Por
John Acosta
Fotos: Karolay Acosta
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La segunda ventana que se ve en la foto de arriba es la
ventana marroncita |
Disfruté los carnavales allá
y quise regresar también en Semana Santa, pero mis hijas me armaron un complot por la
viajadera y me tocó quedarme en la casa con ellas; sin embargo, a través del grupo de WhatsApp que mis paisanos tienen habilitados para mantener el diálogo
permanente en la distancia, mantuve todo el tiempo enterado del enorme flujo de
turista que llegó al pueblo, muy superior al que presencié con mis propios ojos
en carnavales, que fue bastante. Me alegra mucho que La Junta esté de moda,gracias a la novela sobre Diomedes Díaz, que produce y transmite el canal detelevisión RCN. Todos hicieron cola para tomarse foto en la ventana marroncita,
la de la vida real; pocos se la tomaron en la otra ventana marroncita, la de la
novela. Ambas, por supuesto, quedan en La Junta.
No sólo la ventana marroncita
Los turistas que llegan a La Junta deseosos de conocer sobre la vida de Diomedes Díaz también visitan la Casa Museo de Rosa Elvira Díaz Mejía (“Y Rosa Elvira, Rosa Elvira, que es la mayor de esta familia tan bonita”: Diomedes Díaz en su canción ‘Entre placer y penas’), donde los atienden la propia hija del Cacique con su madre, Bertha Mejía. Cruzando el río, se va hasta Carrizal, finca donde nació Diomedes. Allí los atiende Luis Alfredo Sierra (“el hombre que sopla las F-100”, como lo saludaba El Cacique en sus discos), quien hizo parte del conjunto Los Jota Jota (Juventud Juntera), donde Diomedes Díaz hizo sus primeros pininos como cantante.
En La junta, ahora mismo está llegando gente de todas partes del país y del extranjero. “Somos un sitio turístico hoy en día, gracias a la memoria de mi papá, al gran trabajo que hizo nuestro Cacique de La Junta. La gente viene en busca de recuerdos”, dice Rosa Elvira Díaz Mejía, hija del famoso cantante juntero. Y, en Semana Santa, ese flujo de visitantes aumenta. Todos seguirán haciendo cola para tomarse una foto en la Ventana Marroncita, la de la vida real, al lado de Patricia Acosta, el eterno amor de Diomedes Díaz. Y caminarán unos cuantos metros, atravesando el Parque El Cacique, para llegar hasta donde Rosa Elvira, junto a su madre, Bertha Mejía Acosta, los atiende personalmente en su Casa Museo; por supuesto, irán hasta el Museo de Carrizal, la amada finca donde nació Diomedes Díaz: ya está pavimentado desde La Junta hasta allá.
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Rosa Elvira Díaz, hija de Diomedes, de amarillo
a la izquierda, se toma fotos con los turistas |
Afortunadamente, la
hospitalidad juntera ha sido una constante de siglos, desde que los primerosespañoles llegaron a la zona a fundar sus hatos ganaderos. Esta vez, la gente aprovechaba
también para tomarse foto con los protagonistas originales de la vida de El
Cacique de La Junta. El río que separa al pueblo de su vecino Curazao, está seco por la inclemencia del clima: los turistas se perdieron de ese atractivo
natural, que es el balneario El Salto, pero no les importó porque querían
sentir el mismo aire que respiraron Diomedes y Patricia. “Ejooo, ese pueblo se
va a hundí hoy”, me cuentan que dijo un habitante de San Juan del Cesar, que
vive en la salida para La Junta, asombrado por la cantidad de carros que
pasaban para la tierra del difunto cantante de música vallenata.
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Izquierda: la verdadera ventana marroncita; derecha: la
ventana marroncita de la novela. Ambas están en La Junta |
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Fríjol de dulce juntero |
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Arriba, la iglesia de la novela (que es la de Badillo); abajo, la iglesia de La Junta, que RCN no usó en su novela |
La parada del fríjol de dulce
Los junteros dispersos en
los cuatro puntos cardinales del planeta vivimos, sin embargo, otros afanes en
Semana Santa. Hay una tradición, que por muchos años pensé que era solojuntera; no obstante, la contundencia de los hechos me mostraron que esa costumbre
se vive intensamente en todo lo que era antes la Provincia de Padilla. Se trata
del fríjol de dulce. Y solo se comen (o se toman porque es una crema) en Semana
Santa.
Cómo se prepara
Se pone a cocinar el fríjol rojo hasta ablandarlo. Mientras esto sucede, también se cocina, aparte, el plátano maduro con canela: algunos lo endulzan con azúcar; otros, con panela, que es lo tradicional en La Junta. Una vez el grano está blando, se muele: la modernidad hace que ahora se licúe. Ya molido, se echa en la misma agua con el plátano maduro, se le agrega leche y se deja hervir. Al vertir la masa del grano con los plátanos y la leche, algunas personas le echan unos cuantos granos enteros de fríjol, que se dejaron sin moler o licuar.
También en Cuba
Acabo de buscar en internet sobre esto y leo esta sorpresa: “El
caso es que, desde muy pequeña, sé de este delicioso platillo, principalmente
consumido durante el Viernes Santo. A pesar de que no había celebración
especial alguna a propósito de esa fecha, mi mamá siempre lo preparaba en
grandes cantidades. La idea era comerlo en familia y también
compartirlo con los vecinos”. No puedo creerlo, parece que lo hubiese escrito
cualquier juntero, pero no, es una cubana residente en Miami: “Los frijoles dulces a
lo cubano — o frijol con dulce, al decir de mi madre— son un postre realmente
diferente. Creo que surgieron en el Oriente de la isla, y digo creo porque cada
vez que hablaba de ellos en La Habana la gente me miraba con desconcierto.
Incluso, ya viviendo en Miami, he comprobado que sólo los orientales conocen
esta receta”. Solo habría que cambiar “La
Habana” por “Barranquilla” o “Antioquia” o “Bogotá” para que uno pensara que
fue escrito por alguien de la antigua Provincia de Padilla colombiana.
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Una de las bromas que los junteros circularon en su grupo |
La diferencia es que Migdalis
Pérez, la autora cubana de esas líneas, dice que se debe usar habichuelas
blancas: en el sur de La Guajira colombiana usamos fríjol rojo. Mi abuela nos los servía acabado de bajar de la olla. Y se tomaba humeante con cuchara: el
que quedaba, se tomaba en la tarde al clima. Con la popularización de la
nevera, se toma frío y también es delicioso.
No sé si los turistas que
llegaron en esta Semana Santa a La Junta, atraídos por el éxito de la novela de
RCN, tuvieron la oportunidad de probar esta placentera crema. Ojalá. Lo cierto
es que, gracias a María Judith y a tía Vila, dos junteras de distintas
generaciones, pude volver a disfrutar este año del tradicional plato, lejos de
mi tierra, porque, como escribe la cubana Migdalis, “es que me gustan tanto que
muchas veces, lejos de constituir un postre, son mi almuerzo o mi cena. Es que
frente a este plato, pocas veces me puedo resistir”.
Republicada en el Semanario La Calle el 1o. de abril de 2024 y el 14 de abril de 2025
El fríjol de dulce:Un plato inolvidable que retumba en mi sentimiento y que renueva mis recuerdos de adolescencia cuando degustaba este exquisito alimento tradicional juntero en época de Semana Santa.Qué bueno saber, desde la gélida distancia, que todavía se conserva esta costumbre en mi entrañable pueblo LA JUNTA, tierra de mis amores anidados por siempre en los rescoldos de mi ardiente recuerdo.Hago partícipe, como hijo de este acogedor rinconcito, mi beneplácito por la bienvenida de todos los visitantes al terruño amado, y los invito a disfrutar de su saludable clima, y que su presencia en La Junta sea como un rayo de luz que ilumine su camino por la vida encontrando en cada paso salud, paz, felicidad, suerte, fraternidad , amor y éxitos. Loor a John Javier Acosta Rodríguez por su brillante pluma y sus vibrantes crónicas.
ResponderBorrar*Afranio Acosta Mendoza:El fríjol de dulce.
ResponderBorrarMe gustó mucho este artículo, debo confesar que lo encontré buscando más información sobre la ventana marroncita porque recordaba algo que había sucedido con la novela y el atractivo turístico en que se convirtió pero fui a la junta hace varios años ya y no recordaba muy bien lo que era. Justo lo leí en semana santa también
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