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Arriba: Alexis Mendoza y el presidente Juan Manuel Santos. Abajo: Timochenko y Leonel Álvarez |
Por
John Acosta
Alexis Mendoza, director
técnico del Júnior, estaba desesperado porque en el segundo tiempo del partido,
su equipo perdía frente al visitante. Juan Manuel Santos, presidente de
Colombia, está afanado porque, en su segundo período presidencial, lo único
importante que tiene para mostrarle al pueblo colombiano es un largo proceso de
paz con las Farc, cuando él mismo había prometido que la paz vendría en “cuestión
de meses”. Leonel Álvarez, entrenador del Deportivo Independiente Medellín, no
tiene afán porque el tiempo juega a su favor en el terreno de juego.
Timochenko, el líder máximo de las Farc, está acostumbrado a dilatar cuanto
diálogo de paz se ha atravesado en el historial delictivo de este movimiento
guerrillero, pues, para su gente, el transcurrir de los años no cuenta para
nada. La impaciencia llevó a Alexis Mendoza a cometer el error que le entregó,
en el escritorio, a Leonel Álvarez lo que el Junior había logrado en la cancha
de juego. El ansia ha conducido a Juan Manuel Santos a darle unos contentillos
a Timochenko, que las Farc no han podido ganar en el campo de batalla (y, lo
que es peor: sin haber firmado todavía la paz).