Por John Acosta
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La salida del parqueadero: el día de la ignominia y 20 días después |
O Bancoomeva
procura ofenderme (y de paso, ofender también a la Superintendencia Financiera
de Colombia) creyéndonos los reyes de los ingenuos, caídos del más alto zarzo de
la tierra, o el tarado es el propio Bancoomeva si cree que uno se va a comer el
cuento, traído de los cabellos, con que pretende justificar ante la ley su descarada
negligencia. Con semejante desfachatez con que argumenta su desidia frente a un caso concreto, uno no sabe
qué es peor: si su indolencia o la falacia con que intenta explicar su errado
proceder. Por supuesto que no me como esa ficción, como estoy seguro que
tampoco lo hará la Superintendencia Financiera de Colombia. Y si Bancoomeva ha
decidido echar mano del Goliat con que el sector financiero internacional ha
pisoteado a los demás, le notifico que aquí les nació su David, dispuesto a
salir victorioso de la desigual pelea que me plantean.