Por John Acosta
Llevaban cerca de 20 minutos de un
partido intenso. Ni siquiera el calor insoportable de esa noche le impidió a
José Monterrosa Padilla correr a lo largo y ancho de la cancha de fútbol, en
medio de su destreza en el dominio del balón. No obstante sus gambetas
magistrales, él no había logrado concretar ningún gol para su equipo,
Carboneros. Iban cero a cero.
Mojado de sudor, haciendo caso omiso al
desgaste físico que empezaba a hacer mella en su humanidad, recibió la pelota
por enésima vez, hizo una de sus clásicas piruetas para proteger el balón.
Entonces, sucedió. Ocho meses después recuerda todavía el intenso dolor que
sintió ese día. "Yo escuché el golpe seco sobre mi pierna. Lo oí
clarito", dice. Se trataba de un severo desgarre muscular.
Lo sacaron cargado de la cancha y le tocó
terminar de ver el partido desde el banco. Había cometido una falla
imperdonable en el deporte: "lo que pasó fue que me metí a jugar de una,
sin calentar", contaría después. Ese error garrafal le costó más de 50
días de incapacidad. "Es la primera vez, y haré todo para que sea la
última, que falto tanto tiempo al trabajo en más de 17 años que tengo de
laborar en Cerrejón", dice.
De la cancha fue de urgencia al hospital.
"Lo que más me asustó fue ver cómo se me iba hinchando la pierna. La
verdad, fue bastante doloroso. Estoy seguro que otro día no se me ocurrirá
meterme a una cancha sin hacer un calentamiento previo", afirma.
José Monterrosa Padilla aprendió la
lección. Lástima que le haya tocado vivir una experiencia tan fuerte para
asimilarlo. "Cuando se practica un deporte hay que tener en cuenta muchos factores. Por ejemplo, la edad. Si
uno tiene 40 años, no debe aspirar a competir con un joven de 20 porque se
tiene que exigir más de lo que puede dar para tratar de no ser superado.
Además, uno debe ir en son de divertirse, sin pensar en hacerle daño a
nadie", sentencia convencido. Y es que el dolor de una lesión no sólo
se causa a sí mismo, sino que también se afecta la familia.
SEGURIDAD FUERA DEL
TRABAJO
A veces, se tiende a pensar que es en el trabajo
donde se tiene la mayor probabilidad de sufrir accidentes. No obstante, fuera
del ambiente laboral, uno se expone a múltiples accidentes que pueden ocasionar incapacidad, lo
que representa un riesgo innecesario para la integridad física y afecta la
salud familiar y social.
"Un estudio realizado en Cali,
demostró que las mayores lesiones se dan entre los 25 y 38 años de edad y que
es el fútbol el deporte que más riesgos conlleva" (El Tiempo, 24 de junio
de 2001.).
En línea con lo anterior, Cerrejón implementó en 1995 el Proyecto de Seguridad Fuera
del Trabajo, con el objetivo de facilitarle medios al empleado y su familia
para mejorar la actitud hacia la prevención de lesiones incapacitantes en su
ámbito familiar y comunitario, principalmente en las categorías de hogar,
deportes y recreación, uso de armas, transporte y otros.
Como parte de la estrategia, en
coordinación con diferentes estamentos de la compañía y con el involucramiento
de los clubes deportivos de los empleados de de esta empresa minera, se desarrollan campañas educativas en
los municipios de La Guajira, reforzadas en el contexto laboral por la
Supervisión a través de sus habituales charlas de Seguridad Industrial
dirigidas al trabajador.
Este trabajo constante está dando sus
frutos. En 1997, se registraron 110 lesiones que causaron 3.186 días de
incapacidad y en el 2000 las lesiones bajaron a 64 con 1.462 días de
incapacidad, lo que representó un impacto del 0.16% en el ausentismo general de
la empresa. Aún con esta baja representación, esta compañía
carbonífera persiste en mejorar
los esfuerzos y, para ello, se implementó un ciclo de 78 talleres de refuerzo y capacitación en los municipios
guajiros, dirigidos a 607 participantes y en Navidad, se continuó con la
campaña de prevención, iniciada hace 3 años, contra el uso de la pólvora, el
alcohol y manejo de armas de fuego, en Barranquilla, Valledupar y poblaciones
de La Guajira, con la asistencia del 97% de los empleados de Cerrejón y sus familias.
Por ser la seguridad un factor inherente
a la condición humana, es responsabilidad de cada uno y de todos velar por la calidad y razón de vida.
Publicado en la revista Intercor Sesenta días, número 44, septiembre de 2001
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