21 jun 2024

Dannys Ospino, la emprendedora que pone el sabor en ‘Los Manguitos’ de Valledupar

Por John Acosta

La partera Flor Orcasita tuvo razón en sentenciar que esa bebé, humedecida aún por el alumbramiento reciente y que se blandía con fortaleza entre sus arrugadas manos de matrona pueblerina, sería “echá pa’lante”. Así se lo hizo saber enseguida a la madre, adolorida por el esfuerzo acabado de realizar y postrada en el catre de lona y madera cruzada, en la media mañana de aquel 18 marzo de 1983. Casacará era, entonces, un pueblo que vivía del proceso de siembra, cultivo, cosecha y desmonte de algodón; sus habitantes eran felices gastándose lo mucho o poco que alcanzaban a ganarse en aquellas faenas agrícolas e industriales. Dannys Julieth Ospino Zúñiga, como bautizaron a la recién nacida, tendría su propio negocio en la capital del departamento, pero antes debía mostrar el talante de reciedumbre que le auguró la mujer que la recibió en su nacimiento.

18 jun 2024

Eduardo Zedán Acosta, el artista que dibuja las costumbres de Codazzi

Por John Acosta

El matrimonio de Eduardo de Jesús Zedán Acosta e Iris Rocío Gómez Joiro auguraba todo para no durar nada: estaba destinado al fracaso. Esa noche del 12 de diciembre de 1980, Iris Gómez se quitó el vestido y se encerró a llorar en su cuarto porque no entendía por qué la vida le conspiraba para que no se casara ese día con su amado Eduardo. El apocalíptico aguacero que se desgajó esa tarde sobre Codazzi sobrepasó la hora destinada para el inicio de la boda y se extendió 120 minutos más allá. Lo peor era que el sacerdote José Joaquín Jiménez Gaviria no aparecía por ninguna parte y los invitados habían desafiado las torrenciales aguas que caían y esperaban ya dentro de la iglesia.  Ante la ausencia del cura, los más allegados recomendaban decidirse pronto por algunas de las dos únicas opciones que quedaban: irse a casar en alguna de las poblaciones más cercanas, que, de todas formas, quedaban lejos: San Diego (hacia el norte) o Becerril (hacia el sur). La novia no quiso ninguna y se despojó de su ajuar matrimonial; definitivamente, la futura esposa no podría descubrir e impulsar el talentoso pintor que yacía oculto en el impaciente novio que sentía ahí, encajado en su vestido de saco y corbata, cerca al atrio, cómo cada segundo se demoraba una eternidad en pasar.

14 jun 2024

Jaime Montillo, una bendición para sus paisanos en Los Corazones

Por John Acosta

Esa mañana, el Semanario La Calle llegó al corregimiento Los Corazones, del municipio de Valledupar, a buscar información para completar el artículo sobre el agua potable en el departamento del Cesar, que debía publicarse en el impreso del lunes siguiente. Y Luis Carlos Díaz Corzo, quien era el inspector de Policía cuando se construyó el acueducto del pueblo, hace más de 40 años, habló con mucha admiración de Jaime David Montillo Castilla. Lo mismo sucedió cuando La Calle fue a la casa de Cecilia Inés Díaz Díaz, la actual inspectora de Policía de Los Corazones, sobrina de Luis Carlos: no habló sino maravillas del mismo Jaime David; entonces, La Calle decidió ir a buscarlo hasta la pequeña planta de tratamiento de agua, que queda frente a la Inspección y al Puesto de Salud, pero el señor Jaime David no estaba. Se le preguntó por él a la enfermera que atravesaba la carretera central rumbo a su trabajo: “A esta hora, debe estar en el río”, respondió ella. “¿Y él siempre va allá?”, insistió el periodista. La profesional de la salud se detuvo, limpió con su toalla de mano las gotas de sudor que se le insinuaban en la frente y respondió con orgullo y admiración. “A diario”, dijo.

4 jun 2024

Jesús Suárez Moscote: el trabajador incansable de la comunidad

Hay que decirlo sin ambages: los habitantes del Cesar tienen a un diputado que no descansa ni los fines de semanas para trabajar por el bienestar de la comunidad. Jesús Suárez Moscote, médico internista, parece una hormiguita obrera. No se pierde ningún debate en la Asamblea del Departamento del Cesar, donde participa siempre con argumentos sustentados en la investigación que hace a cada tema que se trata en la duma, ni siquiera en las recientes sesiones descentralizadas que hicieron a lo largo y ancho de los diferentes puntos geográficos de la tierra agrícola, ganadera y minera. Tampoco falta a los foros donde se exponen problemáticas que atañen a la comunidad cesarense. No hay una sola manifestación de usuarios de servicios públicos en donde él no esté presente, apoyando a los manifestantes.


El puente que acaba de culminar, mientras muchos disfrutaban el largo fin de semana con festivo incluido, mediante viajes familiares a distintos lugares, Suárez Moscote y sus compañeros diputados sesionaron sin descansar el sábado, domingo y lunes. Este profesional de la salud, vinculado hace tiempos al servicio social a través de la política, estuvo, por ejemplo, en la audiencia pública de rendición de cuentas de la Universidad Popular del Cesar; en la plazoleta de la Gobernación durante la entrega de cheques para Intervenciones Colectivas en Salud, a diferentes IPS públicas del departamento del Cesar; en el   exitoso Simposio de Medicina Interna "Festival de Conocimientos y Actualización en una tierra de tradición", celebrado en Valledupar  por la Asociación Colombiana de Medicina Interna (ACMI), Capítulo Cesar; en la inaugura; en la inauguración de la Policía Metropolitana de Valledupar, la cual contará con más 1.200 uniformados distribuidos en 65 micro territorios, beneficiando a 720 mil habitantes; entre otros muchos eventos.

¿Adónde entierran a los pobres en Valledupar?

 

Por John Acosta

“Oye, viejo, yo te voy a atracar”, le dijo el joven, que apenas si había visto de sopetón, entre el claro y oscuro de las 5:30 de la madrugada de aquel 7 de septiembre de 2016. Pensó que era un amigo que le mamaba gallo y se regresó a saludarlo; entonces, el joven sacó el revólver que tenía entre el tanque de gasolina de su moto y su entrepierna. El electricista Héctor Hernández estaba sobre el alto andén , de manera que el disparo le entró por la ingle derecha y le salió por el omóplato: en ese recorrido fatal por su organismo, la bala le comprometió el hígado, el riñón y el pulmón. Duró 47 días entubado, pero el estar al borde de la muerte le hizo tomar conciencia de que si se hubiera ido de este mundo, no hubiesen tenido para darle una cristiana sepultura, pues Valledupar no tiene cementerio público.

Obviamente, eso no fue lo que pensó esa mañanita, cuando fue cayendo lentamente sobre la llanta delantera de la moto de su verdugo. “¿Cómo me matas, si puedo ser tu abuelo?”, alcanzó a increpar al atracador. Héctor Hernández alcanzó a ver dos chicas asomadas en la ventana del frente y gritó: “¡Auxilio!”; entonces, el joven alzó el arma y se echó hacia atrás. Héctor aprovechó ese descuido para clavarle las uñas y le mordió el brazo armado. Sorprendido por la inesperada reacción del casi moribundo viejo y, además, abatido un poco por el dolor del ataque sorpresa, el muchacho soltó el arma. El herido sacó sus últimas fuerzas, tomó el revólver e hizo dos disparos que pegaron en el marco donde estaba el par de jovencitas: se salvaron de milagro. Hizo tres tiros más: pegaron en la pierna derecha, en la izquierda y en una nalga del delincuente, que salió corriendo para caer más adelante. Era la primera vez que Héctor disparaba en su vida.