14 abr 2025

Santo Ecce Homo, Rey de la paz y el perdón

Por John Acosta

El Santo Ecce Homo, según una tradición muy antigua, se conoce como el patrono de Valledupar. “Es el Cristo atado a la columna. Hay muchas fuentes dispersas que hablan del Santo que llegó como Salvador de Valledupar. Yo pienso que es el Cristo que deseamos: se le ve como el Cristo sufriente, pero también como el Cristo de la esperanza para los vallenatos”, le dijo a La Calle el sacerdote diocesano James Enrique Romero Ramos, Vicario General de la Diócesis de Valledupar.

La leyenda

Cuando Valledupar era un pequeño caserío, denominado entonces como los Santos Reyes, “llegó al pueblo un hombre de piel morena, diciendo que era tallador y que venía encomendado específicamente a elaborar una imagen de Jesús flagelado, ya que había recibido esa misión de parte de Dios y que la ciudad se salvaría, gracias a esa imagen, de tormentas y calamidades; protegiéndola de verse hundida en la laguna sobre la cual estaba edificada”, escribe el mismo James Romero en el libro ‘Diócesis de Valledupar: fe, cultura e historia’, publicado a finales del año pasado.

De acuerdo con el libro, el recién llegado pidió que lo dejaran trabajar a puerta cerrada y que nadie lo interrumpe por nada en el mundo. Lo encerraron en la sacristía, donde sólo le daban pan y agua una vez al día, “ya que, según él, necesitaba mucha oración y ayuno para culminar la obra”. Nadie lo volvió a ver, ni escuchar hablar, ni quejarse: sólo se oían los golpes del mazo con que esculpía la obra. El hombre había dicho que entregaría la obra la víspera de la Semana Mayor; es decir, el domingo en la tarde porque, según el desconocido, la imagen debía salir en procesión el Lunes Santo.

Padre James Romero
Al ver que en todo el domingo no se escuchó ningún ruido, ni se veía al desconocido de tez
morena, “la gente desesperada tumbó la puerta entrando a la iglesia y a la sacristía, no encontrando a nadie, los panes se encontraban intactos, sólo estaba una hermosa imagen de Jesús de pie, atado a una columna, con mirada serena, pero al mismo tiempo llena de dolor y ternura”, dice el sacerdote Romero Ramos en su libro. El religioso agrega que los moradores y el sacerdote entendieron que era un milagro “y que el tallador desconocido era el mismo Jesús, quien, al momento que la turba forzó la puerta, estaba escribiendo y escondió la carta entre su mano izquierda y la columna, que es una oración, la cual él revela a algunos de sus más fervorosos adeptos para conseguir sus milagros”.

También en Rincón Hondo, Chiriguaná

De acuerdo con la leyenda que recoge el padre James Romero en su libro, el hombre desconocido venía del sur del país, a veces, a pie o en mulo, “y en su travesía pasó por lugares como Rincón Hondo, Cesar, descansando en una piedra en el cerro llamado ‘de las chivas’, también llamado ‘el ermitaño’, donde dejó las marcas de sus huellas”. También en esta población celebran las fiestas de Ecce Homo el Lunes y Jueves santos, con eucaristías y peregrinaciones.

El sudor milagroso

Una de las creencias que se han creado alrededor de la imagen del Santo Ecce Homo es que suda copiosamente. “De hecho, desde tradiciones muy antiguas, conozco una tradición muy antigua escrita, si no estoy mal, en el siglo XVIII, donde narran cómo la gente, como signo también de amor hacia él, a Cristo, lo llaman el milagroso también, le pasaban pañuelos o algodones, porque dicen que el sudor que él bota es sanidad; hay mucha gente que lo atestigua y existen testimonios escritos y orales que dicen que han sido sanados o han tenido milagros por el sudor de la imagen”, le aseguró a La Calle el Vicario General de la Diócesis de Valledupar..

Milagro reciente: la procesión más rápida que ha tenido el Ecce Homo

El sacerdote James Romero dijo que el día anterior al diálogo con el Semanario La Calle, un señor le contó de un milagro reciente. Ecce Homo se le apareció y le dijo que ese día no lo sacaran porque él no quería salir. Ese día, el padre que lo iba a sacar insistió en sacarlo. “Y el señor me dice que se prendió un aguacero. Dice que fue desde la madrugada hasta tuvieron que sacarlo corriendo: me dijo que ha sido la procesión más rápida que ha tenido el santo Ecce Homo”.

Milagros constatados, fuentes de alabanzas

Monseñor Oscar José Vélez Isaza, Obispo de la
Diócesis de Valledupar, preside la eucaristía
del Santo Ecce Homo en la catedral
“De tanto milagro que ha habido, porque hay milagros constatados de mucha gente se ha sanado y mucha gente del interior y de fuera del país, la gente le ha tributado la alabanza”, comenta el padre Romero. Agrega que lo que hoy se vive alrededor del Ecce Homo, él lo ve como un rendido sentimiento de alabanza y de bendición por todos los milagros y las gracias que le ha traído a la gente de Valledupar, “protegiéndonos de catástrofes, de muchísimas cosas. Yo pienso que lo que vivimos como liturgia, lo que vivimos el Lunes Santo en la Eucaristía en la catedral del Ecce Homo, en la mañana, es el encuentro con el pueblo. Es lo que muestra el pueblo. Yo diría, más bien, es la redención de la alabanza de un pueblo que ama a Cristo, al Ecce Homo y que le da gracias por todo lo que ha recibido de él”.

Ecce Homo: «he aquí el hombre» o «este es el hombre»

La frase que Poncio Pilato dijo para presentar a Jesús de Nazaret ante la multitud, antes de su crucifixión, es, en latín, “Ecce homo”, que, en castellano, significa “he aquí el hombre» o «este es el hombre»; es decir, es el Cristo amarrado. “Es el Cristo que es presentado atado a la columna, el Cristo sufriente que da su vida por nosotros”, señala el padre James Romero. “Y tú lo ves en los millares de gente que va a darle gracias a Ecce Homo. Lo que se ve es alegría, lo que se ve es bendición, lo que se ve es tributarle a Jesucristo, al Santo Ecce Homo (‘ahí lo tiene’, como dice Poncio Pilato) el dar su vida por Valledupar”, agrega Romero Ramos. sin duda, la gente se siente protegido por él. “Sentimos que él es el que protege la ciudad. Y lo que vamos el Lunes Santo es, simplemente, darle gracias porque nos ha venido protegiendo y nos ha venido bendiciendo hace tanto tiempo”, reafirma el religioso vallenato.

El rostro de Ecce Homo cada Semana Santa determina cómo será el resto del año


La tradición vallenata ha instaurado que, dependiendo la expresión que muestra en su rostro el Santo Ecce en la liturgia del Lunes Santo, le irá a la ciudad el resto del año. “Yo pienso que hace más parte de la devoción de la oración personal, del encuentro personal con Jesús. De hecho, cada uno tiene un testimonio de lo que ha vivido con el Santo Ecce Homo”, aclara el padre Romero en su diálogo con este periódico. “Es un hombre que se ve sufriente, pero que se ve tierno y misericordioso al mismo tiempo”, explica el sacerdote.  Mucha gente lo ve, a veces, con el rostro fuerte, otras veces, débil, decaído. “Pienso que va más más en el milagro que tú estás recibiendo y que estás viviendo y que eso te ayuda también a tener este encuentro con él. Yo pienso que hace parte más de la devoción de cada uno de cómo vive esa experiencia con el Ecce Homo”, insiste.


Confiesa que él, como historiador y estudioso del arte, se fija más en la parte artística, “más en la parte de las caras de los rostros para mirar un poquito lo que quiso decir el autor o lo que expresa la espiritualidad de la imagen. Pero en la parte devocional, pues cada uno tiene esa experiencia de Cristo y una señora me decía una vez ‘Padre, yo estuve delante del Ecce Homo y lo vi preocupado, como si algo fuese a suceder. Es la experiencia de ella y, a lo mejor, también como el don de profecía que, decimos a veces en la revelación carismática, Dios les concede a algunos para revelarle las bendiciones que va a recibir. Entonces, yo esa parte la veo más como la parte espiritual que cada uno vive, o sea, esa espiritualidad tan bonita que se fomenta en torno al Ecce Homo y que contagia a otros a mirar esa experiencia de Cristo en ese hombre”.

Publicado en el Semanario La Calle, el 14 de abril de 2025

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