9 oct 2019

La responsabilidad social en las universidades: Café Filosófico Uniautónoma


Por Alba Luz Páez Albor

Alrededor de las cuatro de la tarde, en medio de una fuerte lluvia que caía sobre la Universidad Autónoma del Caribe, la Biblioteca Benjamín Sarta se inundaba del aroma del café: el Café Filosófico daba inicio, con la ponencia de Armando Robledo, decano de la Facultad de Ingeniería, doctor en Ciencias y magister en Ingeniería Mecánica. El tema del encuentro fue la responsabilidad social empresarial de una universidad.

Para empezar, el doctor Robledo habló de forma general sobre la responsabilidad social empresarial, poniendo como ejemplo diferentes empresas colombianas. Expuso sobre los motivos de crear estrategias sociales empresariales, así como las fortalezas de aquellas instituciones que se nutren de ellas. Reconoció la importancia de un personal saludable, para una empresa saludable.

“Cuando hablamos de responsabilizas social, en lo primero que hay que pensar es en el desarrollo de la gente. Cada uno de nosotros, cada ser humano tiene el privilegio de ser un destino único, cada persona tiene una misión, tiene una posibilidad de servir a los demás y de realizarse personalmente, que es única e irrepetible”, dijo Robledo en su participación.
Y citó a De Roux (2011): “Por eso, el desarrollo no es otra cosa que hombres y mujeres descubriendo su vocación humana y profesional, siendo consistentes con lo que sienten en el alma, en el corazón, y viviéndolo en comunidad”.

Seguidamente, el Dr. Armando aterrizó los conceptos al ámbito universitario. ¿Con quiénes se debe implementar la responsabilidad social empresarial en una universidad? Además de contemplar los trabajadores de la institución, es necesario incluir a los estudiantes.

“La responsabilidad realizada por las universidades frente a la pertinencia de estos respecto a la realidad regional. Acá toma relevancia el entorno regional, el cual es punto de partida cuando se va a presentar un programa o cuando este se va a autoevaluar o se va a modernizar. Es necesario para hacer esto revisar cuáles son las partes interesadas: Estudiantes, profesores, egresados y empleadores”, agregó Robledo citando a Sanjuan (2011).

Hizo especial énfasis en esta parte, trayendo a colación el caso de Jhonnier David Coronado, el estudiante universitario que acabó con su vida en Bogotá. La invitación fue inmediata: un llamada a cuidar de los estudiantes y, como institución, brindarles un espacio donde puedan sentirse seguros, donde puedan encontrar ayuda, tanto emocional como psicológica. “Aquí toma gran relevancia los departamentos de bienestar institucional, en lo que respecta a salud, deporte, cultura, becas y auxilios, para preparar a los estudiantes para el éxito, preparar para formar familias y preparar para administrar recursos”, dijo.

La presentación finalizó con un famoso poema de la película La Sociedad de los Poetas Muertos, protagonizada, entre otros, por Robin Williams. El doctor Robledo, con apoyo de la pieza literaria, invitó a todos los presentes a no pasar por alto los pedidos de ayuda, ni siquiera los de nosotros mismos. La salud mental es importante, en el área de trabajo, en la universidad y en el hogar.

Llegado el momento de las intervenciones del público, una estudiante se apresuró a añadir que, además de la parte psicológica y emocional, en los seres humanos era importante lo espiritual. ¿Dónde, entonces, se contemplaba eso? La directora de la biblioteca, Patricia Celemin, participó para recordar la pastoral institucional en la universidad, la cual cuenta con una capilla y encuentros semanales.

Otro estudiante precisó, también, que la responsabilidad empresarial no se limita solo a las personas: el entorno con el que trabajamos y nos relacionamos diariamente requiere de nuestra atención. El Dr. Armando concordó con él, concluyendo que tanto en la universidad —o bien, los espacios laborales— como en nuestras vidas personales era correcto implementar la responsabilidad social.

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