1 nov 2019

Al fin, Mineducación coge el toro por los cachos en Uniautónoma


Por John Acosta

Se respira un aire de optimismo renovado por los pasillos de la Universidad Autónoma del Caribe debido a la certeza de que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) parece que, por fin, decidió tomar el toro por los cachos en relación con la recuperación plena de la gobernabilidad de nuestra amada institución educativa: rechazó el remedo de propuesta de reforma estatutaria que la Sala General, máximo órgano de gobierno de esta querida alma máter, había aprobado (aunque no en forma unánime) y había enviado al Mineducación para su refrendación; por supuesto, los estamentos de la Autónoma del Caribe nos resistimos frente a esa imitación de reforma y, en una carta de más de 500 firmas, enviada a finales de febrero del presente año, le pedimos al Ministerio que “se abstenga de aprobar esos estatutos propuestos hasta que no se incluya la proposición construida con la participación de todos los estamentos y que, claramente, no incluiría la cooptación”; afortunadamente, el MEN nos escuchó.

Lo cierto es que ya habíamos tratado de que el bloque mayoritario de Sala General se abstuviera de enviar esa reforma al Ministerio de Educación Nacional; de hecho, en una carta enviada el 25 de enero del año en curso a la Sala General por la Junta Directiva de la Asociación de Profesores de la Universidad Autónoma del Caribe (Asoprofesuac), a la cual estoy afiliado, se les hace “un llamado a la prudencia y, por ello, les solicitamos, muy respetuosamente, que no se envíe al Ministerio de Educación Nacional la propuesta de Estatutos que ustedes han aprobado, sin antes se haga la debida socialización de los mismos al interior de nuestra comunidad académica. Es hora de demostrar que somos capaces de hacer autocrítica y que estamos dispuestos a clausurar lo que son focos de errores; de esa manera, estaríamos recuperando la confianza de los padres de familia, de los estudiantes, en fin, de la sociedad y del Ministerio de Educación”.


Es más, en una carta firmada por los presidentes de tres órganos relacionados con nuestra universidad (Zuleima Blanco, por la Asociación de Padres de Familia; Ernesto Cantillo, por la Asociación de Egresados; y Nataly Álvarez, por el sindicato Sintrauac), entregada a la Sala General el 1º. de febrero de este año, les solicitan “entregar copia de la propuesta de estatutos aprobados por la Sala General, socialización de los estatutos aprobados por la Sala General, abstenerse de radicar el contenido de la reforma estatutaria sin antes socializar a la comunidad universitaria los estatutos para su respectiva refrendación y legitimación de acuerdo a lo pactado el 8 de marzo de 2018”.

Sin embargo, el bloque mayoritario de la actual Sala General (compuesto por tres nuevos integrantes que entraron a ese organismo después de negociar las protestas masivas contra Ramsés Vargas y, una vez allí, se aliaron con dos miembros más puestos ahí por Ramsés Vargas para hacer mayoría en esa corporación de ocho personas) hicieron caso omiso a esos clamores de la comunidad académica y enviaron la propuesta al MEN como ellos la vislumbraron; afortunadamente, como lo dijimos en el primer párrafo, parece que ahora sí el Ministerio de Educación Nacional (MEN) va a coger el toro por los cachos. Debió haberlo hecho hace mucho tiempo, pero, una vez más, es mejor tarde que nunca.

Crear caos, confusión, zozobra: sucia estrategia de defensa

La Sala General debe responderle al MEN la próxima semana. Lo más seguro es que el bloque mayoritario de este organismo no se allane a la solicitud del Ministerio. Y para desviar los focos que ahora están sobre el asunto, no es de extrañar que pongan a los tres miembros que tienen en la Junta Directiva del sindicato a inventar enemigos peligrosos y a fantasear sobre “acciones neoliberales” contra los empleados de la universidad; entonces, las luces dejarían de alumbrarlos a ellos en la Sala General e iluminarían a estos temas inventados estratégicamente.

Por supuesto, como he sido víctima constante de sus sucias estrategias, no me prestaré para seguirles ese juego.

De hecho, yo he tenido siempre una posición firme contra la cooptación como sistema para elegir a los miembros de la Sala General, pues ya la Autónoma del Caribe no tiene fundadores dentro de la universidad ni familiares del fundador en la misma. He escrito y publicado tres artículos en donde argumento mi oposición a este sistema; incluso, me apersoné de la recolección de las más de 500 firmas de la carta que se envió al Ministerio para solicitarle que rechazara los estatutos enviados por la Sala general. Y en venganza por todo esto, he recibido todo tipo de agravios de los poquísimos que apoyan al bloque mayoritario de la Sala General: memes oprobiosos, correos anónimos, panfletos virtuales, en fin.

Como vieron que ya crié cayos contra tanta infamia que me inventan, determinaron, entonces, ir por mi cargo. El que funge de líder de las mayorías en la Sala General ha pedido, de todas las formas posibles, que me saquen del cargo; de hecho, como no le han parado bolas con este insistente requerimiento suyo, echó mano a las tres personas que tiene en la Junta Directiva del sindicato: ya me referiré de este caso específico en cuatro textos que publicaré en este blog la semana entrante; por lo pronto, le adelantaré a ese grupúsculo un dicho de mi tierra guajira: “Podey hacé como chivo, pero cachos no te salen”, que no es otra cosa que “pueden seguir tirándome sus inmundicias, pero yo seguiré firme contra la cooptación”.

La universidad que soñamos

En la carta de más de 500 firmas que le enviamos al MEN en febrero de este año, le decimos que deseamos un mecanismo de selección de miembros de los órganos de gobierno “que le garantice su naturaleza jurídica de depositaria de la autonomía universitaria, integre a los diversos estamentos de la Universidad Autónoma del Caribe (Docentes, directivos académicos, administrativos, trabajadores, estudiantes y egresados), y haga de la Asamblea general  de la nueva Corporación el órgano superior de gobierno de nuestra Universidad”; obviamente, ese mecanismo no debe ser otro que la elección democrática.

Y en la aludida carta que Asoprofesuac le envió a la Sala General en enero se les dice que “es el momento de construir nuevas instancias y nuevos reglamentos, si de verdad nos preocupa la suerte de nuestra universidad, estatutos que potencien los recursos y los talentos que poseemos, que liberen energías creativas y enciendan de nuevo la confianza entre nosotros mismos, de la sociedad, y de la comunidad universitaria nacional e internacional hacia nuestra universidad”.


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