5 nov 2019

¿La avaricia y alevosía se quedarán con mi cargo en Uniautónoma? (4 de 4)






Por John Acosta


La tarde en que la rectora Claudia Da Cunha convocó a una reunión a todos los empleados de la Universidad Autónoma del Caribe para anunciar su renuncia al cargo en la universidad, escuché, sin proponérmelo, una frase de la conversación que el profesor de verbo virulento (que yo había hecho que Ramsés Vargas lo nombrara de tiempo completo en el Departamento que dirijo) sostenía con el profesor europeo que Ramsés Vargas había hecho nombrar de tiempo completo en el mismo departamento. Ambos estaban en el pasillo que lleva a las oficinas de Humanidades y de espaldas a la escalera, por lo que no se dieron cuenta cuando yo me acerqué con rumbo a la oficina: “John Acosta debe irse de aquí, entiende eso: debe salir de aquí”, le insistía el docente de lenguaje fuerte a su par europeo. Apenas me vieron, se callaron. Yo seguí de largo, como si nada.

Ya en la noche de ese mismo día, el mismo profesor de habla altisonante se destapó y fue más directo en sus mensajes: “Ahora si (SIC) tu director se quedó solo sin su rectora”. “Ya no tiene el respaldo de nadie”. “El dirwctoe (SIC) debe ser el profesor (y escribió aquí el nombre de su amigo, el profesor europeo que Ramsés Vargas contrató de tiempo completo). Tiene el mundo en la cabeza y además (SIC) tiene maestría. El dirwctoe (SIC) debe ser el profesor (volvió a mencionar aquí a su amigo del viejo continente). Eso sí es director. Bueno de que??? (SIC) Y estamos luchando por eso. Y la gestión va en serio”.

De los profesores de tiempo completo que Ramsés Vargas sacó de la universidad, he logrado vincular a dos por horas cátedras. Ambos se han acercado a mí para “recomendarme” que renuncie al cargo. La primera, muy amiga del docente de verbo encendido, me dijo que pensara en mi salud, que se podría deteriorar por tantos ataques que he recibido. El segundo fue más directo: aprovechó que yo le hablé del más reciente artículo que había escrito sobre la cooptación, que titulé El remado exitoso del proceso de recuperación de Uniautónoma del Caribe, y me dijo: “A propósito, te digo que me pidieron que, como amigo que soy tuyo, te recomendara que renunciaras al cargo, que ellos no buscaban sacarte de la universidad, que lo que querían era tu cargo, que tú podías seguir siendo profesor de tiempo completo”. Le dije que les dijera que soy como el cardón de mi tierra guajira: “ni el más fuerte verano, ni la ferocidad diaria de los rayos solares, ni el constante ventarrón que lo cubre todo con la arena caliente del desierto, nada de eso logra secar al orgulloso cardón guajiro. Diles que me quedo aquí hasta que me echen”.

Ambos docentes, tanto el de palabra fuerte como el europeo, estaban esperando la oportunidad para dar lo que ellos consideran el golpe certero para sacarme del cargo: les llegó con un joven docente que atrajeron para su causa.

El caso del joven docente

Conocí al joven profesor porque me lo presentó un docente amigo en la universidad. Era necesario cubrir una vacante en el Departamento de Humanidades y ese docente joven tenía el perfil. Hice la solicitud a Talento Humano, a mediados de 2018, para que lo nombraran profesor de tiempo completo (PTC) y me fue negada esa petición por una anotación formal de la sicóloga; entonces, se contrató por horas cátedras. Como le fue bien en el semestre 2018-02, se decidió contratarlo como PTC por un período de pruebas; no obstante, en el semestre 2019-01 hubo quejas de estudiantes en contra del docente, que fueron tramitadas de acuerdo con los procedimientos del sistema de gestión de la calidad.

Debido a que en las quejas se vieron involucrados estudiantes de distintos programas académicos, se determinó darle otra oportunidad al profesor por otro semestre más. En lo que va corrido de este 2019-02, se han presentado varias quejas de estudiantes en contra del profesor. Todas las quejas, desde las primeras a estas últimas, tienen relación con la anotación formal que hizo la sicóloga, después de la entrevista. El docente de verbo virulento aprovechó la situación y “reclutó” al joven profesor para su causa en mi contra.

El que ellos consideran certero golpe para sacarme del cargo

Tan en serio va la gestión para sacarme del cargo, que los tres docentes (el de lenguaje encendido, el europeo y el joven) enviaron una carta a Talento Humano en la que solicitan se abra un proceso disciplinario en mi contra.

El europeo aduce persecución en su contra de mi parte: a finales del semestre pasado, en plenos parciales, le autoricé 17 días hábiles de permiso remunerado para ir a España a tramitar su jubilación (que ya se la dieron); además, cuando me ausenté de la ciudad por tres días hábiles (el 20, 21 y 25 de junio de 2019), lo encargué, oficialmente, a él de la Dirección del Departamento de Humanidades); a nadie al que se le está persiguiendo se le concede un permiso remunerado tan largo ni se le deja encargado del puesto de uno. También dice que lo excluyo de la posibilidad de ser docente de los grupos virtuales: cuando firmó esa carta en mi contra, tiene a su cargo los dos únicos grupos virtuales que salieron de la materia Constitución y Democracia, que él facilita; por último, me acusa de presionarlo para quitarles las inasistencias a sus estudiantes ausentes: es al revés, me ha tocado decirle, en varias oportunidades, que, antes de registrar las inasistencias de estudiantes, verifique bien, pues él es el profesor que más solicita, por escrito, que se retire inasistencias.

El joven docente me acusa de inducir a los estudiantes suyos para que se quejen: los estudiantes lo hacen por el Sistema de Atención Virtual (SAV). Quien recibe la queja, la envía al director del programa al que pertenecen los estudiantes afectados, el cual convoca a una reunión con el profesor de quien se quejan y con el director del área al que pertenece ese docente. Se levanta un acta; afortunadamente, no he sido yo quien ha solicitado las reuniones para aclarar los casos de los estudiantes quejosos, sino los directores de los programas a los que pertenecen esos estudiantes.

El profesor de verbo encendido me acusa de perseguirlo a través de mis escritos en mi blog Comarca Literaria: lo único que he denunciado en mis textos es la actitud de algunos de los miembros de la Sala General. Y ese profesor ni siquiera es suplente en ese organismo. También dice que se le excluye de reuniones: es al revés: tanto la asistente de Humanidades, como los otros PTC del departamento pueden dar fe de la autoexclusión de estos tres docentes de los asuntos del Departamento, a pesar de que siempre les he insistido a los otros PTC y a la misma asistente: “Por favor, inclúyanlos”. Por ejemplo, fueron los tres únicos que no quisieron jugar el amigo secreto en el pasado septiembre.

Me tocó llevar el caso fuera de la universidad

Es evidente que a Talento Humano se le sale el caso de las manos, pues ante el apoyo del líder de las mayorías de la Sala General y ante el alto cargo en la Junta Directiva del sindicato que ocupa el docente de lenguaje virulento, siento a Talento Humano con las manos amarradas; por eso, decidí llevar el caso al Ministerio de Trabajo, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Central Unitaria de Trabajo (CUT), que es donde está afiliado el sindicato al que pertenece el profesor de lenguaje virulento.

Todo lo que se ha relatado en estas cuatro entregas, con nombres propios y las respectivas pruebas, fueron llevados a esos organismos en un documento de 94 folios.

“Y aquí estoy, ¡déjeme que le encaje un beso grandote en la trompa! Deje que llore como un chiquitico pegadito en su seno. Deje que me sienta un chiquilín de nuevo, mientras grito alegre: ¡me echaron del puesto!”, termina el poema gaucho Me echaron del puesto.

Aquí puede ver (y leer, si lo desea) todos los artículos publicados en este blog sobre la crisis que padeció la Universidad Autónoma del Caribe

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