadora de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

Juan Fernando Cristo fue Consejero para las Comunicaciones en el Gobierno de Samper. Recuerdo una nota periodística de la revista Semana de la época, en donde esa publicación se quejaba de la especie de censura que quería ejercer Cristo en ese entonces. La nota daba cuenta que Cristo siempre visitaba a la revista el día de cierre de edición y trataba de “aconsejar” que no se publicaran artículos del proceso 8.000. Hoy, Juan Fernando Cristo es el flamante Ministro del Interior del presidente Santos.

Ernesto Samper y Nicolás Maduro: los duros de Unasur
El mismo ex presidente Ernesto Samper, principal protagonista del escándalo judicial del proceso 8.000, por cuanto fue elegido presidente con los miles de millones de pesos del cartel de Cali que financió su campaña, hoy es el Secretario General de Unasur, gracias al apoyo del presidente Juan Manuel Santos.

Alfonso Gómez Méndez, que había sido premiado con la Fiscalía General en el gobierno de Samper, por haber defendido con éxito a uno de los ministros de Samper vinculado al proceso 8.000, fue ministro de Justicia del gobierno de Juan Manuel Santos en 2013 y 2014.

La lista, por supuesto, es larga. No alcanza este espacio para mencionarlos a todos; sin embargo, con lo dicho, es suficiente para decir que no debe extrañar que Horacio Serpa haya visitado al presidente Santos para exigirle que terne a Jorge Fernando Perdomo para que sea nombrado en propiedad Fiscal General de la Nación.


El presidente Santos posesiona a Perdomo como Fiscal encargado
Lo peor es que Perdomo ni siquiera merece ser Fiscal encargado.  Las razones las han expuestos numerosos columnistas de prensa. De ellos, solo voy a tomar lo que dice María Jimena Duzán de Perdomo: “No se lo merece. Las investigaciones que asumió por cuenta de que su jefe tenía un conflicto de intereses no lo dejan bien parado: no pasó nada con Saludcoop y ahora anda en la tarea de ver cómo pacta con los cerebros del desfalco de InterBolsa, un principio de oportunidad, para que Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz -¡por favor!- salgan libres convertidos en víctimas. Para no hablar de lo que le hizo a la actriz Carolina Sabino cuando le abrió una investigación por haber abortado porque se negaba a hablar en contra del hacker Sepúlveda o cuando decidió capturar al novio de la directora del Instituto de Bienestar Familiar, Cristina Plazas, el día de su boda, en represalia por que ella había sacado de la entidad a un protegido suyo”.